No
soy el único que piensa que el planteamiento que se viene utilizando desde un
principio en la recarga de las baterías de los vehículos eléctricos no es el
adecuado. O, al menos, no debería ser la única solución. Cambiar los
combustibles fósiles por la electricidad verde (la generada de forma
sostenible) es, con permiso del hidrógeno verde, una de las pocas soluciones
para acabar con la contaminación y las emisiones de CO2 a la atmósfera. Pero,
tal como está planteado en la actualidad, será muy difícil que se pueda
conseguir.
¿Cuántos
usuarios pueden recargar las baterías de su vehículo por la noche? Para ello, usted
debería vivir en el campo o en un unifamiliar con las instalaciones adecuadas
(y caras), porque si vive en un bloque de viviendas, ¿dónde lo enchufa? Incluso
disponiendo de garaje comunitario, lo va a tener difícil tanto por la
instalación como por el coste de la electricidad que, normalmente, se paga
entre todos los propietarios.
Recargarlo
en las pocas electrolineras disponibles continúa siendo una quimera. Mucho
tiempo enchufado (incluso aunque sea media hora continúa siendo mucho tiempo) y
pocas instalaciones. Pensemos que, si se generalizase el uso del eléctrico, ¿cuántos
postes deberían instalar en las electrolineras para cubrir la demanda? Ahora es
muy bonito porque siempre están vacíos y disponibles, pero imaginen llegar y ver una
cola de cuatro o cinco coches para recargar en cada poste…
Por
todo esto, siempre he pensado que debería existir un sistema alternativo. Y el
mejor sería el de baterías intercambiables. Usted llega con su vehículo, le
quitan la batería agotada y le colocan otra recién cargada. En un par de
minutos solucionado, más o menos lo que cuesta llenar el depósito de gasolina. ¿Por
qué no se hace? Pues porque cada fabricante de automóviles tiene sus propias
baterías, diferentes de las de los demás, y porque cada batería vale un
pastizal y no se pueden arriesgar a perderlas o que se estropeen.
Parece
que las cosas tienden a cambiar. Cuatro de los líderes mundiales del sector de
las motocicletas, Yamaha, Honda, la sueca KTM y la italiana Piaggio han firmado
una carta de intención para la creación del Consorcio de Baterías
Intercambiables para el segmento catalogado como L en automoción: motocicletas,
ciclomotores y vehículos ligeros.
Las
cuatro marcas reconocen que disponer de un sistema de baterías intercambiables
estandarizado promovería el uso generalizado de vehículos eléctricos ligeros, a
la vez que contribuiría a una gestión más sostenible del ciclo de vida de las
baterías utilizadas en el sector del transporte.
El
objetivo del consorcio, que comenzará sus actividades en el mes de mayo, será
definir las especificaciones técnicas estandarizadas del sistema de baterías en
colaboración con otras empresas interesadas y con los organismos de
normalización nacionales e internacionales. El propio consejero delegado de
KTM, Stefan Pierer, remarcaba que las limitaciones de los sistemas de
propulsión eléctrica en cuanto a la autonomía, tiempo de carga y coste inicial
siguen siendo evidentes en la actualidad y se tiene que buscar una solución consensuada.
El
camino ya lo inició hace tres años la marca Kymco que apostó por la idea de las
baterías intercambiables con su proyecto Ionex que está en marcha desde
entonces en Taiwán con gran éxito, aunque todavía no ha podido dar el salto a
Europa debido al alto coste y a la dichosa pandemia.
Deseamos
que el proyecto tenga éxito y que pronto lo imiten para otro tipo de vehículos.
Muchos de los que querríamos desplazarnos sin contaminar pero no tenemos la
posibilidad de hacerlo, lo agradeceríamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario