Si les nombro el Citrato
de Sildenafilo, seguro que muchos de ustedes (me incluyo a mi mismo hasta hace un rato) no sabrán de lo que les
hablo; ahora bien, si la palabra que sale de mis labios es viagra… ya todos
sabemos a lo que nos referimos.
Las famosas “pastillitas
azules” empezaron a popularizarse a finales de la década de los noventa del
pasado siglo. Lo que en un principio estaba diseñado para usarse en la
hipertensión arterial y la angina de pecho, pronto reveló sus efectos
beneficiosos para tratar la disfunción eréctil. Vamos, que los individuos que
realizaron los primeros ensayos cíclicos, acabaron con notables erecciones de
pene.
Tras la aprobación para su
uso por parte de las distintas administraciones sanitarias en 1998, su éxito
resultó imparable, para alegría de la farmacéutica Pfizer que fue quien
consiguió la patente.
Pero puede que el
liderazgo de la viagra esté tocando a su fin. A 4.000 metros sobre el
nivel del mar, en zonas de Perú, Bolivia y Ecuador, crece una planta, la maca,
con unas cualidades que superan en muchos casos a la del célebre fármaco.
La parte que se utiliza de
la planta en su raíz, de unos 5 centímetros de longitud y anchura de entre 3 y
6 centímetros .
Su color varía y puede ir del amarillo o rosa claro al violeta oscuro o negro.
Según este color, sus efectos pueden ser diferentes.
Fueron los indígenas quienes
la descubrieron y quienes ya la usaron como afrodisíaco y como remedio para
curar diversas enfermedades. Y es que como si fuese el auténtico “Bálsamo de
Fierabrás”, la maca mejora la memoria y el aprendizaje, aumenta el rendimiento
deportivo, disminuye la ansiedad y regula la función del sistema endocrino. Pero
la gran diferencia con la
Viagra reside en que también mejora las experiencias sexuales
de las mujeres, aumentando considerablemente su libido. Por último, también es
perfecta para aquellas parejas que buscan denodadamente la fecundación ya que
incrementa la cantidad y movilidad de los espermatozoides.
De momento, las
exportaciones de este vegetal se han duplicado desde el 2014 y ya se ha popularizado en el resto de
Sudamérica como alternativa natural a la Viagra y amenaza con extenderse al resto del
mundo. Por si esto fuese así, los países andinos se han preparado y en apenas
tres años casi han triplicado la extensión de terreno dedicado a este cultivo.
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