Si
usted tiene un Mini clásico, el que de verdad era “Mini”, y, al mismo tiempo,
es un apasionado de los coches eléctricos, ahora tiene la solución: el proyecto
“Mini Recharged”.
La
idea surgió en el Salón del Automóvil de Nueva York de 2018 con la presentación
del prototipo del Mini Electric clásico. Las reacciones de los presentes fueron
tan positivas que un equipo especializado de la planta Mini en Oxford
desarrolló un plan para podérselo ofrecer a los clientes que ya tuvieran un
Mini. ¿En qué consiste?
El
proyecto “Mini Recharged” permite sustituir el antiguo motor de gasolina
original del modelo Classic por un moderno motor eléctrico de nueva factura que
le permita electrificarlo y, de paso, prolongar la vida del vehículo.
El
nuevo propulsor eléctrico genera una potencia de hasta 90 kilovatios (kW) (sobre
121 caballos) cuya energía la suministra una batería de alto voltaje, que puede
cargarse con una potencia de hasta 6,6 kW y que proporciona una autonomía de
160 kilómetros. Además, se le añade un nuevo cuadro de instrumentos central que
muestra la temperatura de conducción, la marcha seleccionada, la autonomía restante
y la velocidad.
Y
lo mejor de todo es que es reversible. Durante la conversión, que se realiza
exclusivamente en Reino Unido, el motor original de gasolina se marca y se guarda
para poder reutilizarlo en el caso de que su dueño quiera revertir el cambio en
el futuro. Que siempre habrá alguien que añore el original.
Una
bonita fórmula para aunar las bellas formas clásicas del Mini original creado
en 1959 por el diseñador estadounidense Frank Stephenson con el ecologismo de
los modernos motores eléctricos.
Otro
cantar será el precio. Aunque no han dado cifras, este tipo de transformaciones
de modelos vintage en eléctricos suelen rondar los 30.000 euros…
No hay comentarios:
Publicar un comentario