jueves, 29 de septiembre de 2022

Y ahora, duchas con agua fría contra la crisis energética. ¿Tienen algún beneficio?

 



Desde que la maldita invasión de Ucrania por parte de Rusia llegó a nuestras vidas y, con ella, las dificultades en el suministro de gas y su consiguiente aumento de precio, no pasa día en el que al ejército de políticos que viven de los presupuestos europeos, se les ocurran “estupendas” medidas para paliar la escasez de energía.

Hemos oído y leído de todo: apagar luces de escaparates, dejar en penumbra las ciudades, racionar los combustibles para los coches, compartir con otra persona (o varias) la ducha, asearse con toallitas húmedas evitando usar agua caliente y otras muchas tonterías populistas que no sirven para casi nada, pero que mantienen al personal distraído mientras no se ataca a los verdaderos problemas que han provocado esta situación. ¿La última ocurrencia? Ducharse con agua fría.

Pero en esta ocasión, aunque sin buscarlo, la “solución” no es del todo mala, no ya por el pequeño ahorro que supone, sino por que puede ser beneficioso para nuestra salud.


Una recopilación de estudios realizada por investigadores noruegos y publicada en el
International Jurnal of Circumpolar Health saca las siguientes conclusiones después de analizar más de 100 estudios realizados hasta la fecha sobre los beneficios del baño en agua fría:

- Darse un chapuzón en agua fría reduce la grasa corporal “mala” en los hombres, lo que protege contra la obesidad y las enfermedades cardiovasculares y el riesgo de trastornos como la diabetes.

- Mejora la salud mental y nuestro estado de ánimo

- Aumenta la libido

- Activa la circulación sanguínea, ayudando a evitar la aparición de varices y celulitis.

- Alivia la sensación de piernas cansadas

- Combate la retención de líquidos

- Incrementa la producción de adiponectina por parte del tejido adiposo. Esta proteína juega un papel clave en la protección contra la resistencia a la insulina, la diabetes y otras enfermedades.

Aunque advierten de que también conlleva riesgos como hipotermia y problemas cardiacos y pulmonares si no se lleva a cabo bajo la supervisión de expertos en la materia.

Ya se que el estudio se refiere a baños y natación en lagos o ríos, pero supongo que estos beneficios, aunque reducidos, también se darán con las duchas matinales en nuestros hogares.

¿Se atreven?

 

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