A todos nos han puesto alguna vez una multa tonta; una multa
por algo que, aparentemente, carecía de importancia. Ejemplos hay muchos, desde
llevar la matrícula un poco descolorida o una pegatina brillante en la parte
trasera, hasta exceder por un kilómetro por hora la velocidad máxima autorizada
o invadir un palmo con el paragolpes un paso de cebra cuando estacionamos en la
calle. Pero hay casos mucho peores. Compruébenlo ustedes mismos.
- Conducir con una mano o el brazo fuera de la ventanilla:
100 euros. Así lo establece el artículo 18 del Reglamento General de
Circulación: tanto el conductor como los pasajeros deben mantener una posición
adecuada. Y, al parecer, poner el brazo en el marco de la ventanilla, no es
adecuado.
- Multa de 100 euros por exceso de velocidad cuando el
vehículo es transportado por una grúa. Por increíble que parezca, les ocurrió a
una pareja catalana y al reclamar, los mossos alegaron que “como la grúa tiene
matrícula de Andorra, el radar ha leído la española y de ahí la multa”.
- Conducir sin camiseta, con tacones, descalzo o con
chanclas: 200 euros. Se considera que puede disminuir la capacidad de controlar
el vehículo. Lo de los tacones o ir descalzo, puedo entenderlo, pero ¿en qué
influye ir sin camiseta?
- Perder todos los puntos del carné por conducir un coche que
no ha visto en su vida. A un vecino de Gerona le despidieron de su trabajo y
luego, como tenían todos sus datos, le endosaron todas las multas de la empresa
al identificarlo siempre como conductor del vehículo infractor.
- Aparcar pisando la arena de la playa: hasta 6.000 euros. Si
va a hacerlo, compruebe antes si el espacio se considera protegido. La multa le
puede acarrear varios años sin vacaciones.
- Aprovechar un semáforo en rojo para retocarse el maquillaje
o comer: 200 euros y 2 puntos de carnet. Ya sabe, la mirada fija en el semáforo
y en posición de firmes. Como en el ejército.
- Multa por conducir a 213 Km/h ¡en una autocaravana! Le
ocurrió a un policía municipal de Benicarló y, afortunadamente para él, pudo
demostrar que, evidentemente, el radar funcionaba mal.
- Llevar la música muy alta cerca de un hospital o de
madrugada: entre 80 y 100 euros (y puede llegar a 2.400 euros). Personalmente,
conozco algunos casos en que estas multas se quedan cortas.
- Utilizar el claxon: 80 euros. Solo se puede utilizar en
caso de emergencia. Olvídese de usarlo para saludar a los amigos.
- Multa por girar la cabeza para comprobar si la caja gris
que se acaba de rebasar es un radar. Ya saben: “distracción en la conducción”.
- Discutir al volante, morderse las uñas, besar al copiloto o
hacer la peineta a otro conductor: 80 euros. Todas estas conductas tienen un
punto en común: perder de vista la carretera.
- Conducir con una sola mano o con las orejas tapadas: 80
euros. Los agentes tienen que asegurarse que no utilizamos móviles o
auriculares. El colmo en la aplicación de la norma le ocurrió a un conductor
al que multaron por hablar por el móvil
y cuando demostró que no lo hacía, le mantuvieron la multa por conducir
sosteniendo su oreja.
- Comer conduciendo una bicicleta: 100 euros. Se deben llevar
las dos manos al volante. En caso contrario se considera conducción temeraria.
- A un motorista se le cae un bote de chicles al suelo cuando
está sacando su documentación ante los agentes. Acabó multado por “abandonar en
la vía 42 chicles de grajea reduciendo la adherencia y depositando en la vía
objetos que entorpecen la circulación”.
- Circular por el carril BUS-VAO con un solo ocupante en el
vehículo. El caso más célebre fue el del conductor sorprendido con un maniquí
como copiloto; un maniquí con peluca, gafas de sol, foulard y el cinturón de
seguridad correctamente abrochado.
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