Renovarse
o morir. O, más bien, digitalizarse o no recaudar. Cansados de encontrar cada
vez menos donativos en los tradicionales cepillos, la iglesia anglicana inglesa
ha incorporado en 16.000 parroquias, catedrales y centros sociales de todo el
país el sistema para hacer pagos con tarjeta conocido como contactless.
La
tendencia de llevar cada vez menos dinero encima (sobre todo entre los más
jóvenes) y utilizar más la tarjeta de crédito, hizo que los sacerdotes se plantearan
una prueba piloto durante el verano pasado en 40 iglesias. Los resultados no
pudieron ser más satisfactorios, así que han decidido dar un paso adelante e
implantarlo en todos sus centros del país
El
sistema, que ya conocemos todos por utilizarlo en restaurantes, gasolineras o
supermercados y que ha crecido de forma exponencial en los últimos años, permite
hacer pagos de hasta 30 libras sin necesidad de incluir el pin de la tarjeta de
crédito.
La
nueva tecnología es de lo más completa y quienes acudan a misa podrán usar su
tarjeta de crédito o débito, así como otras aplicaciones como Apple Pay y
Google Pay. De recaudar se encarga la iglesia y de las soluciones tecnológicas
las firmas iZettle y SumUp, dos empresas especializadas en métodos de pago.
Según el cofundador de la primera con sede en Suecia, la alianza “es un
flechazo originado en el cielo”.
En
Reino Unido, la utilización de las tarjetas de crédito se ha multiplicado por
veinte en los últimos tres años tras la llegada de la tecnología contactless.
Se considera que aporta rapidez e higiene a los establecimientos. Tanto es así
que el Banco de Inglaterra se está planteando quitar de la circulación las
monedas de más bajo y más alto valor. Y eso, personalmente, creo que es una
mala noticia: con las tarjetas, nos controlarán todos los gastos, incluso las
donaciones a la iglesia, y vistas las últimas filtraciones (caso Facebook) no
me hace ni pizca de gracia que todo el mundo sepa en qué me gasto mi dinero.
Supongo
que, tras el éxito obtenido, no tardarán en proliferar los pagos mediante contactless
en el resto de las iglesias, en todas las ONG, en actos benéficos y hasta en
las rifas de los colegios. Olvídense de la famosa, y socorrida, frase de “no
llevo suelto”.
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