martes, 4 de septiembre de 2018

Las “inofensivas” cosas que tocamos cada día que contienen más virus y bacterias




Estoy seguro que usted, amigo lector, se encuadra en el grupo de personas aseadas que se lavan las manos correctamente varias veces al día, sobre todo tras realizar alguna actividad que se las haya podido ensuciar o antes de las comidas o de acostarse y con esto, crea que se encuentra libre de cualquier microbio que pulule por los alrededores. Pues lo siento, a pesar de su prevención, seguramente tiene millones campando a sus anchas por sus manos mientras lee estas líneas.

Los microbios son los organismos unicelulares más pequeños que se conocen. Para hacernos una idea, millones caben en apenas un milímetro cuadrado. Y entre estos microbios, los más peligrosos para la salud humana son los virus, las bacterias y otros parásitos que pueden transmitir enfermedades.

Pero lo más preocupante de todo es que los podemos encontrar en cualquier cosa que tocamos diariamente y no solo en aquellos sitios que, a simple vista, parecen sucios. Objetos cotidianos que pueden ser mucho más peligrosos que otros que creemos que puedan estar infectados.

Les dejamos una lista con los más peligrosos y, en algunos casos, los comparamos con una taza de wáter, objeto que, a priori, puede parecer un foco de infección.


- Billetes y monedas. Son uno de los mayores focos de bacterias ya que, diariamente, pueden pasar por muchas manos (que pueden estar sucias o tener alguna enfermedad), sobre todo si usted es cajero o dependiente. Según un estudio de la Universidad de Oxford, los billetes de la zona euro tienen una media de 26.000 bacterias por billete.

- Carro de la compra. De uso cotidiano, son tocados y arrastrados por infinidad de personas. Cuidado porque no solo la barra con la que se empuja está llena de microbios; también lo está la cesta donde depositamos los alimentos que después comeremos.


- Mando a distancia del televisor. De acuerdo que no sale de casa, pero son muchos los miembros de la familia que lo tocan, a veces mientras están comiendo, otras cuando están enfermos…

- Teclado de ordenador. Sobre todo, son peligrosos los que se encuentran en un cibercafé, en el hall de un hotel o en la sala de ordenadores de la universidad.


- Teléfono móvil. Solemos tocar sólo el nuestro, pero cuidado con los ajenos porque una pantalla de un smartphone, al estar en contacto con manos y cara, puede contener 600 bacterias por pulgada cuadrada, 30 veces más de las que hay en la taza de un inodoro.

- Estropajo y esponja de cocina. Resulta paradójico en un objeto empleado para la limpieza, pero puede que sea el objeto más peligroso de nuestros hogares. Una esponja llega a tener 10 millones de bacterias por pulgada, 250.000 veces más que un asiento de inodoro.


- Agarraderas de metro, tren o autobús. ¿Cuántas personas de los miles que cogen un transporte público cada día pueden estar resfriadas? Pues sepa que el virus causante de la enfermedad puede sobrevivir 18 horas en superficies inertes como es el caso de estos asideros.   

- Botón de ascensor. Pasan desapercibidos por ser tan habituales y parecen insignificantes, pero los botones de los ascensores son tocados por muchas personas cada día, sobre todo en hoteles y, lo más peligroso, hospitales o clínicas.


- Pomos de las puertas. En línea con el anterior. En los pomos de las puertas, sobre todo de lugares muy concurridos, nos esperan las bacterias de la anterior persona que ha entrado.

- Carta de un restaurante. Un objeto en el que casi seguro que no había pensado nadie. Los plásticos de las cartas pasan por las manos de miles de personas que estornudan o tosen mientras la están leyendo, por no hablar de la carta de postres, manoseada por quien ya ha comido. La carta es 100 veces más peligrosa que el asiento del inodoro del propio restaurante. Lávense las manos tras tocarla, antes de comer.


No hace falta llegar a ser tan maniático como Sheldon Cooper en The Big Bang Theory, pero tener un poco de cuidado no nos irá mal. ¿No creen?


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