Según el diccionario de la RAE, Instituto Armado es cada uno de los cuerpos militares destinados a la defensa del país o al mantenimiento del orden público. Como todos ustedes bien conocen, la Guardia Civil es uno de estos Institutos Armados.
Ser considerado militar tiene sus desventajas y una de ellas es la prohibición de realizar actos reivindicativos en favor de sus derechos laborales. Ya sabemos las amenazas y represalias que sufren simplemente por querer realizar una manifestación en las calles de Madrid, así que imaginen lo que sucedería si convocasen una huelga a nivel estatal pidiendo mejoras laborales (tal y como puede hacer cualquier otro trabajador español).
Ante esta disyuntiva, la única posibilidad que queda para llevar a cabo sus protestas consiste en realizar algunas acciones encubiertas como, por ejemplo, las conocidas como “huelga de bolis caídos”.
Desde el pasado mes de mayo, la Guardia Civil de Tráfico está llevando a cabo una de estas huelgas en las que se dejan de sancionar algunas infracciones que no suponen un peligro para la seguridad viaria española. La reducción de sanciones desde entonces supera ya el 46% y sigue en aumento.
Suponemos que presionados por el Gobierno, la cúpula de la Benemérita ha decidido tomar cartas en el asunto y, según indican fuentes de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) y la Asociación Independientes de la Guardia Civil (IGC), van a “suprimir” complementos por valor de unos 300 euros en las nóminas de los guardias civiles que menos sanciones impongan.
Como lo leen; los mandos de cada equipo utilizarán el baremo valorativo del Resumen de Actividades Individuales (implementado a principios de septiembre, parece que con prisas) basado en un sistema de puntos que diferencia cada una de las actividades realizadas por un agente durante su jornada laboral. Con esta información, los jefes serán los encargados de realizar una criba provincial señalando a los agentes menos productivos. Las asociaciones estiman que más de 400 agentes en toda España verán reducidos sus salarios.
¿La productividad de un Guardia Civil de Tráfico se mide por las sanciones que impone o por la seguridad que aporta a los conductores? ¿Trabajar coaccionados les permitirá realizar correctamente su labor? ¿Pretende la “cúpula” de la Benemérita que los agentes dejen de prestar ayuda para dedicarse a otras labores más “lucrativas”? ¿Conseguirán que los conductores, en lugar de respeto y aprecio, les tengan rabia y miedo?
Al parecer, estas medidas sancionadoras tendrán nulos resultados ya que los agentes, para contrarrestarlas, han implantado una “caja de resistencia” como colecta para compensar a los afectados. Unos pocos euros de cada agente compensarán con creces las rebajas que sufrirán los 400 sancionados. Incluso algunas asociaciones como la Federación de Transportistas Autónomos o Auxilio en Carretera, se han ofrecido a participar en la colecta. Lógicamente, el cuerpo no aceptará las ofrendas ya que incurriría en cohecho
Desde este blog ya hemos denunciado en varias ocasiones el papel que los Guardias Civiles de Tráfico aceptan como meros recaudadores del Estado. En todas esas ocasiones recibimos comentarios críticos indicándonos que su labor no era esa sino la de ayudar a los ciudadanos. Nunca hemos cuestionado que así lo hagan, es más, podemos dar fe de que así ocurre, pero al final, los hechos nos dan la razón y son los mismísimos dirigentes de la Benemérita los que con sus sanciones a los agentes menos “productivos”, reconocen esta deplorable función.
No necesitamos sanciones, queremos AYUDA de la Guardia Civil. Nuestras vidas pueden estar en juego.
2 comentarios:
Menuda verguenza
Pues sí, es vergonzoso.
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