Guadalest
es un precioso pueblo enclavado entre las montañas de la provincia de Alicante
que destaca por diversos motivos: su historia, la belleza de sus calles, su
gastronomía, su recinto amurallado al que solo se puede acceder a través de una
gruta, su cementerio en lo más alto de un risco, sus maravillosas vistas… y sus
museos de miniaturas.
En ellos, se puede ver desde un cuadro de la Última Cena
pintado en un grano de arroz hasta un Padre Nuestro escrito en la parte
posterior de un minúsculo sello de correos. Asombroso desde que se traspasa el
umbral de la entrada hasta que se sale por la puerta.
Pero lo que
no encontraremos, al menos de momento, son estas preciosas esculturas
realizadas por el artista ruso Salavat Fidai que se ha especializado en un tipo de arte muy
llamativo, a pesar de su tamaño: microesculturas en las puntas de los lápices.
Con tres
utensilios muy rudimentarios como son un sacapuntas, unas tijeras y un lápiz
del número dos, el escultor ruso puede crear a Darth Vader, a un Tyranosaurus
Rex, a los músicos de Bremen, el Empire State o al omnipresente Donald Trump.
Si están interesados
en adquirir alguna de ellas, pueden encontrar una completa colección en su página web a un precio que va
desde los 400 a los 800 euros.
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