Como todos
los años, llega el calor y al quitarnos las gruesas ropas de abrigo y mirarnos
en el espejo, lo que aparece ante nuestros ojos no nos acaba de gustar. Esos
kilitos de más… Se impone la “operación bikini”: más ejercicio y comida que no
engorde.
¿Y cuáles
son esos alimentos que nos ayudarán a adelgazar? Existen muchas leyendas urbanas
acerca de los alimentos que adelgazan o engordan, pero la mayoría no son
ciertas. Aquí les dejamos 10 de los mitos más extendidos entre la sociedad.
- El pan
engorda. Seguramente es el mito más escuchado y, sin embargo, no es cierto. El
pan blanco contiene 250 calorías cada 100 gramos , algo menos
que el pan tostado (350 Kcal.). ¿Por qué? A igualdad de peso, la corteza tiene
más calorías que la miga al contener ésta mucha más agua. Eso si, el pan
tostado produce una sensación mayor de saciedad. La mejor solución es
sustituirlo por el pan integral, con menos calorías y más fibra, minerales y
vitaminas del grupo B.
Lo que
engorda no es el pan, sino lo que le ponemos dentro…
- El aceite
crudo tiene menos calorías que frito. Pues no. Da igual tomar verduras aliñadas
con aceite de oliva que rehogadas con la misma cantidad de aceite: tienen las
mismas calorías. Tampoco influye el grado de acidez, la procedencia del aceite
o si es de maíz, girasol, oliva, sésamo o cacahuete. Nos podrá gustar más o
menos el sabor, pero las calorías… las mismas.
- El agua
mineral engorda. Olvídenlo. El agua no tiene calorías, ni la mineral ni la del
grifo. La mineral simplemente ofrece un sabor especial según los minerales que
contenga, pero eso no provoca engordar ni regular el peso. También es un mito
que ayude a adelgazar según se tome antes o después de las comidas.
Lógicamente, si se toma una gran cantidad antes de la comida, nos sentiremos
saciados y comeremos (engordaremos) menos.
- La cerveza
sin alcohol no tiene calorías. Dejémoslo claro: tiene menos calorías que la
estándar, pero sí que tiene. Concretamente, la gran mayoría de las denominadas
cervezas sin alcohol tiene una cantidad inferior al 1% de alcohol y entre 2 y 5 gramos de hidratos de
carbono por cada 100 cc. Esto se traduce en que cada cerveza consumida equivale
a unas 60 Kcal.
- Las
patatas engordan. ¡Pobres patatas! ¡Siempre perseguidas! La patata sólo aporta
85 kcal. por cada 100
gramos ya que contiene un 80% de agua. Tomadas cocidas o
hervidas tienen muchas menos calorías que la mayoría de alimentos. Pero, claro,
si se toman fritas en aceite, en puré con mantequilla o acompañadas de salsas…
- Las
hierbas ayudan a controlar el peso. Las hierbas son buenas para muchas cosas,
pero no son lo más conveniente para perder peso. A pesar de que pueden hacer
perder kilos al principio, esto es debido a que contienen laxantes y diuréticos.
Esos kilos que se pierden son de agua, no de grasa y se recuperan más deprisa
de lo que se pierden.
¡Cuidado
con las píldoras “milagro”! Algunas de ellas, aparte de hierbas contienen
derivados anfetamínicos, ansiolíticos o extractos de glándulas endocrinas y
todo ello puede provocar la muerte en algunos consumidores.
- Las
vitaminas engordan. Difícil, porque no tienen ni una sola caloría. Además, es
falso que aumenten el apetito. Simplemente, son nutrientes esenciales para el
organismo. Por cierto, tampoco incrementan la memoria, ni previenen la gripe ni
mejoran el rendimiento sexual. Ya saben: milagros en Lourdes.
- La tónica
y el bítter son bajos en calorías. Están de moda, pero no por ello son una
quimera. Contienen las mismas calorías que cualquier otro refresco, unas 120
por botellín de 200 cc.
- Todos los
productos “light” tienen pocas calorías. En el mundo “light” hay de todo, desde
los que no contienen ni una caloría como los refrescos, hasta los que apenas
rebajan su aportación calórica respecto al alimento normal. Para conseguir que
la mayonesa, la margarina, el paté o los embutidos tengan menos calorías, se
aumenta la proporción de agua o la cantidad de carne magra. No son la panacea,
pero ayudan a mantener la línea.
- El azúcar
engorda. Sin duda, ya que tiene unas 400 Kcal. por cada 100 gramos , pero no es
tan malo como nos lo pintan algunos. Quizá la mala fama provenga de su relación
con las caries y la diabetes. En su defensa diremos que la bollería, los
pasteles y el chocolate no engordan tanto por la cantidad de azúcar que
contienen sino por las grasas que se utilizan en su elaboración. Y siempre se
pueden usar edulcorantes sustitutivos como el aspartamo, la sacarina o el
ciclamato.
Por último,
recuerden que, aunque no le vayan a provocar obesidad, algunos de los alimentos
relacionados no son buenos para algunas personas con otras patologías. Y, por
supuesto, si quieren perder algo de peso y sentirse más sano, haga deporte. No
es preciso correr la maratón, pero nadar, caminar o montar en bicicleta no
viene mal a nadie.
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