miércoles, 29 de julio de 2020

Si el PSOE no respeta la limitación de aforo en el Congreso, ¿lo tengo que hacer yo en mi casa?




Debido a los aumentos de infectados por el coronavirus, las diferentes autonomías están dictando normas para limitar la actividad de la ciudadanía y, con ello, la transmisión del contagio. Cada una a su bola, como de costumbre, y con resultados bastante pobres. Algunas, incluso, han llegado a restringir en algunas zonas las reuniones familiares de ámbito privado a un máximo de 10 personas. ¿Se cumplirán estas normas? Si siguen el ejemplo del PSOE, partido que nos gobierna… no.

En el llamado decreto de la “nueva normalidad” que sirvió para abandonar el eterno Estado de Alarma al que nos sometía el Gobierno desde el mes de marzo, se estableció que hay que mantener la distancia de seguridad de al menos metro y medio para frenar los contagios. Ante las escasas dimensiones del Congreso, la Junta de Portavoces acordó limitar el aforo del Pleno al 50% para hacer posible esta distancia. De 350 diputados, sólo podían acudir 175 y el resto, solicitar el voto telemático.

Hoy se celebraba en el Congreso una sesión en la que el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, debía informar de los acuerdos para la reconstrucción europea a los que se llegó la semana pasada, entre otras cuestiones. La sorpresa ha llegado cuando han comprobado que ninguno de los 120 diputados del PSOE había solicitado el voto telemático, es decir, que todos han acudido físicamente al hemiciclo para seguir la sesión. Incluso se han sumado varios senadores del mismo partido. ¿Y porqué tanta expectación? ¿Era tan trascendente el Pleno? Pues no. En absoluto. Pero como Pedro Sánchez está cada día más cuestionado, necesitaba una ovación atronadora (o varias) con la que aparecer en los Telediarios y cuantos más palmeros, mejor. Alguno ha acabado con luxación de muñeca.

Por cierto, no sé qué narices aplaudían: ¿Su éxito sanitario con los 50.000 muertos largos que llevamos hasta ahora? ¿El millón de empleos que se han perdido en apenas tres meses? ¿La destrucción total del turismo, nuestro primer sector económico? ¿Qué los españoles olvidamos pronto los fracasos de los gobiernos de izquierdas y continuamos votándolos? Posiblemente, esto último.


La Presidenta de la Cámara, la socialista Meritxell Batet, lo ha excusado diciendo que no hay precepto en el Reglamento que le permita prohibir la asistencia de los diputados. Y como el PSOE se salta a la torera cualquier acuerdo, aunque sea de la Junta de Portavoces, pues todos allí.

También ha dicho la Presidenta que, como la distancia no se podía mantener, sí que era obligatorio el uso de la mascarilla durante toda la sesión. Parece que han cumplido; faltaría más. Pero resulta curioso que, en el hemiciclo, por llevar un trozo de tela en la boca, se pueda estar a 50 cm. de otra persona sin peligro y al aire libre, aunque la distancia sea de más de 5 metros, el riesgo sea máximo y no puedas ni destaparte la nariz, so pena de 100 euros de multa.

A ellos no les impondrán ningún castigo, no padezcan. Pero, cuidado, porque si tiene una comida familiar y le pillan con 11 personas en su casa o caminando por la playa sin el tapabocas, trabajará un par de meses para pagar la multa. Avisados quedan.




lunes, 27 de julio de 2020

Un coche patrulla de 40.000 euros para un pueblo sin policía local




Poco importa que atravesemos la peor pandemia del último siglo o que estemos al borde de la crisis económica más grave que se recuerda; los políticos españoles continúan gastando a manos llenas el dinero que a duras penas logramos pagar, vía impuestos, los ciudadanos de este país. Buen ejemplo de ello es el del municipio alicantino de Daya Vieja, que acaba de adquirir un carísimo vehículo policial (¡40.000 euros!) que no podrá usarse al carecer de policía local.

El hecho parece sacado de una película de los Monty Python. Daya Vieja es un pequeño municipio de la comarca de la Vega Baja del Segura, dentro de la provincia de Alicante, de 700 habitantes. Comandado desde la alcaldía por José Vicente Fernández, del partido Compromís (uno de los tres grupos integrantes del gobierno de la Comunidad Valenciana), el pueblo tiene un nivel de endeudamiento digno de cualquier capital que se precie: 3 millones de euros para 700 habitantes, a más de cuatro mil euros por cabeza.


Acuciado por la abultada deuda, el consistorio decidió hace un año desprenderse de los agentes locales que tenía, en comisión de servicios a los vecinos municipios de Rojales y Orihuela, de forma temporal. Según su alcalde, los puede recuperar cuando quiera y, además, un municipio de 700 habitantes no tiene la obligación de tener agentes de Policía local y la seguridad la puede llevar la Guardia Civil. ¿Y para qué se gastan 40.000 euros en un coche patrulla?

Pero no crean que el señor Fernández es el primero que dilapida el dinero de los contribuyentes. El anterior edil, Rafael Vives, del Partido Popular, inauguró unas magníficas instalaciones de dos plantas para albergar a la policía. Un edificio totalmente desproporcionado puesto que en ningún momento la policía local ha contado con más de cinco agentes.


Y todavía algunos critican que Holanda y otros países del norte de Europa sean reticentes a la hora de regalarnos 140.000 millones de euros. Es que son unos tiquismiquis.



miércoles, 3 de junio de 2020

Vacaciones: derechos laborales de los trabajadores, también en tiempos de coronavirus




Si, habitualmente, en muchas empresas el tema de las vacaciones resulta bastante conflictivo a la hora de coordinarlas y que nos concedan los días que, legalmente, nos corresponden y la fecha que más nos conviene, este año, con el coronavirus, los días de vacaciones obligadas que nos “concedió” el Gobierno, la crisis económica que ya ha llamado a la puerta, los ERTE y el miedo a la pérdida del puesto de trabajo (quien todavía lo conserve), que se respeten los derechos de los trabajadores en este ámbito va a resultar harto complicado.

Pero, por mucha situación complicada que nos quieran vender, el artículo 38 del Estatuto de los Trabajadores (que recoge la normativa sobre el periodo vacacional) continúa en vigor. Estos son los derechos que encontramos:

- Las empresas están obligadas a ofrecer 30 días naturales de descanso por año completo, sin importar el tipo de contrato que se tenga. Estos días deben ser siempre remunerados (con el salario habitual del trabajador) y no se pueden sustituir por dinero extra, excepto en los contratos temporales, en los que habrá compensación económica si al finalizar el contrato no se han disfrutado las vacaciones pertinentes.

- Los empleados deberán saber con, al menos, dos meses de antelación las fechas de sus vacaciones. Asimismo, el periodo vacacional debe ser acordado entre la empresa y los trabajadores y nunca se puede imponer.


- Las vacaciones se deben disfrutar en el año natural en las que se han generado. Si al finalizar el año natural no se han cogido, salvo que se haya acordado con antelación, éstas se pierden.

- En el caso de que no se lleve un año completo trabajando en la misma empresa, corresponden 2,5 días naturales por cada mes trabajado.

- No es necesario que los 30 días de vacaciones estén juntos. Se pueden fragmentar en periodos, siempre y cuando, uno ellos sea como mínimo de dos semanas completas sin interrupción.

- Un trabajador no está obligado a incorporarse a su puesto de trabajo durante su periodo de vacaciones si la empresa se lo pide. Con una salvedad: que el trabajador fuera importante ante una urgencia que pusiese en entredicho la continuidad de la empresa (estaría justificado como fuerza mayor).

- Nunca se puede sancionar a un trabajador con la pérdida o la reducción de los días de vacaciones que le corresponden.





viernes, 29 de mayo de 2020

Ecología y lucha contra el cáncer unidos en un parque eólico marino de Gamesa




¿Tienen algo que ver la ecología y la lucha contra cáncer? Pues sí. Les traemos un ejemplo de colaboración que puede revolucionar la colaboración entre los objetivos sociales y medioambientales de un proyecto empresarial.

La empresa Siemens Gamesa va a ejecutar el mayor proyecto eólico offshore (marino) anunciado hasta este año en todo el mundo. El Hornsea 2 estará ubicado en el mar del Norte y es propiedad de la compañía energética danesa Orsted. La enorme instalación contará con 165 aerogeneradores que aportarán 1.400 megavatios de potencia, capaces de proporcionar energía limpia a 1,3 millones de hogares británicos.


Si ya de por si debemos congratularnos por este proyecto de energía verde, más aún lo haremos al comprobar las condiciones alcanzadas entre la empresa y los bancos prestatarios del dinero necesario para su construcción. Y es que Gamesa ha firmado una línea de garantías por un importe máximo de 600 millones de euros con los bancos BNP Paribas, BBVA, Mizuho y Santander ligada a criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) con unos objetivos predefinidos.

En caso de no cumplirse esos objetivos, Gamesa estaría obligada a pagar una prima. Si la empresa cumple con ellos, esa prima la asumirían los bancos. Tanto en un caso como en el otro, la prima de transacción establecida irá destinada a fondos para financiar proyectos de investigación oncológica.

Acelerar la transición hacia las energías renovables y apoyar las investigaciones contra el cáncer. ¿Se puede pedir más?

lunes, 18 de mayo de 2020

El Gobierno lo sabía desde el 10/02 y no actuó hasta el 14/03. El informe sobre la peligrosidad del COVID-19 que esconden




“Nadie podía imaginar la gravedad del coronavirus”; “siempre hemos actuado según las recomendaciones de la OMS”; "ningún país se pudo preparar adecuadamente ante la pandemia” … seguro que han escuchado hasta la saciedad estas afirmaciones por parte del Gobierno y de sus medios de comunicación afines.

Pues todo es mentira, otra más, ya que el Gobierno recibió el 10 de febrero un informe elaborado por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) firmado, entre otros, por el sobrevalorado Fernando Simón en el que se daba cuenta de que se había demostrado que el coronavirus no sólo es una gripe, sino que resulta muy contagioso, con una tasa de letalidad alta y con graves complicaciones a un porcentaje elevado de infectados.

La importancia del informe y las consecuencias que tendrá a buen seguro en el futuro electoral y judicial del Gobierno ha provocado su borrado de la web del Ministerio de Sanidad. Afortunadamente, de los archivos internos es imposible borrarlo; por eso se lo podemos mostrar en el PDF que pueden encontrar en este enlace. 


El Gobierno sabía que no era una gripe, ya que en el informe se destaca su semejanza al SARS y el MERS, dos de los coronavirus más peligrosos de los últimos años. Incluso se dan datos porcentuales de la comparación genómica entre ellos.

