Seguro que apenas pasen estas fiestas navideñas, más de uno
se planteará seguir una dieta que elimine los típicos excesos calóricos que
todos cometemos en estas fechas. ¿Quieren probar la que siguen algunas de las
estrellas más famosas de Hollywood como Ben Affleck, Beyoncé o Hugh Jackman? Es
bien sencilla: ayuno intermitente.
¿En qué consiste? Es fácil: alternar días con un consumo
calórico mínimo con días sin ninguna restricción; comer muy poco o comer solo alimentos
muy bajos en calorías (verduras, frutas…) uno de cada tres o cuatro días y el
resto comer normal, sin preocuparnos por cuanto o qué comemos.
Por supuesto que no es nada nuevo ni original. Los humanos
hemos sufrido a lo largo de nuestra historia numerosas épocas de escasez que
nos han obligado a ayunar y no precisamente de forma voluntaria. Para muchos,
ayunar es un ritual sagrado, como por ejemplo la Cuaresma cristiana, el Yon
Kipur judío o el Ramadán musulmán. Incluso los cristianos griegos ortodoxos son
llamados a ayunar 180 días al año o los monjes budistas ayunan cada mes lunar
con la luna nueva y la llena.
Como cualquier dieta que se precie, sus resultados vienen
avalados por numerosos estudios científicos. Ya en 1945 se comprobó con ratones
un aumento de la longevidad de un 20% ayunando de manera intermitente y en
estudios más recientes se ha logrado alargar su vida de las 47 semanas
habituales hasta las 62. También hay estudios que demuestran que una dieta de
este tipo es más efectiva para reducir triglicéridos que una con restricción
calórica permanente y mejor a la hora de mejorar la masa muscular y ósea. Otros
estudios indican que reduce los efectos secundarios de la quimioterapia e,
incluso se ha comprobado que entrenar con bajos niveles de glucógeno (típico en
el ayuno) provoca que los músculos respondan más intensamente.
Los razonamientos científicos para explicar las bondades del
ayuno intermitente son, como de costumbre, complicados. Según la teoría de la
hormesis, un pequeño daño o agresión puede producir efectos beneficiosos;
nuestros músculos crecen cuando los “agredimos” realizando ejercicio, por
ejemplo. En el caso del ayuno intermitente, se activarían respuestas de estrés
que nos hacen biológicamente más sanos y resistentes.
Aunque creo que la explicación es mucho más sencilla.
Indudablemente, la restricción calórica constante (dieta pura y dura para
entendernos) es un método probado para perder peso y ganar salud pero no es
nada fácil de seguir. Aunque obtengamos buenos resultados, pasadas unas semanas
no hay quien mantenga la constancia y continúe viendo pasar exquisitos manjares
por delante de sus ojos sin hincarles el diente. En cambio, el ayuno intermitente
en cualquiera de sus versiones (la más popular es la 5:2, consumir pocas
calorías dos días por semana, pero pueden elegir cualquier otra proporción) es
mucho más fácil. Piensen que aguantarán mejor la tentación de romperlo si saben
que al día siguiente pueden comer un alimento que si saben que no podrán hacerlo
nunca si la restricción es permanente.
Personalmente, (y sin saber que lo realizaban las “celebrities”
de Hollywood, que a mí me importa poco) venía realizando un particular ayuno
intermitente desde hace un par de años: un día por semana, comer solo fruta. Sencillo,
efectivo y barato. Con un solo día, la báscula me respeta y me siento
más sano. ¿Se deciden a probarlo?
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