martes, 30 de abril de 2019

¿Los coches eléctricos contaminan con más CO2 que el diésel?




Posiblemente, al leer el titular habrán pensado que el que esto suscribe sufre un elevado grado de locura: ¿cómo van a contaminar más los coches eléctricos si no emiten ni pizca de humo? Pues lo mismo pensaba yo hasta que leí un estudio realizado por científicos alemanes. Lo resumo a continuación.

Según el estudio presentado por el instituto IFO de Munich, los vehículos eléctricos provocan emisiones de CO2 en toda su vida útil superiores a sus homólogos de combustión con diésel de entre un 11% y un 28%. Esto es debido a que la minería y el procesamiento del litio, el cobalto y el manganeso que se utilizan para las baterías de los eléctricos consumen gran cantidad de energía. Además, para producir la electricidad que se utiliza en la recarga, las emisiones de CO2 a la atmósfera son muy elevadas, debido, sobre todo, a que en el mix energético alemán, el carbón continúa teniendo un papel preponderante una vez cerradas las centrales nucleares.

Los datos concretos son los siguientes: un BMW 320 arroja a la atmósfera 22,8 toneladas de CO2, divididas en el gasóleo consumido (20), la extracción y el refino del combustible (2,2) y la fabricación propia del vehículo (0,6). En el caso del eléctrico, tomando como referencia un Tesla Model 3, emitiría 27,1 toneladas de CO2, de las cuales 21,3 las provocaría la fabricación de la electricidad, 5,2 la producción de la batería y 0,6 el ensamblaje del vehículo. Considerando una vida útil de los coches de 10 años (que es lo que suelen durar como máximo las baterías) recorriendo unos 15.000 kilómetros anuales, cada Tesla emite de 156 a 180 gramos de CO2 por kilómetro. Compárenlo con la publicidad de cualquier coche nuevo a la venta y comprobarán la barbaridad que suponen estas cifras.   


Evidentemente, el estudio está realizado en Alemania y el carbón empleado en la producción de electricidad allí, desvirtúa algo las cifras, pero no crean que, utilizando ciclos combinados como en España, mejora mucho la situación. 

Además de mejorar las emisiones en la fabricación de las baterías, si la producción eléctrica se basase únicamente en energías renovables las cifras serían abismalmente mejores. Pero, ¿de dónde sacamos el dinero para construir todas las instalaciones renovables que consiguieran hacer funcionar un país sólo con energía limpia? Ya les adelanto que sólo con el dinero de los contribuyentes, no llega. Ni haciéndonos pagar los impuestos de los recibos eléctricos multiplicados por diez.

¿Debemos seguir subvencionando la compra de coches eléctricos a sabiendas que, al menos durante bastantes años, emiten más CO2 que los movidos por combustibles fósiles? Es un sinsentido.

miércoles, 24 de abril de 2019

La fórmula para derrotar a Pedro Sánchez en el Senado, el 1+1+1




El Senado es esa Cámara de representación popular que sólo servía para que los españoles se preguntarán para qué servía, cuánto cobraban los que ocupan sus escaños o por qué no se cerraba dada su escasa importancia en el devenir democrático español.

Pero todo cambió cuando nos enteramos de que, entre sus tareas, estaba la de poder aplicar el famoso (por Cataluña) artículo 155 de la Constitución por el que, mediante la aprobación por mayoría absoluta del Senado, se podía obligar a una autonomía a cumplir, forzosamente, sus obligaciones para proteger el interés general. A partir de ahí, la importancia de tener los suficientes votos en la Cámara Alta, es fundamental.

Este próximo domingo votaremos a nuestros representantes, pero la elección de éstos varía de cómo se hace con el Congreso. Aquí elegimos senadores y las listas no son cerradas. Si queremos, podemos votar a un representante de cada partido, aunque esto no suele ocurrir y, casi siempre, marcamos las tres cruces junto a los candidatos de un mismo partido. En esta ocasión, este gesto puede tener mucha importancia. Nos explicamos.


