Pocos
son los humanos que se han librado de las molestias de soportar una resaca.
¿Qué le vamos a hacer? Todos intentamos controlar la ingesta de bebidas
alcohólicas y no excedernos pero llega el día en que, sin saber muy bien como
ocurre, nos pasamos un poco. O un mucho, según los casos. Y la resaca del día
siguiente, como cruel castigo divino, se instala en nuestro cuerpo. ¿Se puede
evitar? Difícilmente. Pero lo que sí podemos es disminuir sus nefastas
consecuencias con unos sencillos consejos para antes, durante y después del
consumo de alcohol.
Empezaremos
explicando que la resaca es consecuencia de las dificultades que nuestro
organismo tiene para metabolizar todo el etanol ingerido y eliminar las
sustancias residuales que produce por vía urinaria. La resaca desaparece cuando
nuestro cuerpo ha logrado realizar todo este trabajo. Si lo hace rápido, en
unas horas estará solucionado; si le cuesta, durará todo un día e, incluso,
más.
¿Cómo
mejorar la temida resaca? Obviamente, cuanto menos alcohol consumamos, menos
resaca tendremos. Un consumo moderado, ayuda. Pero, ¿qué cantidad es moderada?
Depende de factores como el tamaño de la persona, del sexo -está demostrado que
las mujeres tienen mayores resacas-, del índice de masa corporal, de si se
padecen otras patologías o de si se consume normalmente alcohol -la ingesta
habitual aumenta la cantidad de las enzimas que metabolizan el etanol,
disminuyendo los efectos-.
Cuando
se empieza a beber es imprescindible haber comido. Y si es posible continuar
comiendo mientras se bebe, mejor. Esto reducirá considerablemente la absorción
del etanol por el estómago. Pero cuidado con beber tras una comida muy copiosa
porque puede favorecer la ingesta de más alcohol.
Hay
que beber de forma progresiva, nada de prisas. Con ello favoreceremos que el
organismo metabolice y elimine el alcohol más fácilmente, reduciendo sus
efectos secundarios. No sirve de mucho el beber abundantes cantidades de agua entre
copa y copa ya que esto no aumenta la eliminación del alcohol. Si acaso, la
sensación de plenitud hará que se reduzcan las ganas de seguir bebiendo.
No
lo mezcle con bebidas energéticas, puesto que pueden enmascarar los efectos del
alcohol tapando los efectos depresores del etanol y favorecer un mayor consumo.
Una
vez acabado todo y sabiendo que nos hemos pasado un poco, lo mejor antes de
acostarnos es dar un pequeño paseo o realizar un ejercicio suave que ayude a
nuestro cuerpo a metabolizar el alcohol. Pero no se pase porque una actividad
física fuerte empeorará su cuadro clínico. También es recomendable beber leche
ya que esta consigue disminuir la absorción a nivel digestivo.
¿Y
al día siguiente? Lo primero, mucha paciencia. No sirve de nada consumir
nuevamente alcohol, ni comer tomate ni tomar suplementos de vitamina B6 o
café. Lo mejor es tomar zumos naturales de frutas y hortalizas, bebidas
isotónicas y agua, con lo que repondremos vitaminas, minerales y, de paso, nos
hidrataremos. Hay que comer alimentos suaves y de fácil digestión y huevos, ya
que tienen mucha cisteína que ayuda al hígado a desintoxicarse de los productos
de degradación del etanol.
Medicamentos
pocos. Si acaso un analgésico como el ibuprofeno para paliar el dolor de cabeza
o los dolores musculares, algún antiemético, para disminuir las náuseas y un
protector gástrico para mejorar las molestias estomacales.
Y
descansar mucho y dormir todo lo que pueda, o le dejen. Espero que con estos
consejos su próxima resaca sea más corta y llevadera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario