“Considero
que tener un hijo es un acto egoísta que responde sólo a los intereses de los
progenitores. Vivir es sufrir y quien no existe, no sufre. Soy antinatalista
desde que tengo uso de razón”
Así
habla Gemma Orozco, técnica informática de 25 años de Lérida. Y de la misma
opinión son Audrey García, de 39 años, Mara Rodriguez, fotógrafa de 26 o uno de
los gurús del movimiento antinatalista, el sudafricano David Benatar, director
del departamento de filosofía en la Universidad de Ciudad del Cabo y autor del
libro “BetterNever to Have Been (Mejor no haber existido nunca)” cuya
dedicatoria es para hacérselo mirar: “A mis padres, a pesar de haberme dado la
vida”.
En
elmundo.es los han entrevistado. No se lo pierdan:
La
primera de nuestras heroínas, Gemma, afirma que “el nuestro es un mundo
superpoblado en el que sobra gente, en el que la industria ganadera es una de
las principales responsables del cambio climático y la deforestación”. “Vivimos
bajo un capitalismo terrible y despiadado y tener un hijo significa darle un
nuevo esclavo al sistema, darle más carne de cañón”. No es difícil averiguar
cuáles son sus inclinaciones políticas tras estas declaraciones.
Audrey
cree que “no querer hijos no es egoísta. Crear a alguien que no ha pedido
nacer, sí lo es. Quien no nace no sufre daño alguno ni se pierde nada, porque
no existe. “Decidir traer niños a este mundo no es una decisión de amor. No se
ama a quien no está ni siquiera concebido. Se traen porque la gente tiene ganas
de ello. Y punto. Eventualmente, se les quiere luego”. Y habla de su página web
(ya cerrada) en la que hacía campaña por sus creencias y se muestra
orgullosísima de que, al menos 14 personas, decidieran esterilizarse tras
consultar su página. Hay gente que se enorgullece de sus estudios, de su
trabajo, de sus logros personales… en fin.
Mara
reconoce que “no quiero hijos. Es algo que tengo claro desde que era niña.
Estoy de acuerdo con que la especie humana es monstruosa y está causando un
daño irreparable a otras especies y al planeta”. Y nos cuenta su experiencia
cuando acudió a la Seguridad Social para que la esterilizasen: “Me pusieron
muchísimos problemas, que era muy joven y que tendría que tener al menos 35
años para solicitar este tipo de intervención. Me sentí maltratada y humillada,
como si no tuviera derecho a decidir sobre mi cuerpo. Voy a esterilizarme en
una clínica privada, aunque me cueste 1.900 euros lograr mi sueño”. Se demuestra que sí
puede decidir sobre su cuerpo. Pero pagándolo de su bolsillo y no
con el dinero de todos.
Finalmente,
el “filósofo” David Benatar responde:
“La
existencia humana conlleva mucho dolor y sufrimiento y, por eso mismo, es un
error traer nuevos seres humanos al mundo”
- En la vida también hay cosas buenas, ¿no?
- Sí, es verdad, pero no valen la pena ante el dolor de las muchas cosas malas. Piense en
cómo muere la gente, piense en el cáncer, en las enfermedades infecciosas, en
las dolencias... Hay mucho sufrimiento en la vida, mucho.
- ¿Acaso se arrepiente de haber nacido?
-No, pero creo que no nacer, no percibir nada, no
sentir el sufrimiento que conlleva vivir, no está mal.
Como
no podía ser de otra forma, los antinatalistas también tienen una asociación de
referencia, el Movimiento por la Extinción Voluntaria de la Raza Humana
(VHEMT), nacido en 1991 en Estados Unidos que aboga por que las personas dejen
de reproducirse para provocar la desaparición gradual de la humanidad. Un
consejo, acelerarían el proceso si ellos mismos se quitaran de en medio ya.
Afortunadamente,
entre gilipollez y gilipollez, también tienen sus momentos lúcidos como el del “gurú”
Benatar que afirma: “no creo que todos los seres humanos dejemos de
reproducirnos, ni siquiera a gran escala. Pero, aunque sea a pequeña escala es
importante, porque significa que se le ahorrará sufrimiento a mucha gente por
no traerla al mundo”.
Lo
dicho: que hay gente “pa tó”.
1 comentario:
Tienen toda la razón.
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