NO ME REFIERO A MORIR. AL CONTRARIO, BUSCO ESOS PEQUEÑOS DETALLES DEL MUNDO DE LA SOLIDARIDAD, DEL ESFUERZO PERSONAL Y COLECTIVO, DE LA ECOLOGÍA, DE LA ECONOMÍA, DE LA POLÍTICA Y DEL VIVIR CADA DÍA QUE NOS HAGAN SENTIR BIEN. LAMENTABLEMENTE, NO SIEMPRE LO CONSIGO.
Medio
somnoliento, muy pronto por la mañana entra en su bar de costumbre y pide un
café para intentar despertar. Tras unos minutos de espera, el agradable
camarero llega hasta su mesa y le trae lo pedido: una taza de café. Hasta aquí,
todo normal, pero ¿qué ocurriría si en lugar de un vulgar café le sirvieran una
auténtica obra de arte? Seguro que empezaría el día con mucho mejor pie. Es lo
que hace con sus clientes Lee Kang Bin en su cafetería C. Through en Corea del Sur
Aunque
parezca increíble a la vista de sus obras, Lee jamás acudió a clases de dibujo.
Aprendió a ser un maestro de las figuras en el café con leche durante sus diez
años de experiencia como barista.
Con sus
delicados pinceles y cucharas, usando crema gruesa manchada con colorante de
comida, este “latte artist” tarda unos
15 minutos en recrear obras de arte como “La noche estrellada” de Vincent Van
Gogh, “El grito” de Edward Munch o “La bella y la bestia” que, curiosamente, es
el diseño más solicitado.
Sus
clientes aprovechan que sólo vende café frío para pasar varios minutos subiendo
fotos a Instagram antes de dar el primer sorbo, lo que ha valido ser el “artista
cafetero más famoso del mundo” y que sus creaciones sean seguidas por más de
160.000 personas en la red social.
Pero la
fama también tiene su parte negativa. Ante la avalancha de peticiones, Lee Kang
Bin ya no acepta reservas en su cafetería. Así que si alguna vez visitan su
maravilloso país y quieren degustar una de sus creaciones, más vale que acudan
temprano.
Pasados unos años, los expertos empiezan a coincidir
en que la crisis iniciada en 2008 estuvo provocada por el exceso de liquidez en
el mercado que desembocó en la crisis subprime norteamericana, en la abultada
deuda de los particulares en el mundo occidental o en la crisis hipotecaria en
España, por poner unos ejemplos. ¿Y cómo se les ocurrió a los políticos
solucionar la crisis? Pues poniendo otra taza de caldo sobre la mesa;
endeudándonos mucho más con un aumento de la deuda pública.
Lamentablemente, se les ha ido de las manos. ¿Sabe que
cada español adeuda 23.836 euros por obra y gracia del Estado? La cifra claro
está, sale de dividir los más de 1,1 billones de euros que deben nuestros
organismos públicos por el número de ciudadanos que viven en nuestro país. Porque,
no se equivoquen, ese dinero no lo debe un ente desconocido con el cual no
tenemos nada que ver. No, ese dinero lo debemos los españoles y pronto o tarde
habrá que devolverlo.
Pero no somos un caso extraño y aislado: es difícil
encontrar un país en el mundo en el que no se haya disparado de forma obscena
la deuda pública. En Europa, los irlandeses deben 42.457 euros por persona,
los belgas 39.053 euros, los italianos 36.560, los austriacos 34.030, los
franceses 32.166 y los suizos 30.263 euros. Si observamos la deuda a nivel
mundial, Japón gana por goleada ya que sus 127 millones de habitantes deben,
cada uno, 78.324 euros. Les siguen los estadounidenses con 51.882, los
canadienses con 32.792 y los australianos con 17.927 euros. ¿Creen que
cualquiera de estos países va a poder pagar algún día esta deuda? Lo dudo.