En la mayoría de las provincias españolas, sobre todo las más pequeñas, el voto al centro derecha será mayoritario, pero el de izquierdas estará más concentrado, acaparando el PSOE la mayoría de sus votos. Imaginen un resultado provincial de PSOE 29%, PP 23%, Cs 20%, Vox 14% y Podemos 11%. La derecha gana 57 a 40. Sin embargo, como los que reciben el escaño son los cuatro senadores con más votos de cada provincia, el resultado será PSOE 3, PP 1. Sumando todas las provincias, mayoría absoluta del PSOE en el Senado. ¿Cómo remediar esto?

Por internet corre una alternativa que puede ser factible: que los votantes de centro derecha repartan sus cruces marcando al primer candidato de PP, Cs y Vox. Si se cumple al 100%, siguiendo el ejemplo antes expuesto, estos tres candidatos recibirían el 57% del voto y saldrían elegidos. Incluso si sólo lo hiciesen el 40% de los votantes (y en algunos casos una cantidad menor), continuarían siendo elegidos los tres candidatos de derechas.


Este planteamiento no deja de ser una utopía y problemas pueden surgir por todas partes: ¿votarían los simpatizantes de Cs a un candidato de Vox? ¿Y al contrario? ¿Dirán una cosa y luego harán la contraria? ¿Los porcentajes siempre favorecerán esta posibilidad?

Evidentemente, si cada uno de estos tres partidos hubiesen retirado a los números dos y tres, el electorado lo tendría más fácil. Aunque esta iniciativa hubiese supuesto una pérdida global de votos, las matemáticas saldrían sin ninguna duda. Pero no lo han hecho y dudo mucho que ni siquiera lo propongan de palabra en los pocos días que quedan. Allá ellos con sus egos y sus políticas partidistas. Incluso hay quien opina que esta táctica es un bulo inventado por el PSOE para dividir más el voto de la derecha

Sólo queda esperar que una parte del electorado de centro derecha haga sus cálculos y elija el 1+1+1. El domingo veremos los resultados.   

martes, 16 de abril de 2019

Otros 9 “inofensivos” lugares con más bacterias y virus que la taza de un wáter público




Los wáteres públicos, sobre todo si éstos pertenecen a bares, pubs o discotecas, siempre han tenido fama de sucios y son muy pocos los que se aventuran a sentarse sobre ellos y, mucho menos, tocarlos con las manos. Hacen bien, pero ¿y si les digo que existen otros muchos lugares cotidianos con más bacterias que la taza del wáter y no les tenemos tanto asco ni precaución?

Hace poco pusimos una entrada con los diez lugares más peligrosos para contraer una infección. Hoy les dejamos otros nueve posibles focos de infección. Tengan cuidado.


- Volante de un coche. La mayoría los tocamos a diario, pero es uno de los lugares con más bacterias que podemos encontrar. Posamos las manos sobre él, lo tocamos tras haber hecho mil cosas… Y si es un vehículo de empresa que usan varios operarios o es un coche de alquiler, para qué voy a contarle.

- Barra de un bar. ¿Cuántas manos y brazos se apoyarán en ella a lo largo de un día? Pues todas, sin excepción, depositan bacterias. Y si el camarero, muy limpio él, pasa la bayeta continuamente, peor, porque lo que conseguirá es repartir las bacterias por toda la barra; por mucho que le eche desengrasante.


- Cuencos de frutos secos. Ya que hemos nombrado la barra de un bar, cuidado con los cuencos con frutos secos que tienen muchos bares y restaurantes para que “piquen” sus clientes mientras toman una cerveza. Por ellos pasan muchísimas manos. Y ya saben lo que contienen.

- Cepillos de dientes. Seguro que piensa que como sólo lo usa usted, no puede estar contaminado. Pues se equivoca porque su cercanía al inodoro hace que incluso acumule bacterias fecales; al tirar de la cadena se genera una nube que hace que esos microbios se extiendan. Y seguro que no serán sólo suyos. Hasta 3.000 bacterias distintas han contado en un estudio de la Universidad de Alabama.

- Tabla de cortar comida. Solemos depositar en ella numerosos alimentos crudos y las bacterias que llevan se quedan incrustadas en cualquier rendija. Hay que limpiarla tras cada uso y no sólo con un paño mojado. Hasta un 20% de las infecciones se producen en nuestros hogares.


