lunes, 27 de julio de 2020

Un coche patrulla de 40.000 euros para un pueblo sin policía local




Poco importa que atravesemos la peor pandemia del último siglo o que estemos al borde de la crisis económica más grave que se recuerda; los políticos españoles continúan gastando a manos llenas el dinero que a duras penas logramos pagar, vía impuestos, los ciudadanos de este país. Buen ejemplo de ello es el del municipio alicantino de Daya Vieja, que acaba de adquirir un carísimo vehículo policial (¡40.000 euros!) que no podrá usarse al carecer de policía local.

El hecho parece sacado de una película de los Monty Python. Daya Vieja es un pequeño municipio de la comarca de la Vega Baja del Segura, dentro de la provincia de Alicante, de 700 habitantes. Comandado desde la alcaldía por José Vicente Fernández, del partido Compromís (uno de los tres grupos integrantes del gobierno de la Comunidad Valenciana), el pueblo tiene un nivel de endeudamiento digno de cualquier capital que se precie: 3 millones de euros para 700 habitantes, a más de cuatro mil euros por cabeza.


Acuciado por la abultada deuda, el consistorio decidió hace un año desprenderse de los agentes locales que tenía, en comisión de servicios a los vecinos municipios de Rojales y Orihuela, de forma temporal. Según su alcalde, los puede recuperar cuando quiera y, además, un municipio de 700 habitantes no tiene la obligación de tener agentes de Policía local y la seguridad la puede llevar la Guardia Civil. ¿Y para qué se gastan 40.000 euros en un coche patrulla?

Pero no crean que el señor Fernández es el primero que dilapida el dinero de los contribuyentes. El anterior edil, Rafael Vives, del Partido Popular, inauguró unas magníficas instalaciones de dos plantas para albergar a la policía. Un edificio totalmente desproporcionado puesto que en ningún momento la policía local ha contado con más de cinco agentes.


Y todavía algunos critican que Holanda y otros países del norte de Europa sean reticentes a la hora de regalarnos 140.000 millones de euros. Es que son unos tiquismiquis.



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