Si
algo tienen en común los alcaldes llamados “populistas” es que, en caso de
derrumbe de su ayuntamiento, a ellos no les pillará debajo. Y a los concejales
de su partido, tampoco. Con total seguridad, estarán viajando por cualquier
parte del mundo.
Manuela
Carmena, alcaldesa de Madrid, lleva gastados más de 300.000 euros en viajes
desde que llegó al poder. En concreto, sólo en 2017 gastó 26.691 euros y su
equipo de gobierno más de 116.000. No está mal.
Por
supuesto, según la alcaldesa por culpa de su edad, suele viajar en business y
sus desplazamientos son, lógicamente, algo más caros: en uno de sus últimos viajes
a América, concretamente a Montreal, Nueva York y la ciudad mexicana de
Guadalajara para visitar su Feria del Libro, gastó 16.998 euros en aviones.
Sumando
todos sus viajes conocidos, hasta abril de 2018 doña Manuela ha realizado
180.000 kilómetros en desplazamientos, unas cuatro veces y media la vuelta al
mundo.
Otra
que también viaja lo suyo, aunque menos que su colega de Madrid, es la
alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Más de 26.000 euros en tres años y medio y
eso que en 2017 estaba de baja maternal.
Sin
embargo, en su caso más que la cantidad de viajes, lo polémico es lo que gasta
en casa uno de ellos. El más sonado fue el realizado a Nueva York (está claro
que visitar la cuna del capitalismo “pone” a los populistas). Los billetes de
avión superaron los 12.000 euros y sus desplazamientos dentro de la ciudad
sumaron 1.700. El alojamiento para cinco personas supuso un desembolso de 3.261
euros. Afortunadamente, el viaje sólo duró dos días. También se habló mucho de
un viaje de un solo días realizado por la alcaldesa y tres colaboradores cuyo
coste fue de 3.504 euros.
Otro
que disfruta de sus viajes a América es el alcalde de Zaragoza, Pedro
Santisteve. Él y sus siete acompañantes, gastaron en trece días 23.099 euros en
su viaje a Honduras, Nicaragua y El Salvador. También fue sonado su viaje a
Chile por la polémica que levantó al viajar con su familia. Puede que pagara el
viaje de su mujer y su hija de su bolsillo, pero como no quiso mostrar justificantes
que lo acreditaran, siempre quedó la sospecha. En total, el viaje costó 5.721
euros.
Al
alcalde de Valencia, Joan Ribó, no le gustan los desplazamientos internacionales,
pero no por ello sus viajes son baratos. Para ir a La Coruña, donde se
celebraba una reunión de los alcaldes populistas salidos de las urnas en 2015,
nada oficial, gastó 7.200 euros de la cuenta del ayuntamiento.
Y hablando de La Coruña, su alcalde, Xulio Ferreiro, ha gastado 15.000 euros en
dietas en los 48 viajes que ha realizado desde que es alcalde. Su equipo de
gobierno lleva gastados 60.000 euros en 251 viajes durante tres años. ¡Ni Willy
Fog y Rigodón!
No
estamos hablando del Ministerio de Asuntos Exteriores; ni siquiera de la
Consejería de Turismo de cualquier comunidad autónoma. No. Son gastos en viajes
realizados por ayuntamientos… ¿en serio es necesario coger tantas veces el
avión?
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