¿Cuántos millones de veces ha oído la famosa frase de “una
hora menos en Canarias”? Pues está a punto de no escucharlo nunca más.
La subcomisión del Congreso de los Diputados para el estudio
de la racionalización de los horarios, la conciliación de la vida personal,
familiar y laboral y la corresponsabilidad acaba de aprobar un informe de
medidas que, entre otras muchas, incluye una propuesta para que el gobierno de
España realice un estudio socioeconómico para conocer en detalle cuál sería la
incidencia económica global de un posible cambio de huso horario en España,
recuperando la antigua vinculación al huso horario de Greenwich (una hora
menos).
Seguro que muchos de ustedes se han preguntado en alguna
ocasión por qué España tiene el mismo horario que Alemania, Francia, Italia o Polonia estando
mucho más al oeste y no el del Reino Unido (horario GMT o de Greenwich) cuando
el mismo meridiano que da nombre a este horario cruza tanto por Londres como
por el este de España (Cataluña y la Comunidad Valenciana). El asunto viene de
lejos, concretamente de la Segunda Guerra Mundial. Durante la contienda, por
motivos logísticos, los países con el horario del meridiano de Greenwich
adaptaron sus horarios al huso centro alemán. Una vez finalizada la guerra,
todos los países volvieron a retrasar una hora sus relojes excepto, no sabemos
por qué motivo, España. Ahora se quiere subsanar este error.
¿Y por qué hablamos de error? Pues porque, según esta
subcomisión del Congreso, el vivir con una hora de adelanto, es decir, que se
haga de día o de noche una hora más tarde, nos provoca un déficit en
productividad, en competitividad, en conciliación de la vida laboral y familiar
y en corresponsabilidad entre hombres y mujeres con respecto al resto de países
europeos. ¡Casi nada!
En España la jornada laboral comienza de media a las 9.00,
una hora más tarde que en otros países europeos. Dedicamos a comer dos horas,
por lo general de 14.00 a
16.00 cuando nuestros colegas lo han hecho a las 13.00 y usando no más de tres
cuartos de hora. Poco a poco vamos perdiendo horas, haciendo que cuando
nuestros vecinos abandonan su trabajo hacia las 18.00 de la tarde a nosotros
nos quedan todavía dos horas por delante. Luego, también cenamos más tarde y
cuando, por ejemplo, los ingleses están metiéndose en la cama a eso de las
22.30 los españoles disfrutan de su "prime time" en la televisión,
que se produce a las 22.28 minutos de media. La jornada laboral se eterniza y
le podemos dedicar muy poco tiempo a nuestra vida familiar.
Según los expertos, nuestro cuerpo necesitaría estar
comiendo a la una de la tarde, cenando entre las ocho y las nueve y durmiendo,
o por lo menos descansando en la cama, mucho antes de la medianoche.
De momento, el informe será remitido al Pleno de la Cámara
para su debate y votación, pero si tenemos en cuenta que la subcomisión estaba
constituida por tres miembros de cada uno de los tres principales partidos del
Congreso, PP, PSOE y CiU y allí ha sido
aprobado este informe, dentro de un mes se podría estar votando (y aprobando)
la vuelta al horario de Greenwich.
¿Nos acostumbraremos a que oscurezca a las cuatro de la
tarde en invierno o a que amanezca antes de las cinco en verano?
PD. Dos anotaciones: de poco servirá cambiar la hora si no se
reeduca también a jefes y directivos en la creencia de que cuantas más horas se
hacen, más se trabaja. Y segunda, tampoco vendría mal que las televisiones adelantasen
un tanto el “prime time” en sus programaciones. A pocos españoles les gusta
irse a la cama sin haber visto el final de su programa favorito.
1 comentario:
hola para que al gobierno español le baña bien en todos sus aspectos debe cambiar su horario y ponerlo a la hora del reino unido y si no lo hace siempre estara arruinada.
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