Pongamos el ejemplo de España que nos para más cerca. En
las últimas décadas, el Estado sólo ha obtenido cuatro años superávit. Fue en
los últimos años del gobierno de Aznar y en los primeros de Zapatero y las
cantidades fueron, más bien, modestas. En 2016, tras varios años de rebajas y
recortes, el déficit ha llegado al 4,6% del PIB. Supongamos que las cosas nos
van mejor y que a partir de 2018 logramos un superávit del 1% del PIB, que es
mucho suponer. Pues bien, manteniendo ese superávit año tras año, para el año
2120 habríamos liquidado nuestra deuda. Sinceramente, lo veo complicado. Y lo
mismo, o peor, les ocurre a los demás países que hemos nombrado.
¿Usted le prestaría (mucho) dinero a un amigo si sabe
que gana 50.000 euros anuales y debe 200.000? Yo, sinceramente, no. Y menos aun
sabiendo que me devolverá menos dinero del que le he prestado. Si es que me lo
devuelve. ¿Por qué continúan entonces los inversores comprando deuda pública de
países super endeudados y con una rentabilidad, en la mayoría de los casos,
negativa? Pues por el problema al que nos referíamos al principio: por el
exceso de liquidez. Los grandes inversores no pueden tener el dinero parado; lo
tienen que invertir donde sea, aunque con ello pierdan dinero. Una empresa, un
banco, puede quebrar. Cualquier Estado de los que hemos nombrado antes, no,
porque tienen detrás a los bancos centrales que con poner en marcha la
maquinita de hacer dinero, es suficiente.
¿Cuándo dejarán de comprar deuda pública a pérdidas?
Pues cuando lo puedan hacer en otros activos sacando beneficios. En ese
momento, la deuda pública tendrá que aumentar los intereses para conseguir que
sea atractiva y que la continúen comprando. Si con intereses a cero o en
negativo, la deuda de los países ha crecido exponencialmente (recordemos que en
España en 2008 la deuda era un tercio la de ahora), ¿qué pasará cuando tengan
que pagar un 4, un 5 o un 6% por colocar sus letras, bonos u obligaciones? Llegará
un momento en que no podrán devolver el dinero y suspenderán los pagos. Si
todas estas potencias suspenden pagos, ¿imaginan cómo será la crisis
resultante?
Es difícil poner una fecha a este estallido de la
burbuja de la deuda. Vivimos en una gran mentira que se está alargando mucho en
el tiempo. Pero no creo que los grandes inversores quieran continuar mucho
tiempo prestando su dinero sin intereses. Mucho me temo que el estallido se acerca.
Según decía
mi abuelo, llega la época del año en que mejor huelen las personas: Navidad y
Reyes. El hombre lo decía, claro está, por aquello de que cuando no sabes qué
regalar, perfume al canto. Este año, ése regalo socorrido puede también cubrir
otro objetivo: la solidaridad.
Aldeas Infantiles SOS de España ha suscrito un convenio de colaboración con el GrupoSaphir Parfums que se materializará en dos ámbitos. El primero, denominado
Constructor de Futuro, consistirá en la colaboración de la empresa de cosmética
en la financiación de la Aldea y los Programas de Prevención de Zaragoza. El segundo,
(y ahí es donde podemos colaborar todos) será la distribución de una fragancia
especial para Aldeas Infantiles SOS.
Agua de
colonia de Aldeas Infantiles SOS tiene un aroma fresco y familiar y un importe
fijo de 0,50 euros de cada fragancia vendida se destinará a la protección de la
infancia, objetivo principal de Aldeas. Se puede adquirir en perfumerías,
supermercados y grandes superficies.
Recordemos
que Aldeas Infantiles SOS, que fue galardonada en 2016 con el Premio Princesa
de Asturias de la Concordia, es una organización internacional privada de ayuda
a la infancia sin ánimo de lucro, interconfesional e independiente de cualquier
orientación política, que fue fundada en Austria en 1949 y que cuenta con
presencia activa en 134 países.
