Decía
el gran crítico cinematográfico Carlos Pumares que las películas españolas eran
aquellas que pagábamos dos veces los españoles: una cuando acudíamos a las
taquillas del cine y la otra con las subvenciones que le pagaba el Ministerio
de Cultura, que salen de nuestros impuestos vía presupuestos del estado. Posiblemente,
esa sea la razón por la que hace décadas que no veo una película española en el
cine y, si me apuran, tampoco en la televisión. Bueno, esa y que la gran
mayoría son infumables. Pues bien, para el nuevo Ministro de Cultura, el
socialista José Manuel Rodríguez Uribes, esto no es todavía suficiente.
En
una rueda de prensa celebrada esta semana, el bueno del ministro ha afirmado
que su ministerio estará absolutamente centrado en dotar de subvenciones a las
producciones artísticas creadas por mujeres. Según Rodríguez Uribes, España se
encuentra inmersa en la más terrible de las discriminaciones en el ámbito de la
cultura hacia el género femenino y se tiene que corregir porque hay una “brecha
inaceptable entre el ser y el debe ser”. Con estas declaraciones suponemos que ya
ha entrado con pleno derecho en la primera división de los hipócritas políticos
tremendistas. ¿El nuevo ministro no conoce la extensa obra de Josefina Molina,
Isabel Coixet o Gracia Querejeta, por poner sólo unos ejemplos?
Para
poner solución al “problema” detectado, ha anunciado una nueva Ley del Cine en
la que las películas y cortometrajes dirigidos por mujeres pasarán a tener
consideración de “obras difíciles” e incrementará las subvenciones a las cineastas
en un 75% más que al resto de directores hombres. Otro que piensa que con el
dinero de los contribuyentes se arregla todo. Aunque, quizá, lo más curioso sea
que su definición de “obra difícil” no venga dada por el contenido de la
producción en sí, sino por el hecho de que esté realizada por mujeres. ¿Acaso duda
de su capacidad para dirigir películas?
Por
cierto, el ministro añade un guiño hacia el nacionalismo y considera también
como “obra difícil” aquellas películas rodadas en catalán, vasco, gallego o
valenciano. Con ello, también serán beneficiarias de un aumento de la
subvención del 75%, por lo que más del 80% de su producción estará financiada
con dinero público. “Hay que hacer territorio con la cultura” dice el ministro.
Que sea buena o que aporte un mínimo de cultura a la sociedad es lo de menos.
Si
ya les parece escandaloso, lo mejor se lo dejaba para el final. Su ministerio
tiene un estudio en marcha que planea transformar radicalmente las
instituciones culturales españolas de mayor prestigio. ¿Cómo? Pues con la famosa “paridad”.
A
partir de ahora, las bibliotecas españolas deberán ser inclusivas y en sus
estantes tienen que tener el mismo número de ejemplares escritos por mujeres
que por hombres. “El comienzo del cambio será la Biblioteca Nacional”, ha
aseverado el ministro. Bien por él. La selección ya no se hará en base a la
relevancia del contenido del libro sino al sexo de quien lo escribe. Algún
ejemplar de Cervantes, Quevedo o Miguel Hernández deberá desaparecer.
Y
le faltaba una tercera pata a su desvarío: el teatro. ¿Recuerdan que en la antigüedad (la Inglaterra isabelina) los papeles femeninos en las obras de teatro los representaban hombres
disfrazados? Pues ahora lo mismo, pero al revés. El ministro ha señalado que
las producciones teatrales deberán tener el mismo número de actores masculinos
y femeninos. ¿Qué en la obra aparecen más hombres? Pues que el autor la cambie.
¿Qué el autor es un clásico ya fallecido? Pues que lo resuciten.
Como
pueden comprobar, la paranoia feminista que nos invade no tiene límites. Aunque
en este caso, me huele que estas promesas están más encaminadas hacia la
propaganda que a otra cosa. El tiempo lo dirá.
2 comentarios:
Deberías de manejar para poder hablar con propiedad los datos de CIMA. Estos datos indican que a lo largo de la historia, en la actualidad, el número de directoras solo alcanza el 10%. Las mujeres estamos fuera del sistema de reparto y creo que es bueno hacer algo. Tu artículo, con todos los respetos del mundo, esconde una idea bastante poco solidaria y machista. Un saludo
Gracias por su comentario.
No sé de donde se saca que mi comentario es poco solidario y, mucho menos, machista. Lo que estoy en contra es de que con los impuestos de todos los españoles, se haga política barata y propaganda partidista. Nada más.
A las mujeres no les hacen falta este tipo de medidas.
Saludos
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