Cuando
una persona se compra un coche último modelo, de gama media-alta, su principal
preocupación, además de pagarlo, es que se lo puedan robar. Pues no. No le voy
a decir que sea imposible que se lo roben, pero los cacos van por otro camino; prefieren
coches más normalitos y con algunos años de antigüedad. Eso es lo que demuestra
el informe publicado recientemente por UNESPA “Los robos en automóviles
españoles en 2019”.
Según
el informe, el ranking de los coches más robados en España en el año 2019 (ya
sea totalmente o parte de este) lo encabeza el Seat Ibiza, seguido del Seat
León, el Volkswagen Golf, el Ford Focus, el BMW serie 3, el Citroën Xsara, el
Peugeot 206, el Ford Fiesta, el Renault Megane y el Opel Astra. Un 60% de los
robos se produjeron en coches de entre 11 y 25 años y tan sólo un 18% tenían
menos de 5 años.
¿Y
por qué los ladrones prefieren estos modelos veteranos a coches más nuevos e
innovadores? Por dos motivos. El primero, porque los vehículos más nuevos y más
caros, incorporan sistemas antirrobo mucho más sofisticados que superan los
conocimientos que tienen la mayoría de los cacos. Y, en segundo lugar, porque
el objetivo del robo no es vender posteriormente el coche entero sino
desguazarlo y venderlo por piezas, sacando mucho más beneficio con ello. Por
este motivo, los más antiguos y asequibles, que son muy comunes al haber sido
éxito de ventas en las últimas décadas, tienen mucha demanda y las piezas de
repuesto tienen un precio más elevado.
Los
datos de los que hemos hablado son de robos totales, pero si nos vamos a la
estadística de robos en relación con la cantidad de unidades existentes,
tampoco está dominada por los modelos de lujo. Aquí, triunfan las furgonetas,
con el Citroën Jumper, la Fiat Doblo Cargo y el Fiat Fiorino, seguidos por el
BMW X5 (el primero de gama alta que nombramos) y el Ford Focus. Quien tenga uno
de estos modelos debe saber que las probabilidades de que se lo roben son un
300% más altas que la media.
Por
último, indicar que las provincias donde más robos de coches se producen son Sevilla,
Madrid, Huelva y Barcelona y las ciudades más peligrosas son las que rodean a
las grandes urbes: Dos Hermanas, Santa Coloma de Gramanet, Parla, Fuenlabrada,
Rivas-Vaciamadrid, Badalona y Móstoles, acompañadas por dos capitales de
provincia, Sevilla y Huelva. Y no nos podemos dejar a la ciudad autónoma de
Melilla, la más peligrosa de todas, aunque en este caso el objetivo del robo no
es el desguace sino la “exportación” de coches a la vecina Marruecos, donde
tienen una gran acogida.
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