Hace varias décadas
estuvieron a punto de desaparecer dos auténticas joyas de nuestra naturaleza
como son las Águilas Real y Perdicera. Tras muchos esfuerzos, tanto de
particulares, ONG´s y organismos oficiales y mucho dinero gastado, se lograron
salvar. Hoy, vuelven a estar en peligro. ¿Caza ilegal? ¿Venenos? ¿Incendios?
No. Algo mucho más común y, en apariencia, inofensivo: los tendidos
eléctricos.
Más de 200 águilas
perdiceras y de 120 águilas imperiales, además de muchas otras aves rapaces y
buitres, han muerto en España electrocutadas en los últimos 15 años. Por ello,
nueve entidades relacionadas con la conservación de la naturaleza, entre las
que se encuentran ONG´s como Ecologistas en Acción, SEO BirdLife, SIECE y WWF
España, Agentes Forestales y Medioambientales, los hospitales de animales
salvajes Amus y Grefa y la revista Quercus, se han unido en la plataformas SOS Tendidos Eléctricos con el objetivo de parar esta auténtica masacre. Además de
alertar a la sociedad de este peligro, pretenden exigir a las administraciones
públicas y a las compañías eléctricas que asuman su responsabilidad invirtiendo
en soluciones eficaces y duraderas.
Las soluciones a este
problema son diversas y con costes muy diferentes. Una de las que se llevaron a cabo en la década de los noventa
y cuyos resultados fueron altamente satisfactorios fue la del aislamiento de
los postes, dándose el curioso caso de que muchas aves incluso nidificaron en ellos. Sin embargo, pasado el
entusiasmo inicial, las compañías eléctricas no mantuvieron el trabajo de
protección y el problema se ha recrudecido. Otra forma de protección es la
colocación de balizas para que las aves puedan esquivar los tendidos mal
colocados o poco visibles. Por último, la solución más cara pero, a la vez, más
efectiva es la de enterrar las líneas eléctricas. Por supuesto, no se pueden
enterrar todas las líneas que cruzan nuestra geografía, pero si se puede hacer
un esfuerzo en las zonas con especial peligro para las aves protegidas,
aquellas donde nidifican o transcurre su día a día.
Se estima que las medidas
adoptadas en los noventa, lograron salvar de la extinción al águila imperial
ibérica. Si las compañías eléctricas y las administraciones competentes
colaboran ahora, seguro que también se podrán salvar estas aves protegidas
seriamente amenazadas por las líneas eléctricas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario