En Podemos,
al igual que en otras organizaciones progresistas, saben que la batalla entre
propaganda demagógica y datos objetivos siempre tiene un ganador: la demagogia.
Es muy sencillo: los datos objetivos los leemos y analizamos cuatro gatos y la
propaganda populista aparece en portada de multitud de programas de televisión.
La victoria siempre es clara y contundente.
El último
ejemplo lo tenemos en una noticia que saltó a la palestra la semana pasada
proveniente del Ministerio de Educación. En ella, se decía que el número de
alumnos matriculados en las diferentes universidades públicas españolas había
descendido en los últimos cuatro años. Minutos tardaron los líderes de Podemos
en denunciar que esta reducción de 127.000 universitarios se debía a que la
subida de las tasas y el recorte aplicado en las becas había “expulsado” a
estos jóvenes del sistema universitario. Incluso crearon un hashtag, #Faltan127Mil, ,
que logró convertirse en tendencia a lo largo del día. Pero, ¿es verdad lo que
dicen?
Siempre se
ha dicho que peor que una mentira, es una verdad a medias. Efectivamente, según
los mencionados datos de Educación, los matriculados de grado y de primer y
segundo ciclo fueron 1.155.728 alumnos para el curso 2015/2016, unos 127.000
menos que los registrados en el curso 2011/2012, pero la cuestión no es saber
el monto de la reducción sino descubrir porqué se ha producido. Y parece que la
razón no está relacionada con los aumentos de tasas o los recortes de becas
sino con la demografía y la menor duración de los grados.
Entre 2012
y 2015, la población española comprendida entre los 18 y los 24 años -la edad
en la que los jóvenes acceden a la universidad- ha bajado en 275.000 personas.
Es decir, el descenso de la población joven a más que duplicado a la baja de
los universitarios públicos. Como consecuencia, la tasa neta de escolarización
ha aumentado hasta alcanzar el 31,5%. O lo que es lo mismo, hay más universitarios que hace
cuatro años en términos relativos.
Es más,
entre 2012 y 2016, la población joven de entre 18 y 21 años se redujo en
138.000 personas mientras que los universitarios de esa edad aumentaron en
30.000 alumnos. Poco han influido el recorte de becas y el aumento de tasas,
¿verdad?
El segundo
motivo responde a la duración de los estudios. La adaptación de España al
Espacio Europeo de Educación Superior ha supuesto que la duración de los grados
sea de 4 años y 240 créditos, frente al modelo anterior donde la mayoría de las
titulaciones duraba cinco años. El número de estudiantes universitarios
continuará descendiendo en los próximos años mientras no queden completamente
extinguidas las titulaciones de primer y segundo ciclo.
Lo bueno que
tienen los números, es que, a diferencia de las palabras, son exactos y no se
pueden rebatir. Y sin embargo, muchos españoles continúan prefiriendo (y
creyendo) las demagogias podemitas. Es lo que hay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario