Le
ha llegado la vejez (muy bien llevada, por cierto), pero continúa necesitando
estar en la primera línea de las noticias, en el “candelabro” como diría la gran
Sofía Mazagatos. Actriz, escritora, editora, la más famosa experta en aerobic,
Blogger y, sobre todo activista política, no duda en acudir a cualquier acto de
protesta que esté en contra del poder establecido, sobre todo si ese poder lo
ostenta el Partido Republicano y aún más ahora con Donald Trump.
A
sus 82 años todavía tuvo reflejos para colocarse, cuando llegó la policía, en
primera línea de una manifestación contra el cambio climático celebrada en la
capital estadounidense. Lógicamente, logró su objetivo y fue arrestada ¡por
quinta vez! en Washington. Desconocemos si ya ostenta el récord Guinness, pero
las portadas de los periódicos hablaron profusamente sobre ella, que es lo que
importaba.
Una
de sus últimas apariciones públicas fue con motivo de la Gala de los Oscar,
ceremonia en la que, con todo merecimiento, estaba invitada. Si ven las
fotografías que acompañamos, asombra su extraordinaria forma física, su
elegancia innata y las delicadas joyas que luce.
No sabemos si por remordimientos al lucir joyas tan lujosas o por tener firmado algún contrato publicitario, Jane
Fonda tuiteo junto a una foto suya el siguiente comentario: “En los Oscar
llevando joyería Pomellato porque solo utiliza oro responsable, cosechado
éticamente, y diamantes sostenibles”. ¿Se puede ser más buena persona?
Una
auténtica cadena de elogios hacia la actriz por parte de sus incondicionales siguió
a la publicación del tuit, remarcando su sentido ecológico y su solidaridad con
los más pobres, pero realmente ¿qué es el oro responsable y los diamantes
sostenibles?
El
proyecto “Iniciativa Oro responsable" (Better Gold Initiative) surgió hace unos
años por medio de una alianza público-privada entre la Cooperación Suiza-SECO y
la Asociación Suiza de Oro Responsable, entidad que congrega a grandes refinerías, joyeros y organizaciones financieras suizas. La labor de este proyecto es
apoyar a los mineros artesanales y de pequeña escala de diferentes lugares del
mundo para que alcancen estándares internacionales en su producción, la cual
podrán colocar a un precio justo entre compradores que valoran el cumplimiento
de medidas ambientales, sociales y laborales.
Gran
labor que, al eliminar intermediarios, garantiza un mejor precio a los pequeños
productores y, llámenme malpensado, provoca que los joyeros suizos se forren,
literalmente, al pagar por ese oro mucho menos que por cualquier otro. Ganan más y son considerados promotores del comercio justo. Por algo
el 60% del oro que se comercia en el mundo transita por territorio suizo. Es
como si un supermercado fuese al agricultor directamente a comprarle los
tomates, sin intermediarios. El súper le puede pagar más al agricultor y
aumentar sus márgenes de venta, incluso vendiéndolo más barato que la
competencia. Que tome nota nuestro Ministro de Agricultura de la sabiduría suiza.
¿Y
qué son los diamantes sostenibles? Esto es más sencillo. Podrían denominarlos
diamantes sintéticos, pero convendrán en que quedaría mucho más vulgar. Simplemente
es un trozo de carbón que, tras pasar por diferentes procesos en un
laboratorio, se convierte en una imitación, casi perfecta, de uno natural.
El
problema es el precio. Gracias a publicidades como la efectuada por Jane Fonda,
el precio al que se pueden vender estas piedras similares a las circonitas es
apenas un 30 o un 40% inferior al de los verdaderos diamantes. Como bien dicen
desde el Instituto Gemológico Español, “los métodos tecnológicos para fabricar
los diamantes sintéticos se abaratan continuamente y su precio irá bajando
progresivamente. Es posible que aquello que hoy cueste mil euros, en un año,
pueda bajar hasta los cinco”.
Además,
afirman que “el término diamante solo puede ser utilizado por los naturales
según diferentes normativas internacionales (CIBJO e ISO 18323.2015). Los
sintéticos tendrán que ser claramente identificados y se considerará engañoso
utilizar las palabras cultivado, real, genuino o gema”.
Y
en cuanto a ecológicos… si tenemos en cuenta el elevado gasto energético que
utiliza el laboratorio para la transformación del carbón y los productos
químicos que se requieren en el proceso, no acabo de ver la ecología por
ninguna parte.
Creo
Jane Fonda que es lo suficientemente inteligente como para que le tomen el
pelo. ¿Ecológica y responsable? Yo la veo más interesada en los contratos
publicitarios y el autobombo, qué quieren que les diga.
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