Si hubieran hecho caso al informe, también conocerían que era muy contagioso y que bastaban dos metros de distancia para que se contagiara de una persona a otra. Que su tasa de contagio era una R0 de dos-tres (cada infectado podía contagiar a tres personas de media) por lo que el crecimiento de la enfermedad podía ser exponencial. Y también que el periodo de incubación era de entre 2 y 14 días, punto clave para evaluar los riesgos de la expansión de la enfermedad. Incluso se destacaba la alta tasa de contagios entre el personal sanitario registrado inicialmente en China.

En el informe se refleja la existencia de infectados asintomáticos y el riesgo que ello conlleva en la expansión de la enfermedad y que la enfermedad es muy grave puesto que un elevado porcentaje de hospitalizados acaban requiriendo UCI y la mortalidad es bastante elevada.

Incluso se pueden encontrar recomendaciones en el citado informe, como que, al no tener un tratamiento específico, la única solución era seguir las recomendaciones de la OMS: guardar el distanciamiento social, extremar las medidas de higiene y usar sistemas de protección, sobre todo entre el personal sanitario. También se recomienda vigilar la llegada de pasajeros procedentes de países afectados.

¿Y qué hizo nuestro Gobierno? Nada. Bastante ocupado estaba en repartirse el pastel del poder que ostentaban desde hacía un escaso mes. Permitió hasta el último día la llegada de pasajeros desde Italia y China sin ningún control en el aeropuerto; no hizo acopio de material sanitario hasta un mes y medio después, con timos chinos, mascarillas “fake”, EPI´s con bolsas de basura y desabastecimiento total.


De guardar el distanciamiento social nada de nada, que los votantes tenían que seguir con sus fiestas de carnaval, con su fútbol y con sus manifestaciones feministas del 8 de marzo (un mes después de tener el informe). El uso de las mascarillas obligatorias todavía se está debatiendo en estos momentos. Lógico. ¿Cómo iban a hacerlas obligatorias si no habían comprado ni una?

Toda una serie de incongruencias propiciadas por su incompetencia y por un orgullo propio de quien se sabe inferior que les impide reconocer sus errores. Una desastrosa gestión que ha provocado más de 30.000 muertos, una pérdida de libertades de dos meses (y vamos para tres) y una crisis económica que recordaremos el resto de nuestras vidas.

viernes, 8 de mayo de 2020

Cambiemos de tema por unos minutos; 13 curiosidades sobre pedos (sin guarradas)




En momentos tan delicados como los que nos está tocando vivir con la crisis del coronavirus, la mente humana necesita cambiar de registro y relajarse durante unos minutos. Les propongo un pequeño compendio sobre las curiosidades de algo que todo el mundo hacemos: tirarnos pedos. Les prometo que no leerán guarradas escatológicas en las próximas líneas.

- La palabra “pedo” es considerada como una palabra vulgar y por ello, la sociedad acepta como políticamente más correcto hablar de flatulencia. Como palabra, pedo nació en el año 1632 y se acuñó como ventosidad que se expele del vientre por el ano. Hasta la definición resulta vulgar.

- Una persona adulta puede expulsar hasta dos litros de gases diarios a través de sus pedos. La media de ventosidades es de 10 y con ellas se podría llenar un globo grande de cumpleaños. ¡Más de 3.000 pedos anuales!

- Pero no se alarmen porque la práctica totalidad de las flatulencias son inodoras: el 99% no huelen. Esto lo sabemos gracias al ímprobo trabajo de dos informáticos de la Universidad de Cornell que construyeron una máquina para medir la repugnancia de los olores.

- La altura tiene mucho que ver en el tema. No. No es que las personas altas se tiren más pedos. Tiene que ver con la altura a la que nos encontremos: a nivel del mar, una persona genera unos 15 diarios; a 7.000 metros de altura la cifra aumenta hasta los 130.  

- Precisamente el aumento de pedos con la altura es lo que preocupa a las compañías aéreas. Por ello, utilizan filtros de carbón activado en el aire acondicionado para absorber los olores y sirven comida a bordo que contiene pocas fibras y muchos carbohidratos, una combinación que facilita la digestión.

- Otro aspecto de la física que condiciona nuestros pedos es la temperatura. Cuando más caliente es la temperatura ambiente, mayor es su velocidad de dispersión y, en algunos casos, más huele.

- Cualquier oportunidad es buena para hacer negocio. La empresa Shreddies puso a la venta hace unos años una línea de ropa capaz de neutralizar los malos olores de las flatulencias. Concretamente revolucionó el mercado con unos pantalones de pijama y unos vaqueros capaces de filtrar los olores gracias al Zorflex, un material de carbón activado que ayuda a que la prenda pueda filtrar unas 200 veces la “fuerza” de los gases. Además, el carbón se reactiva cada vez que se lava la prenda.


- El género también importa, aunque no excesivamente. A pesar de lo que todos pensamos, los hombres no son más flatulentos que las mujeres, aunque, evidentemente, si son más indiscretos. Lo que si se ha demostrado es que las mujeres tienen un olor más “potente”, al tener una mayor concentración de componentes sulfúricos.

- ¿Los pedos pueden salvarnos la vida? Pues sí. Y prueba de ello es el oficio de “oledor de pedos” muy en boga en China. Estos “profesionales” ganan hasta 50.000 dólares al año diagnosticando enfermedades digestivas a través del olor de los pedos de sus pacientes.

- Pero oler los pedos de otros no siempre es buena señal. Existen personas que sienten excitación sexual por el sonido y el olor de las ventosidades de los otros. Evidentemente, tienen una enfermedad y se llama eproctofilia.

- Hasta tres horas después de morir y antes del rigor mortis el cuerpo humano continúa soltando ventosidades. Es lo que se denomina “pedos que huelen a muerto” (perdonen el chiste).

- Y los hay que salen caros. No por quedar mal, que también, sino por cuestiones económicas. Y si no que se lo digan a dos vendedores ambulantes de Valencia que tuvieron que pagar 600 euros de multa por menosprecio a la autoridad al tirarse varios sonoros pedos delante de la policía tras pedirles la documentación.

- Y una última curiosidad. El primer pedo que salió en una película Disney fue en El Rey León. Y sí, fue Pumba quien se echó el cuesco.

martes, 28 de abril de 2020

0,96, el número que resume la incompetencia del Gobierno español




Tras más de dos meses exhibiendo en las puertas de sus establecimientos el famoso cartel de “no tenemos mascarillas, ni geles, ni guantes, ni alcohol”, las farmacias españolas han conseguido, al fin, abastecerse de mascarillas para vender a la necesitada población española.

No ha sido fácil; el mercado está imposible: son escasas y carísimas. Y tampoco han contado con la colaboración del Ministerio de Sanidad que, a pesar de tener centralizado todo el poder de la sanidad española, tanto la gestión como las compras de material, todavía anda buscando al asiático que le vendió los test defectuosos, que fue lo único que lograron comprar, porque de EPI´s y mascarillas, nada de nada.

Pero su gozo en un pozo. Cuando apenas habían pasado un par de días desde que las pusieran a la venta, el Gobierno de España, aprovechándose del estado de alarma, les ha obligado a venderlas a un precio máximo: 0,96 euros por unidad. No reaccionaron durante dos meses para comprarlas, pero para imponer su intervencionismo, sólo han necesitado unas horas. ¿Y qué pasa ahora con el stock que tienen las farmacias, comprado a tres euros o más? Pues a vender a pérdidas, porque el Gobierno impone su precio, pero no se hace cargo de la diferencia. ¡Qué fácil es jugar con el dinero ajeno!

La reacción de las farmacias es automática: no compro más. Ya se encargará el Ministerio de facilitárselas a los ciudadanos. El desabastecimiento está asegurado.


Pero el problema no termina aquí. Ante su incompetencia a la hora de moverse en mercados de compras muy profesionalizados (no como ellos), el Gobierno propuso a empresas textiles españolas que adaptasen sus fábricas (gracias a subvenciones que pagaremos entre todos) para proporcionar todos los elementos de protección necesarios a la sanidad pública. Según su propaganda, pretendían no depender del gigante chino y fortalecer el tejido productivo español, evitando de paso que cerrasen nuestras empresas.

Muy bonitas las palabras, pero los hechos, una vez más, les contradicen. Vendiéndolas a 0,96 euros, el farmacéutico debe ganar algo para poder pagar sus gastos, existe el transporte, la distribución, el embalaje, algún mayorista, el almacenaje, etc. Con todos estos costes, la fábrica difícilmente podrá vender las mascarillas a más de 0,25-0,30 euros la unidad. O sea, trabajarán con costes españoles, pero con precio de venta chino. Muchos ya han parado las máquinas y solicitado un ERTE.


Y para finalizar, la cantidad. No sé a qué lumbreras se le habrá ocurrido. Desde luego a uno que no ha trabajado nunca en un comercio. Pongo la mano en el fuego a que no habrá ni una sola persona que pague con monedas los 0,96 exactos. Como poco, dejarán en el mostrador una moneda de euro. Si se venden 100 al día, ¿saben lo que supone tener 400 moneditas de céntimo todos los días para devolver a los clientes? Eso por no hablar del toqueteo de cientos de monedas con el consiguiente riesgo de contagio del coronavirus. Desde luego, no conozco a muchos que paguen con tarjeta (tal como se nos aconseja) una compra de 0,96 o de 1,92 euros si es que compran dos mascarillas.

0,96, el número que retrata el desastre en la gestión que el Gobierno de Pedro Sánchez está llevando a cabo con la pandemia. Si en un tema tan sencillo como éste meten tanto la pata, que Dios nos coja confesados con todo lo demás.

jueves, 26 de marzo de 2020

Al ministro-filósofo Salvador Illa le han engañado como a un chino




Tarde y mal. Ese puede ser el resumen de las acciones que está tomando el gobierno de Pedro Sánchez en la desgraciada pandemia del coronavirus que estamos viviendo. Es como Pierre Nodoyuna, pero en lugar de hacernos reír como hacía la mítica serie de dibujos animados, sus decisiones nos hacen y nos harán sufrir… y morir.

La última “aventura” la ha protagonizado el Ministro de Sanidad, Salvador Illa. Los sanitarios denunciaban la falta de equipos de protección para realizar su trabajo desde que empezó todo. La respuesta del gobierno, a lo Nicolás Maduro, fue incluir en el decreto de confinamiento que podía confiscar cualquier material sanitario (la población incluso aplaudió, pensando que así sancionarían a los “malditos” especuladores que lo acaparaban todo). No creo que actuasen de mala fe, simplemente es que son tan ilusos que creyeron que con estas confiscaciones, les llegaría para cubrir las necesidades de toda la nación. Nada más lejos de la realidad, las empresas españolas, sin saber a qué precio se las quedaban y cuando cobrarían, dejaron de fabricarlas y quien las importaba, ante el miedo a que se las quedase la guardia civil en el aeropuerto, cancelaron sus contratos.

Además, también decidieron ese mismo día que centralizaban las compras de material sanitario desde el Ministerio, quitando esta labor a las comunidades autónomas mucho más acostumbradas a hacerlo. Se sabe que varios empresarios españoles afincados en China ofrecieron sus servicios para comprar estos materiales a través de sus contactos, pero ni siquiera recibieron contestación y, con el tiempo, lo vendieron a otros países.


Los casos crecieron, los problemas de falta de material también y después de más de un mes de inacción, la pasada semana le entraron las prisas. Lo malo es que comprar en China no es tan fácil como quieren haceros creer (se lo aseguro, he trabajado con ellos) y su forma de hacer negocios dista bastante de la occidental. Allí, el envíamelo y ya te lo pagaré en tres meses no funciona; se hace el pedido, se les paga por adelantado el 30% del importe total para que empiecen a trabajar, lo envían y cuando llega aquí, antes de la descarga se liquida el resto. ¿Por qué Inditex y otras empresas ya han conseguido comprar y el gobierno no? Pues porque tienen profesionales competentes y experimentados y en el Ministerio comandado por el filósofo Illa, no.

Tras varias promesas incumplidas (“llegará en unos días”), el pasado sábado, en el mitin de las nueve, el mismísimo Presidente, Pedro Sánchez, comunicó la llegada de los primeros 600.000 test de diagnóstico y que llegaría otro millón próximamente. Y para justificar los retrasos, alegó que las pruebas que llegaban estaban “completamente homologadas” y que era difícil conseguirlas con estas garantías.

Repartieron las primeras 9.000 en la Comunidad de Madrid y en apenas dos días se ha destapado el pastel: no sirven ni para jugar a los médicos. Tienen una sensibilidad del 30% cuando deberían superar el 80%, por lo que dan muchos falsos negativos. Muchos pacientes que han dado positivo en la PCR (la prueba de referencia), dan negativo es los test piratas que le han vendido al señor Illa.


¿Cómo ha podido ocurrir esto? Sencillo. La pandemia es a nivel mundial, todos los países compran el material, ellos llegan tarde y se quedan con lo que queda, con lo que no quiere nadie y, posiblemente, a precio de oro.

La embajada de China en España corrobora la historia. En un comunicado hecho público hoy anuncia que la empresa a la que le compró el Ministerio, Shenzhen Bioeasy Biotechnology, ni siquiera tiene licencia oficial de la Administración Nacional de Productos Médicos de China para vender sus productos. Pero, ¿dónde han ido a comprar? ¿a mafiosos chinos? Ahora dicen que los han devuelto y que se los repondrán. Si no fuese un tema tan serio, estaría riéndome un buen rato.

Salen de la universidad (si es que llegan), se meten en el partido y de ahí, si tienen un poco de suerte, a calentar un sillón en cualquier ministerio. Pero su incompetencia, sus decisiones equivocadas, en casos de crisis, provocan sufrimiento y muerte. Si tuviesen un poquito de honradez, mañana mismo buscarían a profesionales independientes con experiencia en estas materias, les cederían sus claves de acceso al sistema informático del ministerio y se marcharían a casa a esperar a que les llamen desde el juzgado para declarar como imputados. Porque ese día, llegará.



miércoles, 25 de marzo de 2020

Harry el sucio llega a España con el coronavirus



El Gobierno de España ha anunciado hoy que se permite que dos personas, incluido el conductor, viajen en el mismo vehículo público, privado o particular, siempre que una lo haga en los asientos delanteros y la otra en los traseros, manteniéndose a la mayor distancia posible y que el desplazamiento se realice por una de las causas de fuerza mayor fijadas en el Decreto que estableció el estado de alarma.

Doce días después, ¿porque este “permiso”? Llámenme malpensado, pero creo que el principal motivo de este cambio se produjo el pasado sábado, en la Comunidad de Madrid. Les cuento.

Una auxiliar de enfermería (para más INRI) de un hospital del norte de Madrid aprovechó su día libre, tras estar doblando turnos las seis jornadas anteriores, para hacer la compra de sus padres, de 89 y 85 años, y llevársela a su casa en el municipio de San Sebastián de los Reyes. Como estaba bastante agotada, recogió a su hija para, entre las dos, subir la compra a casa de sus padres ya que no disponen de ascensor.

Unos dos kilómetros antes de llegar a su destino, las paró la policía nacional y, al comprobar que viajaban dos personas en el vehículo, les impuso una multa. De nada sirvieron las explicaciones de que iban a llevar la compra a sus padres, ni que les enseñara la factura del súper o que quisiera abrirles el maletero para comprobarlo. Incluso les enseñó el DNI de sus padres (que llevaba por precaución) para que vieran adonde iban.

El “error” que cometieron fue que las dos iban en los asientos delanteros y sin mascarilla. Alegaron que vivían juntas y le enseñaron el DNI para corroborarlo, pero ni por esas. La ley es la ley.


En España, desde que se promulgó el decreto, las distintas policías han interpuesto 130.000 denuncias por saltarse la normativa. Muchos se echan las manos a la cabeza: ¿cómo puede haber tanto tarado que incumple las normas? ¿Y porqué no? En tiempos “normales”, ¿cuantos hay que circulan a 160 km/h por las carreteras? ¿Cuántos roban? ¿Cuántos maltratan a sus mujeres? ¿cuántos venden y consumen drogas?... en cualquier circunstancia hay personas que se saltan las leyes y en esta ocasión, aunque el miedo les frene, también.

No dudo que la inmensa mayoría de estas sanciones son correctas. Necesarias, añadiría. Pero también habrá casos como el del sábado en Madrid. La policía tiene que hacer cumplir la ley, pero también debe tener la suficiente sensibilidad para detectar los casos en que esta ley debe ser flexible. ¿Puede haber más fuerza mayor que la de esta enfermera madrileña? A algunos no les da para más.


Vayan con cuidado porque en cualquier esquina puede aparecérsele Harry el sucio para hacerle cumplir la ley. Eso sí, en lugar de un Colt, sacará su libreta de multas.  

sábado, 7 de marzo de 2020

El “regalo” de Don Juan Carlos a Corinna de 65 millones de euros




Algunos regalan un bolígrafo de oro, otros lencería carísima y los menos, un viaje a Mónaco, todo pagado. Personalmente, si alguna vez tengo un querido o querida, quiero que sea como el Rey Emérito de España, Don Juan Carlos. Les cuento la historia.

Al parecer, todo comienza, ¿cómo no?, con unas grabaciones del excomisario José Manuel Villarejo a Corinna, en presencia del empresario Juan Villalonga (Dios los crea…), en la que la princesa alemana aseguraba que el Rey Emérito había cobrado comisiones de la obra del AVE en Arabia Saudí. No por sospechado deja de oler mal.

El Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional que investigaba el caso, consideró que las afirmaciones que contenían las grabaciones eran “débiles” y que afectaban a un periodo de tiempo en el que el Monarca era inviolable. Sin embargo, dio traslado a Anticorrupción para que determinara si se habían producido delitos de cohecho y corrupción por parte de las constructoras españolas elegidas para acometer la obra. O sea, sólo se juzga a quien pone el dinero y no a quien lo recibe. Continúa oliendo mal.

Por otra parte, a raíz de la trama Gürtel, se ordenó el registro por parte de la fiscalía suiza de los despachos del fiduciario Arturo Fasana, quien gestionó el patrimonio oculto de los cabecillas de Gürtel. En dicho registro se encontraron muchas más cosas, entre ellas una cuenta que hizo sospechar al primer fiscal de Ginebra, Yves Bertossa. En la cuenta del banco privado suizo Mirabaud, aparecía una donación de 100 millones de dólares pagados por el Ministerio de Finanzas de la monarquía saudí. Dicha cuenta, está a nombre de la entidad panameña Lucum, de la que Don Juan Carlos es el único beneficiario. Huele muy, muy mal.

Fue pasando el tiempo y parte de ese dinero se retiró de la cuenta. Cuando quedaban 65 millones de euros, se transfirieron a Corinna zu Sayn-Wittgenstein a través de la sucursal de otro banco de Ginebra en las Bahamas. El olor no mejora.  


Ligándolo todo, el fiscal de Ginebra solicitó a la justicia española la información de este caso ya archivado, incluyendo las grabaciones de Villarejo y ha abierto diligencias en un juzgado suizo al que ha acudido a prestar declaración el abogado de la princesa alemana.

¿Y qué ha alegado? Pues que Don Juan Carlos en 2012, por el cariño que le tenía tanto a Corinna como a su hijo (suponemos que se refiere solamente a hijo de ella), le hizo una donación de 65 millones de euros. ¡Toma cariño!

Para que nos hagamos una idea: 65 millones de euros es el presupuesto anual de un ayuntamiento de una ciudad de entre 60.000 y 80.000 personas. Otra comparación: el Rey cobraba por entonces menos de 250.000 euros al año en España. El dinero que le dio a Corinna fue como si un trabajador medio-alto español (que cobre unos 40.000 euros anuales), le soltase 10 millones a alguien “por cariño”.

Evidentemente, algo más debe de haber. ¿Por qué el gobierno de Arabia Saudí ingresó 100 millones en la cuenta si ellos eran los que pagarían posteriormente la obra? ¿Fueron intermediarios del pago de las constructoras españolas a Don Juan Carlos? ¿Le donó el dinero sólo para ella y su hijo o para que lo guardara para disfrutar de una jubilación dorada junto a su amor? Son solo algunas de las preguntas que surgen.

El tiempo pasa y las circunstancias cambian. Don Juan Carlos ya no es rey y, por lo tanto, ya no es inviolable (por mucho que el PSOE continúe excusándose con ello para no investigarlo en el Congreso) por lo que Anticorrupción ya puede investigarlo; la fiscalía de Ginebra es libre de actuar en su país contra cualquiera que viole sus leyes, sea un rey emérito o no y con Corinna parece que el cariño ha desaparecido a raíz de las noticias que afirman que va a presentar una demanda contra Don Juan Carlos y contra el ex jefe del CNI en el Reino Unido por presuntas amenazas cuando vivía en Suiza en el año 2013.


Esperaremos acontecimientos, pero todo huele muy mal para Don Juan Carlos. Creo que nos vamos a divertir.
  

martes, 3 de marzo de 2020

Oro responsable, diamantes sostenibles y otras chorradas de Jane Fonda




Le ha llegado la vejez (muy bien llevada, por cierto), pero continúa necesitando estar en la primera línea de las noticias, en el “candelabro” como diría la gran Sofía Mazagatos. Actriz, escritora, editora, la más famosa experta en aerobic, Blogger y, sobre todo activista política, no duda en acudir a cualquier acto de protesta que esté en contra del poder establecido, sobre todo si ese poder lo ostenta el Partido Republicano y aún más ahora con Donald Trump.

A sus 82 años todavía tuvo reflejos para colocarse, cuando llegó la policía, en primera línea de una manifestación contra el cambio climático celebrada en la capital estadounidense. Lógicamente, logró su objetivo y fue arrestada ¡por quinta vez! en Washington. Desconocemos si ya ostenta el récord Guinness, pero las portadas de los periódicos hablaron profusamente sobre ella, que es lo que importaba.

Una de sus últimas apariciones públicas fue con motivo de la Gala de los Oscar, ceremonia en la que, con todo merecimiento, estaba invitada. Si ven las fotografías que acompañamos, asombra su extraordinaria forma física, su elegancia innata y las delicadas joyas que luce

No sabemos si por remordimientos al lucir joyas tan lujosas o por tener firmado algún contrato publicitario, Jane Fonda tuiteo junto a una foto suya el siguiente comentario: “En los Oscar llevando joyería Pomellato porque solo utiliza oro responsable, cosechado éticamente, y diamantes sostenibles”. ¿Se puede ser más buena persona?


Una auténtica cadena de elogios hacia la actriz por parte de sus incondicionales siguió a la publicación del tuit, remarcando su sentido ecológico y su solidaridad con los más pobres, pero realmente ¿qué es el oro responsable y los diamantes sostenibles?

El proyecto “Iniciativa Oro responsable" (Better Gold Initiative) surgió hace unos años por medio de una alianza público-privada entre la Cooperación Suiza-SECO y la Asociación Suiza de Oro Responsable, entidad que congrega a grandes refinerías, joyeros y organizaciones financieras suizas. La labor de este proyecto es apoyar a los mineros artesanales y de pequeña escala de diferentes lugares del mundo para que alcancen estándares internacionales en su producción, la cual podrán colocar a un precio justo entre compradores que valoran el cumplimiento de medidas ambientales, sociales y laborales.


Gran labor que, al eliminar intermediarios, garantiza un mejor precio a los pequeños productores y, llámenme malpensado, provoca que los joyeros suizos se forren, literalmente, al pagar por ese oro mucho menos que por cualquier otro. Ganan más y son considerados promotores del comercio justo. Por algo el 60% del oro que se comercia en el mundo transita por territorio suizo. Es como si un supermercado fuese al agricultor directamente a comprarle los tomates, sin intermediarios. El súper le puede pagar más al agricultor y aumentar sus márgenes de venta, incluso vendiéndolo más barato que la competencia. Que tome nota nuestro Ministro de Agricultura de la sabiduría suiza.

¿Y qué son los diamantes sostenibles? Esto es más sencillo. Podrían denominarlos diamantes sintéticos, pero convendrán en que quedaría mucho más vulgar. Simplemente es un trozo de carbón que, tras pasar por diferentes procesos en un laboratorio, se convierte en una imitación, casi perfecta, de uno natural.

El problema es el precio. Gracias a publicidades como la efectuada por Jane Fonda, el precio al que se pueden vender estas piedras similares a las circonitas es apenas un 30 o un 40% inferior al de los verdaderos diamantes. Como bien dicen desde el Instituto Gemológico Español, “los métodos tecnológicos para fabricar los diamantes sintéticos se abaratan continuamente y su precio irá bajando progresivamente. Es posible que aquello que hoy cueste mil euros, en un año, pueda bajar hasta los cinco”.


Además, afirman que “el término diamante solo puede ser utilizado por los naturales según diferentes normativas internacionales (CIBJO e ISO 18323.2015). Los sintéticos tendrán que ser claramente identificados y se considerará engañoso utilizar las palabras cultivado, real, genuino o gema”.

Y en cuanto a ecológicos… si tenemos en cuenta el elevado gasto energético que utiliza el laboratorio para la transformación del carbón y los productos químicos que se requieren en el proceso, no acabo de ver la ecología por ninguna parte.

Creo Jane Fonda que es lo suficientemente inteligente como para que le tomen el pelo. ¿Ecológica y responsable? Yo la veo más interesada en los contratos publicitarios y el autobombo, qué quieren que les diga.



viernes, 28 de febrero de 2020

El delirante feminismo del Ministro de Cultura español




Decía el gran crítico cinematográfico Carlos Pumares que las películas españolas eran aquellas que pagábamos dos veces los españoles: una cuando acudíamos a las taquillas del cine y la otra con las subvenciones que le pagaba el Ministerio de Cultura, que salen de nuestros impuestos vía presupuestos del estado. Posiblemente, esa sea la razón por la que hace décadas que no veo una película española en el cine y, si me apuran, tampoco en la televisión. Bueno, esa y que la gran mayoría son infumables. Pues bien, para el nuevo Ministro de Cultura, el socialista José Manuel Rodríguez Uribes, esto no es todavía suficiente.

