martes, 14 de septiembre de 2021

Enseñan a las vacas a ir al WC para frenar el cambio climático

 


Existen noticias que se tienen que leer un par de veces para comprender lo que dicen y un par de veces más para decidir si son verdad o nos están tomando el pelo. Esta que les traigo hoy tiene toda la pinta de ser de estas últimas, aunque, analizándola un poco y sabiendo cómo se las gastan los del “cambio climático”, sospecho que es verdad; que existen intelectuales que usan sus conocimientos y su tiempo ¡enseñando a las vacas a ir al wáter!

Según los datos que maneja la UE, la agricultura y la ganadería son responsables del 10% del total de emisiones contaminantes a la atmósfera, principalmente de metano, un gas que tiene 25 veces más capacidad para atrapar calos que el dióxido de carbono. Para rebajar estas cifras, además de mejorar las composiciones de algunos fertilizantes y otras medidas menores, el foco, mal que les pese a ellas, se ha fijado en las vacas y en su fea costumbre de exhalar metano y amoníaco cuando efectúan sus necesidades.

Se han barajado varias soluciones a cargo de distintos grupos de estudio repartidos por todo el planeta (¿alguien dijo que faltaban científicos en el mundo?) encaminados sobre todo a mejorar su alimentación, ya que se considera que modificarla podría suponer una reducción de sus emisiones en un 25%. Unos quieren reducir la cantidad de fibra que comen; otros reducir las proteínas que ingieren, sustituyéndolas por urea e incluso hay algunos que proponen alimentarlas con algas. Todo sin preguntarles ni una sola vez a las vacas qué les parecían estas soluciones.

También se proponen otras soluciones ingeniosas como la de seleccionar sus genes para modificar el ADN de la especie y crear un ganado más ecológico o el de inyectar purín en el terreno para reducir las emisiones de metano.



La que más nos ha sorprendido está relacionada con esta última solución, aunque su tratamiento es mucho más ingenioso y simpático. Investigadores del Instituto de Investigación de Animales de Granja de Alemania consiguieron enseñar a 11 vacas a orinar en un recinto designado para ello con el fin de que sus residuos pudieran ser posteriormente tratados. Si lo hacían bien, les recompensaban con comida; si fallaban el tiro, las rociaban con agua. La mayoría aprendió en menos de dos semanas y los investigadores están convencidos que todas lo conseguirían con un “entrenamiento” extra. O eso, o una pulmonía, que en Alemania el agua está muy fría.  

Desde el Instituto, que ha publicado sus conclusiones en la revista Current Biology, afirman que recoger el 80% de la orina de los aminales podría reducir un 56% las emisiones de amoníaco a la atmósfera. No aclaran cómo llegar a recoger el 80% de la orina de todas las vacas del mundo, porque todas deben de contaminar lo mismo que las 11 del estudio, supongo.

Ahora hablando en serio: ¿es una impresión mía o esto del cambio climático se nos está yendo de las manos?


No hay comentarios: