Se acerca un día de los que están marcados en el calendario: el 11 de septiembre. Y no vamos a hablar del acontecimiento por el que se recuerda este día en todo el mundo, ya saben, los atentados terroristas en Estados Unidos (con la de días que hay en el año, mala leche la de Bin Laden al elegir este día), sino de otra celebración, algo menos conocida, pero mucho más importante (en palabras de algunos políticos catalanes): el recuerdo de la derrota y consiguiente pérdida de Barcelona a manos de los Borbones el año 1714 en la Guerra de Sucesión. Hablamos, como ya habrán deducido, de la fiesta regional catalana: la Diada.
Tras dos años con un gran éxito de participación, en el que han acudido a los actos más manifestantes que catalanes existen, este 11 de septiembre, preludio del, al menos anunciado, referéndum independentista del mes de noviembre, las previsiones no son tan halagüeñas ya que las preinscripciones de participantes en los actos, que suelen realizar los organizadores meses antes de la Diada, apenas llegan a una tercera parte de las que tenían por estas fechas el año pasado. Al parecer, la proximidad del polémico referéndum hace que muchos de los que anteriormente lo apoyaban empiecen a echarse atrás. Además, las noticias sobre el prodigioso enriquecimiento de la familia del ya no tan “honorable” Jordi Pujol, tampoco ayudan mucho.
Quien espera con impaciencia la llegada de este día señalado (aparte de políticos y otros chupópteros que viven de esto) son los comerciantes. Más concretamente, los comerciantes independentistas: cascos de motoristas con la “estelada”, pulseras, zapatillas, banderas independentistas, camisetas, gorras y un largo etcétera inundan sus tiendas a la espera de la llegada de los emocionados secesionistas que pagan hasta tres veces el valor de estos objetos con tal de que lleven impreso el lema “Espanya ens roba”. Y si hay un recuerdo de este día que empieza a hacer furor, ese no es otro que el “SosténCat”, un precioso sujetador (suponemos que dependerá un tanto de quien lo lleve) con la “estelada”, la bandera independentista catalana.
Inventado hace un par de años por tres mujeres de la
localidad de Vic, la web Botigues
independentistes decidió comercializar este “producto catalán”
(fíjense que hablan de él como si se refirieran al cava o al mismísimo fuet de
Olot) el verano del año pasado bajo el lema “la estelada en el corazón”.
La web aconseja llevarla en fiestas mayores, fiestas populares, en las noches de verano y ¡cómo no! en la Diada si la temperatura, como al parecer sucederá, lo permite. Se puede lucir bajo una camisa abierta, sobre un top o con un bikini y se puede combinar con un precioso pareo (también de la “estelada”, claro) creado para la ocasión. ¡Se me olvidaba! Es talla única. Gracias a un ingenioso corrugado, las usuarias tienen la opción de dejar más o menos destapados sus pechos y se puede adaptar a cualquier tamaño, ya sea una talla 80 o una 110.
La web aconseja llevarla en fiestas mayores, fiestas populares, en las noches de verano y ¡cómo no! en la Diada si la temperatura, como al parecer sucederá, lo permite. Se puede lucir bajo una camisa abierta, sobre un top o con un bikini y se puede combinar con un precioso pareo (también de la “estelada”, claro) creado para la ocasión. ¡Se me olvidaba! Es talla única. Gracias a un ingenioso corrugado, las usuarias tienen la opción de dejar más o menos destapados sus pechos y se puede adaptar a cualquier tamaño, ya sea una talla 80 o una 110.
Ya sé que lo más lógico sería que,
al ser separatistas sus usuarias, las llevaran sueltas y libres, pero este “SosténCat”
promete ser la sensación del próximo día 11. Les propongo que para el año
próximo, inventen el “CondonCat” con
sabor a butifarra: éxito asegurado.
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