martes, 18 de febrero de 2014

Los duros sevillanos y el euro catalán



Realmente no son euros y ni siquiera están acuñados en Cataluña, pero la región española cuyos dirigentes aspiran a independizarse del resto de España ya pueden presumir de tener moneda “oficial”: el euro de la República Catalana.

Un grupo variopinto de ciudadanos catalanes ha creado la primera, podríamos denominar, moneda del futuro “Estado Catalán”: una edición limitada de 8.000 monedas, 1.000 de cada valor facial (2 euros, 1 euro, 50 céntimos, 20 céntimos, 10 céntimos, 5 céntimos, 2 céntimos y 1 céntimo), sin ningún valor real, pero fabricados a imagen y semejanza de los euros oficiales y que muy fácilmente se pueden confundir con ellos.

Los participantes en este nuevo episodio independentista se cuidan muy mucho de hacer públicas sus identidades pero, al parecer, el “ideólogo” de esta acción se llama Miquel, reside en un pueblo de la montaña leridana y reconoce que “han aprovechado una situación favorable para emitir y distribuir las piezas” que venden en una carterita con los ocho valores al módico precio de 10 euros. De los 10.000 euros obtenidos (porque ya las han vendido todas), el 20% ha sido entregado como “donación a la causa”, a una entidad que trabaja a nivel local para el “advenimiento de nuestro país”, aunque en algunos comentarios en redes sociales ha reconocido que “trabaja para la liberación de nuestro país”. 


No todos los participantes en esta aventura numismática son de la misma opinión que Miquel. Así, uno de los distribuidores de la cartera, Antonio, estanquero en Lérida y subastador de monedas y antigüedades en eBay, dice que “pone a España por delante” y que el proyecto de la Cataluña independiente “va a acabar mal”.  Pero no importan las disquisiciones ideológicas, ya conocen que para los catalanes “la pela es la pela” y de momento ya ha vendido 40 estuches a un precio bastante superior y los pedidos le siguen llegando.    

Para fabricarlas, pidieron presupuesto a varias empresas catalanas pero los costes no daban para hacer “negocio” con la independencia. Así que, ni cortos ni perezosos, se fueron hasta China, a una fábrica de fichas para máquinas tragaperras que utilizan prensas de gran tonelaje similares a las utilizadas por las cecas nacionales encargadas de emitir monedas de curso legal.   

En estos “euros catalanes”, en lugar de la efigie del Rey aparece la imagen de un niño que levanta la mano al coronar un “casteller”. En las de 50, 20 y 10 céntimos es Sant Jordi luchando contra el dragón el que ocupa en anverso y en las pequeñas, de 5, 2 y 1 céntimo, la imagen elegida es el Ave Fénix ya que, según argumentan estos numismáticos, es un símbolo catalán porque proviene del diseño que el arquitecto Lluis Domenech realizó para la revista “Renaixensa” a mediados del siglo XIX.  Después de Colón y El Quijote, ahora le toca al Ave Fénix. ¡Van a por todas! 


En realidad, estos “euros catalanes” tienen un milímetro menos de diámetro, el borde es liso y no están producidas con las mismas aleaciones metálicas que los euros verdaderos. Además, tampoco se ha adoptado el símbolo ni la palabra euro ni se han colocado las estrellas de cinco puntas. ¿Por qué todas estas “imperfecciones”? Muy sencillo: el Parlamento Europeo y se reglamento (UE 1210/2010) mantiene prohibida la fabricación, venta, importación y distribución de cualquier “moneda”, “medalla” o “ficha” si el tamaño está dentro de la gama de referencia o el diseño y los símbolos son similares al euro. Está considerada una infracción administrativa cuya multa puede superar el medio millón de euros. No nos extraña que estos secesionistas escondan sus nombres a toda costa.
El objetivo es evitar que estas réplicas se puedan utilizar como sustitutas de las monedas legales: con la cantidad de diseños que tiene el euro, estos de la “República Catalana” colarían fácilmente como buenos.

Para que fuesen “legales”, aparte de pedir autorización a la Dirección General del Tesoro y Política Financiera (algo que, por supuesto, no han hecho), deben llevar un NO en el anverso o en el reverso, hacerles un agujero central superior a seis milímetros o tener una forma poligonal de hasta seis caras. Ah!, también serían legales si se hubiesen fabricado con oro, plata o platino. Naturalmente, esta última opción ni siquiera se les pasó por la cabeza a estos numismáticos catalanes. ¡Independentistas sí, bobos no! 
    

Dicen que están preparando una segunda edición corregida y aumentada. Si alguno de ustedes les conoce y quiere que colaboren con la Hacienda Pública como hacen el resto de los españoles, ya saben donde tienen que dirigir  un correo electrónico anónimo. Que esto de política tiene poco y de chanchullo económico, mucho. 

1 comentario:

Bárbara Álvarez dijo...
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