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No, no tengo locura transitoria ni he abusado del alcohol o de otras sustancias. Simplemente me hago eco de las declaraciones que ha efectuado Steven Chu en una conferencia científica celebrada en Londres y de las que informa hoy el prestigioso diario británico The Times.
¿Y quién este señor Chu?
Este hombre fue premio Nóbel de física en 1997 y actualmente es Secretario de Estado de Energía de los Estados Unidos. Por lo tanto, como mínimo, se le debe prestar atención: si el Presidente de los Estados Unidos y nuevo Mesías mundial, Barack Obama lo ha puesto ahí... por algo será.
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Incluso va más lejos y cuantifica su propuesta: si se pintasen todas esas superficies con el color del cemento se conseguiría una reducción de las emisiones de CO2 similar a la que se obtendría prohibiendo la circulación de todos los coches del mundo durante ¡once años!
Junto con Art Rosenfeld, también físico y miembro de la Comisión de Energía de California calcularon (mientras ambos ejercían en el Lawrence Berkeley National Laboratory, de California), que cambiar los colores de las superficies en cien de las mayores ciudades del mundo ahorraría el equivalente de 44.000 millones de toneladas de dióxido de carbono.
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No sé. No me hagan caso. Que estoy muy susceptible.
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