Mucha
política de género, mucha igualdad, pero ahora, el Parlament de Cataluña obliga
a distinguir a sus diputados, y por escrito, si son hombres, mujeres, no
binarios o indefinidos.
La
cámara ha remitido un formulario a los grupos parlamentarios para que lo
trasladen a sus diputados y que definan qué sexo es el que escogen en un nuevo
(ellos opinan que también “decisivo”) paso en el Plan de Igualdad de Género del
Parlamento de Cataluña 2020-2023 que tiene por objetivo que el Parlamento
incorpore transversalmente la perspectiva de género, la igualdad entre hombres
y mujeres y la no discriminación de las personas del colectivo LGTBI. Bonita frase.
Y
para conseguir esa igualdad y no discriminación, no se les ha ocurrido otra
cosa que obligar a los diputados a retratarse y “elegir” su sexo para que las comunicaciones
que reciban utilicen el género masculino, femenino o neutro. Tres redacciones de una misma comunicación y para siempre, ¡hay que ver el
buen uso que hacen de nuestros impuestos!
En
el documento también se pide a los diputados un compromiso de tolerancia cero
ante la discriminación y el acoso por razones de sexo, la obligación de
cooperar en la investigación de las denuncias que se puedan producir y a
participar en la formación especializada que se imparta en la cámara sobre la
igualdad y el acoso. ¿Hacía falta pedírselo? ¿No lo hacían hasta ahora?
Pero
no todo son buenas noticias en esta cruzada. Ahora, quienes boicotean la
iniciativa son las feministas de Asociación Contra el Borrado de Mujeres y de
Feministes de Catalunya que se quejan de la inclusión de conceptos como el de “niñas
y adolescentes transexuales y cisgénero”, “personas intersexuales” o “identidades
no binarias” en iniciativas de este tipo porque tienden a invisibilizar a las
mujeres. Aunque también puede deberse a su afán por eliminar a la competencia.
Ya saben: cuantos más a repartir, a menos salimos.
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