- Zapatos. Es costumbre en numerosas culturas quitarse los zapatos apenas se traspasa la puerta del hogar. Y no se equivocan. Según un estudio, en este caso de la Universidad de Arizona, unos zapatos pueden tener más de 400.000 bacterias a las dos semanas de uso, al estar en continuo contacto con el suelo de las calles. Límpiese siempre las manos tras tocarlos.

- Juguetes. Pueden parecer inofensivos, pero se pasan la mayor parte del tiempo por los suelos La mayoría de la gente no los limpia nunca y los niños se los meten en la boca, los muerden…

- Bolsas de la compra. Ya no reparten bolsas de plástico en los supermercados y cada cliente lleva su propia bolsa de rafia reutilizable. Lo que resulta una clara ventaja de cara a no producir desperdicios, puede provocar una grave infección, ya que las bacterias que se depositan en la bolsa tras una compra, se adhieren a los alimentos que compramos al día siguiente. Cuidado porque se ha encontrado incluso la presencia de Salmonella en ellas. Resulta conveniente lavarlas.


- Fregadero. Si dejamos los cacharros sin limpiar para el día siguiente (o incluso sólo unas horas), provocaremos que nuestro fregadero sea un foco de bacterias. Después pasan al estropajo, a la bayeta o a nuestras manos.  

No se trata de ponernos histéricos y no tocar nada. Sobre todo, porque es imposible y porque no todas las bacterias y microbios son peligrosos para nuestra salud. Pero conocer todos estos lugares “conflictivos” y aumentar la higiene después de tocarlos, nunca está de más.   

martes, 2 de abril de 2019

Trabajar 32 horas… y el resto lo pagamos entre todos ¡Vivan las elecciones!



En esta precampaña electoral (en realidad siempre estamos en precampaña) estamos escuchando o leyendo las más disparatadas propuestas de la historia democrática española. Si un político suelta una barbaridad, al día siguiente su oponente dobla la apuesta. No conocen la vergüenza; ni siquiera se esfuerzan argumentando (seriamente) sus propuestas; saben que económicamente son inviables y lo único que les importa es aparecer en los medios de comunicación. El cortoplacismo en su estado más salvaje.

Las hay de lo más variado, pero, hasta ahora, porque mañana quien sabe, la medalla al político más hipócrita se la lleva la candidata por Compromis a la Presidencia de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, la dama de las camisetas reivindicativas.

En un foro organizado por el diario Información de Alicante, la, hasta ahora, vicepresidenta de la Generalitat ha explicado que, dentro de sus políticas sociales, propone la paulatina reducción de la jornada laboral hasta las 32 horas en 2025. Seguramente piensa que, para entonces, ya no ocupará puestos de relevancia y no deberá responder ante los electores por sus disparatadas promesas.


Según Oltra, este objetivo permitirá incrementar la productividad de la economía valenciana (¿?), generar más puestos de trabajo, favorecer la conciliación familiar y el bienestar físico y mental y, como consecuencia de todo lo anterior… contribuir a la lucha contra el cambio climático (¡faltaría más!) porque, más tiempo para conciliar implica un estilo de vida menos intensivo en recursos. Lo dicho: ni se preocupan por argumentar sus propuestas.

¿Y cómo se paga esto, porque su promesa implica “incrementar la productividad”? Muy fácil: se creará un nuevo programa de ayudas consensuado con los agentes sociales (sin los “malvados” empresarios) para subvencionar a las empresas que reduzcan su jornada laboral sin afectar al número ni al salario de sus trabajadores. Además, el programa se complementará con ayudas para la contratación de parados de hasta 20.000 euros, siempre que el objeto de esta contratación sea el producto de haber repartido la carga horaria del trabajo en las mismas condiciones.


¿Y porqué no llegar a la jornada de 8 horas semanales? Se crearía más empleo, más conciliación, desaparecería el cambio climático… lo dicho: medalla de oro para Mónica. Igual es que, para lo que ella trabaja, 32 horas le parecen ya demasiadas horas.