¿Se
acuerdan del robo del “céntimo sanitario” en el precio de los carburantes? Pues
de aquellos polvos, nos metemos en estos lodos.
La
chapuza del impuesto del “centimito” (que en realidad eran cinco) por cada
litro de carburante con la excusa de financiar la sanidad pública acabó
rematadamente mal. Los tribunales de la Unión Europea lo tumbaron por ser
completamente ilegal, obligando al Estado a devolver parte de lo cobrado,
medida de la que injustamente sólo se pudieron aprovechar algunos profesionales
y no todos los españoles que pagamos religiosamente el impuesto en su día.
Pero
como la maquinita de recaudar no descansa, nuestros sesudos gobernantes, para
“legalizarlo”, le cambiaron el nombre y lo transformaron en el “tramo
autonómico del impuesto sobre hidrocarburos en el tipo especial”, un
rimbombante título para continuar sangrando nuestros bolsillos en su provecho.
Tal
como ocurría con anterioridad, dejaron la potestad a las diferentes comunidades
autónomas de aplicar todo el impuesto, parte o nada. De esta forma, las
comunidades de Andalucía, Murcia, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana,
Baleares, Cataluña y Galicia, aplicaron el máximo permitido, 4,8 céntimos por
litro; otras como Madrid y Asturias cobraron parte del impuesto y Castilla y
León, Cantabria, País Vasco, Navarra y La Rioja decidieron no cobrar nada a sus
sufridos ciudadanos. Llenar el depósito en la última gasolinera de una
comunidad o en la primera de la siguiente podía resultar hasta 3 euros más
caro. Una injusticia que Cristóbal Montoro, cual Robin Hood hispano, quiere
erradicar.
Excusándose
en que la normativa europea prohíbe la existencia de fronteras fiscales entre
los territorios de un mismo país y vinculando el cambio al cumplimiento de la
Ley General de Unidad de Mercado, el Ministerio suprimirá el tramo autonómico
del impuesto y sumará los 4,8 céntimos por litro al tramo estatal, elevándolo
hasta 7,2 céntimos por litro para todas las comunidades autónomas. A ello se le
suma la otra parte del impuesto de 43,1 céntimos por litro en la gasolina y de
30,7 en el gasóleo. ¡Casi nada!
De
aprobarse los Presupuestos, los conductores de nueve autonomías verán aumentar
a partir del 1 de enero de 2019 el precio de cada litro de carburante hasta en
4,8 céntimos. Tenían dos posibilidades para eliminar las “fronteras fiscales”
entre territorios: suprimir los 4,8
céntimos de algunas comunidades o ponerlos en todas. ¿Cuál han elegido?
Y
los ladrones no descansan: aprovechando que el gasóleo ha caído en desgracia
por los motivos contaminantes que nos repiten hasta la saciedad, un grupo de
expertos nombrado por el Ministerio de Energía propone un aumento de un 28% en
el precio del gasóleo para automoción para financiar la tarifa de la
electricidad y el mantenimiento de las carreteras. Prepárense para sufrir otro
atraco.
En
el cuadro de final de página aparece desglosado el precio que pagamos por cada
litro de carburante (febrero de 2018). Fíjense en el importe de los impuestos.
Lo dicho: un robo.
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