No cabe la
menor duda de que Elon Musk es un visionario y que sus inventos cambiarán el
mundo. La duda es saber cuándo ocurrirá, pero a la velocidad con la que innova
este señor, no tardará mucho.
Además de
por buscar un nuevo planeta (Marte, concretamente) para que habite la humanidad
con su proyecto SpaceX y sus cohetes reutilizables, el físico norteamericano
siempre se ha caracterizado por su impulso a la energía eléctrica y por la
forma de obtener ésta por medios renovables. Si actualmente causan furor sus
lujosos y potentes vehículos eléctricos Tesla, pronto vamos a oír hablar de sus
paneles solares “camuflados” en los tejados de las viviendas familiares
fabricados por su empresa Solar City. ¿Su objetivo? Convertir el tejado
completo de cualquier hogar en un captador de energía solar con paneles “invisibles”
y a un precio inferior al de las placas convencionales.
Ha sido el
propio Musk quien ha dado a conocer sus nuevas “tejas solares” de diferentes
estilos, asemejándose a la pizarra de estilo francés, a las utilizadas en los
edificios modernistas o al estilo Toscano con sus azulejos curvados. Cada uno
de estos tejados es percibido desde el suelo de manera opaca, ocultando las
células solares solo visibles desde arriba. Además, según la compañía, son
mucho más resistentes que las de cualquier material utilizado hasta ahora en
los tejados, proporcionan mejor aislamiento y tienen un menor coste.
En el mismo
acto, Elon Musk también mostró la segunda generación de la batería recargable
Powerwall, que dispone de 14 Kwh en almacenamiento, el doble que la primera
versión.
Con esta capacidad, la Powerwall 2 abastecería la energía necesaria
para una vivienda con cuatro habitaciones durante todo un día. Si se conecta a
un sistema solar en el tejado como el descrito anteriormente, podría alimentar
energéticamente esta vivienda de manera indefinida. El precio
de la nueva batería ronda los 5.000 euros.
El de los techos solares todavía se
desconoce, aunque ya se sabe que han llegado a un acuerdo con Panasonic para la
fabricación de células y módulos fotovoltaicos con una inversión inicial de
unos 250 millones de euros y se espera que a partir del próximo verano empiece
a dar los primeros frutos.
Tan solo queda
esperar que nuestro gobierno recapacite y no cobre el llamado “impuesto al sol”
que impone el pago de una cuota por cada Kwh que se genera. Al menos, que no lo
haga en aquellos casos en que la energía sea autoconsumida y no vendida a
otros.
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