En una rueda de prensa celebrada esta semana, el bueno del ministro ha afirmado que su ministerio estará absolutamente centrado en dotar de subvenciones a las producciones artísticas creadas por mujeres. Según Rodríguez Uribes, España se encuentra inmersa en la más terrible de las discriminaciones en el ámbito de la cultura hacia el género femenino y se tiene que corregir porque hay una “brecha inaceptable entre el ser y el debe ser”. Con estas declaraciones suponemos que ya ha entrado con pleno derecho en la primera división de los hipócritas políticos tremendistas. ¿El nuevo ministro no conoce la extensa obra de Josefina Molina, Isabel Coixet o Gracia Querejeta, por poner sólo unos ejemplos?


Para poner solución al “problema” detectado, ha anunciado una nueva Ley del Cine en la que las películas y cortometrajes dirigidos por mujeres pasarán a tener consideración de “obras difíciles” e incrementará las subvenciones a las cineastas en un 75% más que al resto de directores hombres. Otro que piensa que con el dinero de los contribuyentes se arregla todo. Aunque, quizá, lo más curioso sea que su definición de “obra difícil” no venga dada por el contenido de la producción en sí, sino por el hecho de que esté realizada por mujeres. ¿Acaso duda de su capacidad para dirigir películas?

Por cierto, el ministro añade un guiño hacia el nacionalismo y considera también como “obra difícil” aquellas películas rodadas en catalán, vasco, gallego o valenciano. Con ello, también serán beneficiarias de un aumento de la subvención del 75%, por lo que más del 80% de su producción estará financiada con dinero público. “Hay que hacer territorio con la cultura” dice el ministro. Que sea buena o que aporte un mínimo de cultura a la sociedad es lo de menos.

Si ya les parece escandaloso, lo mejor se lo dejaba para el final. Su ministerio tiene un estudio en marcha que planea transformar radicalmente las instituciones culturales españolas de mayor prestigio. ¿Cómo?  Pues con la famosa “paridad”.

A partir de ahora, las bibliotecas españolas deberán ser inclusivas y en sus estantes tienen que tener el mismo número de ejemplares escritos por mujeres que por hombres. “El comienzo del cambio será la Biblioteca Nacional”, ha aseverado el ministro. Bien por él. La selección ya no se hará en base a la relevancia del contenido del libro sino al sexo de quien lo escribe. Algún ejemplar de Cervantes, Quevedo o Miguel Hernández deberá desaparecer.


Y le faltaba una tercera pata a su desvarío: el teatro. ¿Recuerdan que en la antigüedad (la Inglaterra isabelina) los papeles femeninos en las obras de teatro los representaban hombres disfrazados? Pues ahora lo mismo, pero al revés. El ministro ha señalado que las producciones teatrales deberán tener el mismo número de actores masculinos y femeninos. ¿Qué en la obra aparecen más hombres? Pues que el autor la cambie. ¿Qué el autor es un clásico ya fallecido? Pues que lo resuciten.  

Como pueden comprobar, la paranoia feminista que nos invade no tiene límites. Aunque en este caso, me huele que estas promesas están más encaminadas hacia la propaganda que a otra cosa. El tiempo lo dirá.


lunes, 24 de febrero de 2020

La alfombra roja de los premios Goya acabó en la basura




Seguro que todos ustedes conocen la regla de las “cuatro erres” que todo defensor del medio ambiente y del cambio climático en el planeta predica: Reducir, reutilizar, reciclar y recuperar. Pues la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, organizadora de la gala de entrega de los premios Goya, no.

Si fueron de los sufridos espectadores que se tragaron el tostón presentado por el matrimonio formado por Andreu Buenafuente y Silvia Abril, oirían hasta la saciedad mensajes medioambientales del tipo “salvemos el planeta”, “urgencia climática”, etc. Toda una batería de sermones destinados a concienciar a los espectadores sobre el apocalipsis que nos espera si no nos decidimos a cambiar nuestras costumbres consumistas. Pues como diría el refrán, “consejos vendo y para mí no tengo”.


La alfombra roja que pisaron todas las “estrellas” a su llegada, el photocall donde inmortalizaron su presencia e incluso parte de las gradas donde se agolpaban sus admiradores acabaron en el contenedor más cercano al teatro donde se realizaba la Gala. Todo a la basura. Un solo uso; el consumismo salvaje que se criticaba en la Gala, perpetrado por los organizadores de la misma Gala. La hipocresía al poder.

Afortunadamente, por el lugar transitaba un profesor malagueño, José Miguel Santos Paradas, director del centro Misioneras Cruzadas de La Palma-La Palmilla, un colegio privado religioso de la capital malagueña, que no dudó en cargar tan preciado material en su coche para llevárselo a su colegio.


“Gracias porque con todo lo que habéis tirado, algunos reutilizaremos los desechos para que los niños de un barrio olvidado se sientan los verdaderos actores de vida reales” publicaba el director en una conocida red social y se preguntaba “cómo se consiguen tantos recursos, cual es el camino para que no te denieguen recursos básicos o te cierren puertas. A una pequeña escuela de barrio siempre se nos dice que no hay recursos para las necesidades más básicas, que durarían mucho más que una noche”. Ya le contesto yo: casándose con el poder, sobre todo si es de izquierdas.

Gracias a este profesor, por lo menos en esta ocasión se han respetado las cuatro erres dándole una segunda vida a los desechos de la Gala. Esperemos que rectifiquen para la Gala de 2021. Si. Ya lo sé. Siempre he sido un empedernido iluso optimista.