No falla. Al
acabar el verano, la báscula siempre nos da la mala noticia de que hemos
engordado todo (o casi todo) lo que habíamos logrado adelgazar desde el verano
anterior.
Tras unos días pasando hambre con la “dieta milagro” que nos ha
aconsejado nuestra vecina del quinto y tras comprobar que, excepto unos “gramitos”
al principio, no hay forma de que la báscula nos de buenas noticias, decidimos
tomárnoslo en serio y pasamos a la acción: vamos a hacer ejercicio. Pero ¿cuál es la mejor forma de perder peso? ¿Pesas
o cardio? Intentamos explicarlo según los consejos de especialistas que hemos
recopilado.
La mayoría de
los expertos se decantan por una combinación de ambos. Por una parte, los
ejercicios musculares que reporta el levantamiento de pesas provocan una quema mayor
de grasa corporal. Y no sólo durante el ejercicio sino también durante la
recuperación muscular, por lo que consumiremos calorías horas después de haber
realizado los ejercicios.
Además, bien
realizados los ejercicios, los resultados beneficiosos para el cuerpo van desde
la mejora en la protección de una articulación hasta la recuperación de una
lesión, además de la pérdida de calorías y la mejora de la fuerza muscular.
También mejoran los niveles de glucosa en personas con diabetes, se reduce el
dolor de la artrosis, se mejora la postura y aumenta nuestra autoestima, tan
baja tras los meses de verano. Y no tengan miedo: utilizar regularmente las pesas no
va a convertirnos en un “musculitos” hiperdesarrollado.
En cuanto a
los ejercicios cardiovasculares, los más recomendados son la natación, la
carrera continua, la bicicleta o las series de entrenamiento interválico (HIIT)
que alternan alta y baja frecuencia cardíaca. En todos ellos, para que el
ejercicio resulte eficaz, se debe mantener una intensidad de al menos el 60% de
la frecuencia máxima de la persona. Los expertos aconsejan sesiones de un
mínimo de 45 minutos alternando diversas intensidades.
Los
ejercicios cardiovasculares mejoran la circulación sanguínea y el estado del
corazón, la capacidad pulmonar, la eliminación de toxinas por el sudor, la
resistencia de los tendones y es una buena alternativa al estrés ya que se
liberan endorfinas. Y como lo que buscamos es eliminar grasas, después de un
tiempo de actividad, el cuerpo pasará de conseguir la energía de la glucosa a
los ácidos grasos.
Ya sé que es
pedir mucho, sobre todo si estamos empezando, pero lo ideal para conseguir
eliminar la grasa corporal es hacer una combinación de ambos entrenamientos,
primero con el levantamiento de pesas y después con ejercicios
cardiovasculares. Primero se aprovecha la glucosa como fuente principal de energía
para luego pasar al consumo de grasa mientras corremos o nadamos. Es la mejor
forma de rebajar las grasas, que es lo que perseguimos.
Pero si a
usted le apetece hacerlo al revés, no hay problema. Lo más importante para
rebajar esos “quilitos” es la motivación, la disciplina y las ganas de
progresar. Imponiéndonos a nosotros mismos una rutina que no nos guste,
conseguiremos cogerle asco al ejercicio y no lograremos nuestros objetivos.
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