Nunca
me he fiado de la seguridad en internet. Llámenme tiquismiquis pero eso de que
mis datos estén alojados en “la nube” o en servidores que Dios sabe dónde están
y que esos servidores sean invulnerables a los hackers o que los propietarios
de los mismos no se sientan tentados de negociar con esa información tan
valiosa, nunca me ha gustado. Las noticias aparecidas últimamente (caso
Facebook y otros) han demostrado que
estaba equivocado: el problema es mucho mayor de lo que creía.
Acaba
de ser presentado el informe M-Trends, elaborado por la empresa de ciberseguridad FireEye con unos resultados que asustan al
internauta más pintado. Según sus datos, en 2017, los ciberdelincuentes
estuvieron presentes en las redes de empresas y organizaciones de Europa,
Oriente Medio y África (zona conocida como EMEA) una media de 175 días antes de
ser detectados, un aumento del 40% con respecto al año anterior (106 días).
Y es que, al contrario de lo que nos cuentan en las
películas, donde los ataques son detectados y neutralizados en segundos, la mayoría
de las amenazas son invisibles; los virus permanecen en los sistemas internos recabando
y transmitiendo datos de las empresas y organizaciones silenciosamente durante
meses, hasta que son detectados.
El sector financiero es el más atacado, estando
presente en el 24% de las investigaciones de la compañía, seguido por el
gubernamental con el 18% y el de servicios empresariales y profesionales con el
12%. Y no escarmientan ya que el 49% de los grupos que habían experimentado al
menos un ataque significativo, fueron atacados nuevamente con éxito durante el
año siguiente. O sea, que medidas de seguridad, pocas.
Fíjense en los sectores arriba indicados. Usted cobra
la nómina, efectúa transferencias e invierte sus ahorros a través del sector
más atacado, el financiero. Luego, paga sus impuestos, declara sus bienes o
inscribe a sus hijos en el segundo sector más vulnerable, el gubernamental. Y
para finalizar, paga su coche o su vivienda, contrata la luz o el teléfono,
redacta su testamento o divorcio y le cuenta sus dolencias físicas a los
terceros clasificados en esta deshonrosa liga, los servicios empresariales y
profesionales (abogados, médicos, psicólogos…). ¿Todavía creen que internet es
seguro?
Pero lo que más me asombra es la falta de noticias sobre
estos hechos; muy gorda debe de ser la filtración para que aparezca en los
medios de comunicación. ¿Cuántas veces habrá desaparecido el dinero de las
cuentas de los bancos y no nos habremos enterado? ¿O los datos de los
ayuntamientos, comunidades autónomas o gobierno central? Existe una “omertá” entre
todos los implicados para no provocar una alarma en la sociedad y apechugan en
silencio con los gastos que les provocan los hackers. La pregunta es: ¿hasta
cuándo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario