Con la llegada del mes de julio se pone en marcha el nuevo y
“revolucionario” (según las compañías eléctricas) mecanismo de facturación
horaria del consumo eléctrico. Eso sí, solo para los usuarios que dispongan de
los nuevos contadores “inteligentes”, o sea, aproximadamente para una tercera
parte de los hogares españoles. ¿En qué consiste?
Desde hace un tiempo, las compañías eléctricas están
sustituyendo los contadores de todos los hogares y empresas españolas,
aproximadamente unos 27 millones de aparatos, por otros mucho más modernos
denominados “inteligentes” que son capaces de medir el consumo eléctrico en
cualquier momento del día. Esto permite a las compañías conocer cuánto consume
cada abonado en cada hora y, con las nuevas tarifas horarias, facturar ese
consumo por el precio que tenga la electricidad esa hora.
De momento hay instalados unos 14 millones de contadores, de
los que 10 millones estaban telegestionados, aproximadamente un 35% del total.
A finales de 2016 deberá estar instalado otro 35% y para finales de 2018 el 30%
restante. Si usted no tiene todavía en su casa el nuevo contador no se
preocupe: su compañía eléctrica continuará facturándole como hasta ahora.
No será nada sencillo conocer cuánto valdrá la electricidad
cada hora del día ya que dependerá de muchos factores. La electricidad que consumimos
se puede generar de distintas formas: viento, agua, centrales térmicas,
nuclear, etc. Las centrales nucleares no se pueden apagar fácilmente, con lo
que siempre están en funcionamiento y a partir de ahí, las compañías intentan
completar su oferta con las energías que les resultan más baratas; hidráulica,
eólica o solar. Si con ese tipo de generación pueden completar la demanda, la
energía será barata; si por el contrario no tienen suficiente y necesitan poner
en marcha las centrales térmicas y de ciclo combinado, la energía se
encarecerá.
Otro aspecto a tener en cuenta son las temperaturas: si el día es
muy frío o muy cálido, provocará un mayor consumo y con ello, un aumento de los
precios. Y por último, también influirá si el día es laborable o fin de semana.
De todas formas, las compañías eléctricas tendrán la obligación de informar
todos los días a las 20:15 de los precios que tendrá su electricidad el día
siguiente desglosado por horas.
Teniendo en cuenta estas premisas, la experiencia acumulada
por Red Eléctrica (REE) desde que están en marcha estos contadores, permite
anticipar que el mejor momento de la semana para consumir electricidad será los
domingos entre las 15:00 y las 18:00, con ahorros de hasta un 13% respecto a la
media semanal y el peor los lunes entre las 20:00 y las 22:00 con unos
incrementos similares sobre la media.
Si contamos por días, la hora más barata será las 05:00 de
la madrugada y el periodo más caro el que va desde las 21:00 a las 00:00,
siendo la hora más elevada las 22:00.
¿Cuánto podrá ahorrar? Pues les ponemos un ejemplo: si usted
se sacrifica poniendo la lavadora todos los días a la hora más barata (las
05:00 de la madrugada), aparte de pasar sueño y de molestar a todos sus
vecinos, a final de mes habrá logrado ahorrar la friolera de ¡70 céntimos de
euro!, un 1,2% de su consumo total. Y lo mismo si repite la operación con el lavavajillas.
Con el frigorífico o el congelador no tendrá la misma suerte ya que deben estar
en marcha todo el día.
¿Por qué esta miseria de ahorro? Sencillo. La energía que
consumimos apenas supone una tercera parte de lo que pagamos en el recibo; el
resto se lo lleva la potencia contratada, los peajes, los costes del sistema de transporte y distribución y, ¡como
no!, los impuestos. Por lo tanto, si en el mejor de los casos, logramos pagar un 10 o 15% menos de un 33%
y el resto del recibo se queda igual… Los expertos consideran que si
optimizamos al máximo nuestro consumo con las horas en que la electricidad sea
más barata, al final del año habremos ahorrado ¡20 euros!
Sinceramente, creo que nos están tomando el pelo una vez más con el recibo de la luz. Mi opinión personal es que los únicos
beneficiados serán los de siempre, las compañías eléctricas. Ofreciendo unos miserables
céntimos, conseguirán que miles de
españoles pongan en marcha sus electrodomésticos (o las pequeñas empresas sus
maquinarias) en plena noche en lugar de a lo largo del día. Con ello, las
eléctricas evitarán, en más de una ocasión, poner en marcha centrales carísimas
durante el día y cobrarán a buen precio la energía que les sobra por la noche.
¡Negocio redondo!
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