Una noticia publicada esta semana en varios medios digitales
de la provincia de Alicante me ha llamado la atención. Se la resumo.
"Uno de los buitres nacidos en la Sierra de Mariola (norte de
la provincia de Alicante) ha sido localizado en Senegal a 3.000 kilómetros de
distancia de su lugar de nacimiento.
El ornitólogo inglés Bill Plum, residente en la antigua
ciudad colonial francesa de Richard Toll, en Senegal, ha comunicado a FAPAS Alcoy
(entidad encargada del proyecto de reintroducción de los buitres en la Sierra
de Mariola) el hallazgo del ejemplar F48.
Cría de dos buitres procedentes de un hospital de Majadahonda,
nació el 29 de marzo de 2011 en el Barranco del Sinc y en el mes de junio fue
anillado. Gracias a esa marca ha podido ser localizado, tres años después, en
el país africano.
Desde FAPAS Alcoy destacan que el hecho de anillar a los
buitres nacidos en la comarca ha permitido conocer las migraciones que realizan
estas aves, con recorridos que llegan a Zaragoza, Lérida e incluso el Sistema
Central francés por el norte y a las sierras Béticas, el estrecho de Gibraltar
y norte de África si deciden, como suele ser habitual, emprender su viaje hacia
el sur."
Los buitres, al igual que muchas aves, emigran hacia otras
zonas buscando comida, un clima más favorable… pareja quizás. En resumen: una
vida mejor. Los emigrantes “ilegales” subsaharianos buscan exactamente lo mismo
cuando intentan realizar el recorrido contrario al hecho por nuestro amigo, el
buitre F48: comida, paz, prosperidad… mejorar su existencia. Los buitres lo
consiguen; los subsaharianos continúan considerándolo una utopía.
Nos creemos la especie más evolucionada del planeta. ¡Qué
equivocados estamos!
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