Seguro
que todos ustedes conocen la regla de las “cuatro erres” que todo defensor del
medio ambiente y del cambio climático en el planeta predica: Reducir,
reutilizar, reciclar y recuperar. Pues la Academia de las Artes y las Ciencias
Cinematográficas de España, organizadora de la gala de entrega de los premios
Goya, no.
Si
fueron de los sufridos espectadores que se tragaron el tostón presentado por el
matrimonio formado por Andreu Buenafuente y Silvia Abril, oirían hasta la saciedad
mensajes medioambientales del tipo “salvemos el planeta”, “urgencia climática”,
etc. Toda una batería de sermones destinados a concienciar a los espectadores
sobre el apocalipsis que nos espera si no nos decidimos a cambiar nuestras
costumbres consumistas. Pues como diría el refrán, “consejos vendo y para mí no
tengo”.
La
alfombra roja que pisaron todas las “estrellas” a su llegada, el photocall
donde inmortalizaron su presencia e incluso parte de las gradas donde se agolpaban
sus admiradores acabaron en el contenedor más cercano al teatro donde se
realizaba la Gala. Todo a la basura. Un solo uso; el consumismo salvaje que se
criticaba en la Gala, perpetrado por los organizadores de la misma Gala. La
hipocresía al poder.
Afortunadamente,
por el lugar transitaba un profesor malagueño, José Miguel Santos Paradas,
director del centro Misioneras Cruzadas de La Palma-La Palmilla, un colegio
privado religioso de la capital malagueña, que no dudó en cargar tan preciado
material en su coche para llevárselo a su colegio.
“Gracias
porque con todo lo que habéis tirado, algunos reutilizaremos los desechos para que
los niños de un barrio olvidado se sientan los verdaderos actores de vida
reales” publicaba el director en una conocida red social y se preguntaba “cómo
se consiguen tantos recursos, cual es el camino para que no te denieguen
recursos básicos o te cierren puertas. A una pequeña escuela de barrio siempre
se nos dice que no hay recursos para las necesidades más básicas, que durarían
mucho más que una noche”. Ya le contesto yo: casándose con el poder, sobre todo
si es de izquierdas.
Gracias
a este profesor, por lo menos en esta ocasión se han respetado las cuatro erres
dándole una segunda vida a los desechos de la Gala. Esperemos que rectifiquen
para la Gala de 2021. Si. Ya lo sé. Siempre he sido un empedernido iluso
optimista.
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