La tremenda crisis económica que nos ha tocado
sufrir trajo consigo uno de los dramas económicos más grandes que puede sufrir
una familia: el desahucio de su hogar por no poder satisfacer los pagos de la
hipoteca. Fueron muchos los que se embarcaron en la aventura de estrenar un
hogar que, por diversas circunstancias, quedó fuera de sus posibilidades
económicas y acabó con un traumático desahucio y el endeudamiento de por vida
al no aceptar los bancos la dación en pago de la vivienda a cambio de la deuda.
Para ayudar a estas personas surgió la Plataforma de Afectados
por la Hipoteca
(PAH). Este colectivo, que lanzó a la fama a la hoy alcaldesa de Barcelona Ada
Colau, centró todos sus esfuerzos en evitar estos desahucios y, en algunas
ocasiones, llegó a conseguirlo. Sin embargo, y aunque los problemas con las
hipotecas continúan igual como antes, parece
que se aburren, han decidido dar un paso al frente y ahora centran sus
esfuerzos en favorecer la “Okupación”.
Como lo leen, la PAH ha creado el portal La Sareb es nuestra, una página web
en la que informan de cuáles son las viviendas vacías (con mapa para
localizarlas fácilmente) que posee el “banco malo”. Y, por si esto no acabase
de aclarar sus intenciones, ha elaborado una guía práctica para “okupar”
viviendas con éxito llamada “manual de obra social”.
Les dejamos un resumen
para que comprueben cómo una asociación que, en un
principio, parecía seria, pueda elaborar un manual que incite a actuar contra
la ley.
Fase 1: Trabajo previo a la recuperación.
Se realizará por un grupo reducido con
experiencia y de confianza. En las reuniones no hablaremos del lugar elegido ni
información demasiado concreta. Desconectaremos los móviles y no diremos nada
por faceboolk, whatsapp, etc. Cuanta menos información se comparta, más garantías
habrá de que salga bien el día de la acción.
¿Necesitamos muchos pisos? ¿En alguna zona
concreta? Buscaremos bloques de obra nueva que sean propiedad de entidades
financieras y que estén vacíos. Tiene más aceptación social “okupar” bloques
que llevan unos años vacíos y que estén en barrios populares.
Hay que asegurarse de que están vacíos
comprobando si hay “vida” en algún piso: objetos en los balcones, luz por las
noches, propaganda acumulada, etc.
Antes de la fecha seleccionada hay que decidir
quien se autoinculpa. Esta persona nos servirá para asistir a los procesos
judiciales y tener acceso a toda la información: posibles fechas de desalojo,
etc.
Fase 2: Día de la ocupación. Existen 2 formas
de entrar en el bloque.
- Okupar al final de una manifestación pública.
Así, a plena luz del día y de forma masiva las Fuerzas de Seguridad no
intentarán abortar la acción y superaremos los momentos más críticos.
- Okupar de forma invisible. Si un grupo
consigue entrar, nos ahorramos que puedan ser identificados.
En ambos casos hay que reivindicar bien la
acción para que no sea catalogada como robo, colgando en la puerta una
advertencia legal sobre el uso abusivo del “delito flagrante” y la vulneración
de la inviolabilidad del domicilio por particulares o policía. También se
repartirán cientos de cartas dirigidas a los vecinos de la zona para que
entiendan los motivos de la actuación para generar simpatía. Asimismo,
avisaremos mediante correo electrónico a la prensa justo antes de entrar para
que las cámaras lleguen antes que la policía. Luego, se les entregará solamente
el DNI de la persona que se autoinculpará y evitaremos decir nombres o
apellidos en su presencia.
Fase 3: Días posteriores.
Habrá que ponerse en contacto con la entidad
financiera para pactar el pago de un alquiler social a la entidad, que nunca
supere el 30% de los ingresos familiares. Lógicamente, si la familia no tiene
ningún ingreso, el alquiler social es de cero euros al mes. Abriremos una
cuenta en el banco para ingresar cada mes la cantidad correspondiente.
Recomendamos que en el primer ingreso acudan los medios de comunicación para
dar fe de la entrega.
Las familias se deberán empadronar en el
inmueble y enviaremos una carta al ayuntamiento para que no se muestre
beligerante con la acción emprendida.
Al tratarse de un edificio “recuperado”, las
compañías no nos proporcionarán suministros. Nosotros mismos tendremos que
piratear el agua y la electricidad del suministro general. Esto es una
actividad ilegal, así que hay que ser precavidos actuando de noche y vigilando
para que no haya presencia policial. En las PAH siempre hay personas con los
conocimientos técnicos adecuados para llevar a cabo estas acciones.
Como ven, nada queda al azar y difícilmente
les saldrá mal. Los pisos de la
SAREB ya están adjudicados. Pensarán que los bancos se lo
tienen merecido tras haber exprimido a los hipotecados y haber recibido ayudas
estatales. No caigan en el error; la
PAH ha pasado de ayudar (a su manera) a los desahuciados a
incitar a la desobediencia civil y a atentar contra la propiedad privada.
Vivir
gratis es muy goloso y pronto no tendrán suficiente con los pisos de la SAREB. P asarán a los
pisos vacíos de particulares y luego “expropiarán” los ya ocupados por sus
inquilinos. Denles tiempo.
Y mientras tanto, la Carmena , la Colau y otros, dándoles
alas.
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