Ni tampoco las que estén escritas exclusivamente en vasco, gallego o valenciano. ¿Por qué motivo? Pues porque estas señales se saltan la legalidad vigente a la torera. Se lo explico.
El
artículo 56 de la Ley
sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, establece
que ‘las indicaciones escritas de las señales se expresarán al menos en el
idioma español oficial del Estado’. Asimismo, el artículo 138 del Reglamento
General de Circulación, especifica que ‘las indicaciones escritas que se
incluyan o acompañen a los paneles de señalización de las vías públicas, e
inscripciones, figurarán en idioma castellano y, además, en la lengua oficial
de la comunidad autónoma reconocida en el respectivo estatuto de autonomía,
cuando la señal esté ubicada en el ámbito territorial de dicha comunidad’. Por
lo tanto, cualquier multa provocada por una señal de tráfico que no incluya el
castellano en su texto, no se ajusta a la legalidad y no es necesario pagarlas.
Les
pondré un ejemplo aparecido en el ya extinto “La Voz de Barcelona”, (ahora “Crónica global”): “El ciudadano JRG aparcó su vehículo a principios de 2009 en una zona
con una señal que indicaba, exclusivamente en catalán “Senyalització
Excepcional per obres. Gràcies per la seva col.laboració”. Al ir a por su
coche, comprobó que lo había retirado la grúa. Tras pagar 225 euros en concepto
de tasa de grúa y estancia, recogió su
vehículo del depósito municipal.
Meses
más tarde, decidió interponer un recurso adjuntando fotos de la señal en el que
solicitaba la anulación de la sanción refiriéndose a los artículos de la Ley de
Tráfico arriba mencionados.
Aunque
en un principio le fue denegado el recurso por haber sobrepasado el tiempo
estipulado, meses más tarde recibió en
su domicilio una resolución en la que se le notificaba que “efectuadas las
comprobaciones oportunas, se ha procedido a anular la sanción impuesta por infracción en los preceptos de
la Legislación sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial.
Si las multas han sido pagadas debe comunicar el número de cuenta donde quiere
que se le realice la transferencia correspondiente”. Al parecer, todos los recursos
presentados por este motivo se aceptan.
Las
pretensiones de los políticos nacionalistas por hacer desaparecer cualquier
vestigio del castellano en el ámbito público de Cataluña le sale muy caro a los consistorios ya que prefieren
anular las multas de aparcamiento a aquellos que las recurren antes que
incorporar el castellano a los textos de las señales de tráfico, tal y como
exige la normativa en vigor.
Pero
el de las señales de tráfico no es un caso aislado. El magistrado José María Magán Perales, del
Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 1 de Lérida dictó una sentencia muy
clarificadora el 14 de marzo de 2012 dando la razón a la empresa Prefabricados
Pujol, que recurrió una sanción de la Consejería de Empresa y Empleo de la
Generalidad de Cataluña, por valor de 3.000 euros, por una infracción
relacionada con la seguridad laboral. La empresa recurrió alegando indefensión
por haber llevado la Generalitat todo el proceso únicamente en catalán.
La
sentencia es clarificadora: “la Administración no tiene derecho alguno a
dirigirse exclusivamente a los ciudadanos en la lengua catalana, ya que no
puede presumir en estos su conocimiento, y por tanto, formalizar esa presunción
como un deber de los ciudadanos catalanes. La Generalidad no tiene derecho
alguno a dirigirse exclusivamente a los ciudadanos en la lengua catalana".
“La definición del catalán como lengua propia de Cataluña no puede suponer en
modo alguno un desequilibrio del régimen de cooficialidad de ambas lenguas en
perjuicio del castellano".
¿Continuarán
los políticos catalanes marginando el castellano aun a sabiendas de que dejan
de ingresar dinero en las arcas públicas? No les quepa la menor duda. Al fin y
al cabo ya lo dijo un glorioso político progresista hace unos años: “el dinero
público es de todos”… “aunque lo disfrute yo”, añado.
Nota
aclaratoria: desde este blog siempre aconsejamos que se respeten las señales de
tráfico (sin importar el idioma en el que estén escritas) y a que cumplan el código
de circulación. Otra cosa es que gracias a la cabezonería nacionalista de
algunos políticos, podamos evitar pagar una multa. Allá ellos con sus
historias.
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