Su trabajo
consiste en el desarrollo del niño hasta que llega a ser una persona
perfectamente integrada en la sociedad. Ayuda a fortalecer a familias
vulnerables para que puedan atender adecuadamente a sus hijos y protege a los
niños que no disponen de ese cuidado parental a los que brinda un entorno
familiar para que se sientan queridos y respetados.
¿Cuántas veces
se ha dejado olvidadas las gafas en algún sitio? Le aseguro que las que hoy les
mostramos no se las dejará en cualquier mostrador o en el interior de un taxi.
Y no es que lleven un chip que le avise, no. El motivo por el que no lo hará es
por su precio, más de 600.000 euros en algún caso. Son las llamadas gafas-joya,
elaboradas como verdaderas piezas de alta joyería, con materiales de lujo y
artesanía realizada por los mejores orfebres. Desconocemos si con ellas se verá
la vida de color de rosa.
666.000 euros
En la foto
que encabeza el post pueden ver las gafas, hoy por hoy, más caras del mundo.
Creadas por el especialista en gafas holandés Petros Horvers y por el joyero
especializado en diamantes Marcel Vermeulen, la montura de oro rosa se completa
por 200 diamantes blancos con 8,7 quilates en total.
313.000
euros
En el
segundo puesto de esta clasificación surrealista se encuentra la colaboración
de los diseñadores De Rigo Vision y Chopard, que han creado unas gafas de sol
con una montura con 60 gramos de oro de 24 quilates y 51 diamantes de río exclusivamente
cortados con 4 quilates.
292.888
euros
Dolce
& Gabbana también se suma a esta fiesta de la opulencia sin límites con
estas gafas realizadas en oro y diamantes.
167.000
euros
Cartier
adorna con su emblemática pantera estas gafas de oro amarillo de 18 quilates
con 3,53 quilates provenientes de 523 diamantes blancos y amarillos, 4
esmeraldas, espinelas negras… “Gafas preciosas” las denominan.
153.200
euros
Desde
Australia también se suman a la extravagancia con estas gafas de los joyeros
Shields. Inspiradas, según ellos, en el emperador romano Nerón, su montura es
de oro de 18 quilates y sus cristales son 100% esmeralda.
62.500
euros
Las gafas
más “baratas” que les traemos hoy proceden de Estados Unidos. Allí, Ron Lando,
de la compañía de gafas de cierre magnético “Clic”, se ha aliado con el joyero
Hugh Powel para crear este modelo en oro macizo y edición limitada. Cada modelo
requiere más de 40 horas de trabajo orfebre especializado. ¡Y lo hacen pagar!
¿Se
acuerda que al ir a firmar la hipoteca de su piso en el banco echó pestes al
ver cómo le obligaban a contratar un seguro de vida ligado a la misma? Pues
puede que, por culpa de ese seguro, su familia se quede sin vivienda si tiene
la desgracia de fallecer antes de haber acabado con los pagos. Paradójico, ¿no
cree? Nos explicamos.
El presidente
de la Sala Civil del Alto Tribunal, Francisco Marín Castán, expuso en su
intervención en la Cumbre Española de la Confianza, que a los tribunales están
llegando casos de entidades financieras que, tras haber exigido un seguro de
vida para conceder una hipoteca, al producirse el fallecimiento del hipotecado
se desentienden del seguro y activan la ejecución hipotecaria para reclamar el
inmueble sin esperar a que los herederos cobren el seguro para seguir
cumpliendo con los pagos.
Y lo
peor de todo es que en los juzgados no saben cómo actuar ya que la ley recoge
una lista tasada de motivos que permiten frenar una ejecución hipotecaria, pero
la existencia de un seguro que permita hacer frente a los pagos pendientes no
está entre ellas. En estas circunstancias, los jueces se resisten a fallar
contra los bancos.
Para más
inri, a diferencia de lo que ocurre con las cláusulas suelo o en el caso de las
famosas “preferentes”, las ejecuciones hipotecarias no son materia recurrible
ante el Supremo y, por lo tanto, no puede dar cobertura jurisprudencial a los
jueces para que puedan impedir esas prácticas.
¿Qué
motivo es el que lleva a las entidades bancarias a actuar de esta forma? Por
supuesto, su propio beneficio. Los bancos saben perfectamente que, en caso de
fallecimiento, los trámites para la resolución de las herencias se alargan, a
veces, hasta el infinito. Mientras tanto, los herederos, en muchas ocasiones,
no disponen del suficiente capital para hacer frente a los pagos. ¡Es el
momento perfecto para quedarse con la propiedad!
Además,
¿se acuerdan lo que les dije al principio sobre el seguro que les “obligaban” a
contratar? Pues eso es, seguramente, lo más sangrante de la situación. En 9 de
cada 10 ocasiones, el seguro se contrata con una compañía que mantiene una
estrecha relación con la entidad financiera, si es que no es de su propiedad.
Con la ejecución hipotecaria, el banco recupera el inmueble de inmediato (o
sigue cobrando las cuotas pagadas por los herederos) mientras que la compañía
de seguros demora el pago hasta que se resuelva la herencia, lo cual puede
tardar incluso años en suceder. ¡Negocio completo!
¿Solución?
Que gobierno y oposición lleguen a un acuerdo y promuevan una nueva ley
hipotecaria que defienda a los usuarios en vez de a los bancos. Así de
sencillo.
El
problema que han creado los independistas catalanes ha traspasado las fronteras
españolas y la mayoría de las veces, de forma distinta a como les gustaría a ellos.
Buen ejemplo de ello es el seguimiento que el semanario satírico francés “Charlie
Hebdo” ha realizado en su último número.
La
portada ya lo dice todo: “los catalanes más tontos que los corsos”. Un
encapuchado que empuña una metralleta junto a dos hombres también con el rostro
tapado, en una mesa con el símbolo corso, escenografía que recuerda a los
terroristas que reivindican la independencia de la isla francesa del Frente
Nacional de Liberación de Córcega, afirma “exigimos un debate”.
Pero la verdadera
opinión del semanario francés se puede encontrar en su editorial. No tiene
desperdicio: “Cataluña reclama la independencia porque no quiere seguir pagando
a otras regiones de España menos ricas que ella. La lengua, la cultura y las
tradiciones están bien para las postales, pero el dinero está mejor.”
Continúa
diciendo que “si todas las regiones de Europa que poseen una lengua, una
historia y una cultura originales empezaran a reclamar la independencia, el
viejo continente se haría pedazos. ¿Por qué no proclamar tantas declaraciones de
independencia como vinos y quesos hay en Europa?”
Queda
claro que el columnista francés sabe de lo que está hablando cuando afirma que “una
independencia solo es legítima cuando supone una liberación contra la tiranía y
la opresión y dudo de que Cataluña tenga hoy un destino trágico del que deban
liberarse. La independencia de Cataluña no tiene ese objetivo, ni permitir a su
economía tener una prosperidad que ya tiene ni, menos aún, tener el derecho de
hablar una lengua autorizada hace mucho tiempo.”
Para
finalizar, “Charlie Hebdo” ironiza con unos “orgullosos independentistas
desfilando por las calles de Barcelona tomándose por la columna Durruti
mientras las jóvenes lanzarían pétalos de rosas a los militantes que desafiaron
valerosamente al Estado policial español mientras coros de niños cantarían a la
libertad reencontrada, al euro enterrado. Y por la noche, todos volverían a sus
casas para ver en la televisión “la ruleta de la fortuna” y al Barça en cuartos
de final de la Copa de la Liga catalana.”
No creo
que los fanáticos catalanistas se atrevan a tachar a la revista satírica
francesa de “unionista” o “pro-Rajoy”, aunque denle tiempo al tiempo.
Sobran
los comentarios. Son el hazmerreír de medio mundo.
