¿Quién no ha hecho un avioncito de papel? Todos hemos hecho nuestros pinitos en el arte de la
ingeniería aeronáutica ya sea de pequeño, en una aburrida clase de matemáticas
o en un soporífero día de oficina. Que volasen y llegasen lejos ya era otra
cuestión.
Pero hay gente que se toma muy en serio este tema. Les traemos la
lista de los 10 aviones de papel más impresionantes de la historia elaborada
por la revista Wired en la que han tenido en cuenta su tamaño, su eficacia o la
precisión con que imitan aeroplanos reales.
Encabezamos el post con
la fotografía con el avión que ganó el concurso del museo aeroespacial de Tucson,
en Arizona. Fue un chaval de 12 años, Arturo Valdenegro, quien construyó el
avión que voló a más distancia y que sirvió de modelo a su “hermano mayor”, un "avionazo" de 14 metros de largo y 360 kilos que voló desde una altura de 900
metros a una velocidad máxima de 157 km/h antes de estrellarse.
En 1967, la revista
Scientific American organizó el primer concurso internacional de aviones de
papel en el que participaron ¡12.000 personas! Los 20 mejores diseños, como
este de Lewis G. Lowe, se reunieron en un libro con instrucciones para crearlos
que finalmente no vio la luz.
La idea del concurso fue
recogida 40 años después, en 2008, por la artista checa Klara Hobza. No sabemos
quién ganó el concurso, pero a la historia pasó este modelo de Jack Vegas por
su originalidad. Por supuesto, volaba.
La compañía austriaca Red Bull organiza anualmente una competición de aviones de papel que reúne a cerca
de un millar de personas de más de 80 países participando en tres pruebas:
mayor distancia, cuyo ganador sobrepasa fácilmente los 50 metros, tiempo de
vuelo más largo, con más de 10 segundos y acrobacias. Si creen que tienen
oportunidad de ganar con sus diseños… ya saben dónde acudir.
En la tercera categoría,
acrobacias, los aviones pueden construirse con tijeras y pegamento. En la mejor
edición realizada hasta la fecha, la de 2012, compartieron el primer cajón con
5 dieces el norteamericano Ryan Naccarato y el polaco Tomascz Chodyra cuyo
aparato realizó una “sencilla” acrobacia: dar la vuelta a una columna y regresar
mansamente a sus manos. ¡Casi nada!
La imagen representa el lanzamiento
que tiene el récord mundial de distancia. Para la ocasión, el diseñador del
avioncito, John Collins, se hizo con los servicios del ex-quaterback Joe Ayoob,
para lanzarlo. Bastante sencillo y montado sólo con papel y un poco de celo,
llegó a 69,14 metros de distancia (superando en 6 metros la anterior marca) planeando
y recuperando incluso un poco de altura durante su vuelo. Hasta ese momento, los
avioncitos que ostentaban el récord eran como dardos que se limitaban a subir y
bajar.
Ken Blackburn ha batido
en cuatro ocasiones el récord del mundo de mayor duración de vuelo. Él modelo
de la foto, tardó 27,6 segundos en 1998 en tocar suelo. Mantuvo su récord
durante 11 años.
En 1992, este avión
llamado “The White Pelican” batió el récord Guiness al avión de papel más
grande, con un ala de 9 metros. Para certificarlo, debía volar al menos 15
metros y llegó hasta los 35.
Éste avión de Fiddlers
Green que reproduce al avión que más aparatos enemigos abatió en la Segunda
Guerra Mundial, el Messerschmitt-Me 109, es un recortable que, por desgracia, no
vuela. Pero, sin duda, es el avión de papel más bonito que he visto en mi vida.
Seguramente el avión más
curioso de esta lista. El Avrocar asemeja un platillo volante real que se
construyó en Canadá allá por los años 50 y que no terminó de desarrollarse por
falta de fondos en 1961.
Los aviones de papel en
Japón pertenecen a otra categoría. En la foto pueden observar las dobleces que
se tienen que realizar a una cuartilla de papel para conseguir este
espectacular avión. No puede volar, pero este “origami” hecho sólo doblando
papel (si se cortara ya no sería “origami” sino “kirigami”) tiene un mérito
indudable.
También se pueden comprar
para montarlos tranquilamente en su casa. Y por unos 10 euros. En unas 4 horas
pueden montar este Eurofighter. Y vuela.
Éste F-14 también está a
la venta. En esta ocasión, el montaje es más complicado y se tarda unas 10
horas. Además de volar, las alas cambian de posición como en el modelo
original.
Y terminamos con la
campaña que realizó Samsung para probar la resistencia de sus tarjetas de
memoria SD. Lanzaron al espacio un globo aerostático con 100 aviones de papel
que incorporaban una memoria en su interior. Dada la distancia desde la que
lanzaron, se recuperaron muy pocos, pero todas las tarjetas que portaban
funcionaban perfectamente sin perder sus datos.
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