miércoles, 14 de septiembre de 2016

Ada Colau vapuleada en su primera biografía crítica


“Excelentísima Activista”; así se titula la primera biografía crítica que se publica sobre Ada Colau. De la mano de Ediciones Península, el periodista y profesor de periodismo Joaquín Roglán ha aceptado el reto de plasmar en un libro la personalidad de la primera alcaldesa de la historia de la ciudad condal.

“Según me dijo Ramón Perelló, editor de la editorial, pensó en mí porque he escrito varios libros de Barcelona y por mi experiencia al haber vivido y trabajado como periodista durante cuarenta años en esta ciudad. También influyó el que no pertenezca a ningún partido político ni guarde relación alguna con la política” ha dicho Roglán.

El autor reconoce que, más que interesarle, Ada Colau le inspira “curiosidad como fenómeno mediático y social” y que también le interesan sus circunstancias generacionales. “Ella pertenece, aunque simule lo contrario, a la generación más privilegiada desde la Transición. Es curioso de Colau explique que tenía trabajos precarios, cuando estudió y creció durante la etapa de pleno empleo. ¿No le interesaba un empleo estable o es que su currículum no se ajustaba a sus pretensiones?” 

Y añade: “En todo caso, de nuevo vivió como una privilegiada en su ONG (Plataforma de Afectados por la Hipoteca, PAH) y viajó a países a los que ninguna persona desahuciada pudo viajar y menos aún a cargo del contribuyente”.


Para este profesor universitario, “la constante presencia mediática de la hoy alcaldesa es una operación de imagen y de laboratorio de manual y se basa en técnicas de propaganda muy antiguas, empleadas precisamente en etapas y en países muy poco democráticos”, para añadir que “sabe convertir sus fracasos en éxitos mediante el método de culpar a los demás de todos los males y aparecer ella siempre como la inmaculada redentora”.

Joaquín Roglán termina diciendo que “Barcelona tiene como primera alcaldesa a Ada Colau porque la ciencia política es la única donde dos más dos no suman necesariamente cuatro y la ley electoral (que no se ha querido reformar durante tantos años) propicia aritméticas que permiten que una minoría minoritaria mande sobre mayorías mayoritarias. Con sumar dos o tres partidos de su oposición, cualquier candidato podría dejarla sin la vara de alcaldesa”. 

“Que Ada Colau haya dejado la calle para entrar en las instituciones ha provocado que la calle esté más desorientada y más desordenada que nunca”. O puede que sea por la labor que está ejerciendo al frente de la alcaldía, añado yo.


Es posible que dentro de un par de décadas, la presencia de Ada Colau en la vida política no pase de ser una anécdota o una broma de mal gusto, pero, hasta entonces, a la alcaldesa le queda cuerda para rato al frente del consistorio o, como vaticinan cada vez más analistas políticos, como primera Presidenta de la Generalidad de Cataluña. Los votos de los catalanes decidirán su futuro. A ella, ambición no le falta. 


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