Tras
sufrir la mayor crisis económica de la historia de España (sin contar las
guerras), todos tenemos algunas imágenes de este drama guardados en nuestra
memoria para lo que nos resta de vida: comedores de Cáritas a reventar, colas
interminables ante las oficinas del INEM, afectados por los mil y un chanchullos
de la banca y familias desahuciadas que tenían que abandonar sus viviendas
habituales al no poder pagar las mensualidades de unas hipotecas firmadas con
un optimismo desmesurado durante los años de bonanza. Unos desahucios que en la
inmensa mayoría de las ocasiones eran auténticas injusticias de las que muchas
familias jamás se podrán recuperar.
Quizá
fueron los desahucios la cuestión que más ampollas levantó en la sociedad. Ver
casos extremos en los que una familia con varios niños pequeños debía abandonar
su hogar, sin saber muy bien adonde ir, mientras los odiados bancos se quedaban
con la vivienda, fue la gota que colmó el vaso de una desesperada sociedad
española.
Posiblemente
por ello, las autoridades españolas no han osado a mover un dedo para cambiar
algunas leyes obsoletas que rigen en el mercado de la vivienda, sobre todo en
el caso de los alquileres, creyendo que con ello protegen a familias
desfavorecidas. Sabido es por todos lo que cuesta quitarse de encima a un okupa
que invade su domicilio, ya esté vacío o viviendo usted en él. Pues no menos difícil
es desahuciar a algunos inquilinos que no pagan sus alquileres de forma
sistemática.
Según el informe
“La demora en los desahucios-España 2017” elaborado por Pluslegal Abogados, los
procesos de desahucios en España se demoran de media 347 días, desde que el
inquilino deja de pagar hasta que finaliza el proceso judicial con la sentencia
que hace efectivo el desalojo del inmueble. ¡Casi un año!
Por
provincias, el informe muestra que Sevilla es el lugar donde más tiempo
transcurre, 367 días siguiéndole Murcia con 365 y Málaga con 359. Por el
contrario, los procesos más cortos se desarrollan en Álava donde el proceso
suele tardar 317 días, en Zaragoza 320 y en Vizcaya 322 días. Aunque la diferencia
es de casi dos meses, continúan siendo cifras muy altas.
Hemos
escuchado en numerosas ocasiones que uno de los problemas de España radica en
el elevado porcentaje de pisos en propiedad contra los que existen en alquiler.
Todavía me parece poco. Difícilmente alquilaría un piso de mi propiedad
sabiendo que, si el inquilino “me sale rana”, tardaré un año en quitármelo de
encima y, posiblemente, lo encontraré medio destrozado sin poder reclamar nada
a los ocupantes.
La justicia
debe ser mucho más rápida para que, realmente, sea justa.
Errores
cometemos todos, pero si esos errores los van a ver decenas de millones de
personas por todo el mundo, la cosa cambia. El periodista Víctor Arribas Vega
analiza en su libro “Goof. Los mejores gazapos del cine” de la editorial Espasa
numerosos errores del séptimo arte que ha ido recopilando a lo largo de los
años. Les dejamos los más curiosos que hemos encontrado.
E.T.
SI por algo
se hizo famoso este personaje creado por Steven Spielberg en 1982 fue por la
célebre frase “E.T teléfono…mi caaasa”. Lo malo es que el alienígena nunca la
pronunció. En realidad, decía “E.T. phone home” (E.T llama a casa), pero los
dobladores al español decidieron cambiarla. Tenía más sentido en el original,
pero dudo que se hubiera hecho tan famosa.
Dos hombres y un destino
Película de
George Roy Hill de 1969. Butch Cassidy (Paul Newman) y Etta (Katherine Ross)
dan un romántico paseo en bicicleta con la canción “Raindrops keep fallin on my
head” de Burt Bacharach de fondo. Sin embargo, durante el recorrido, la
posición de Etta va cambiando por arte de magia: unas veces va subida al
manillar y otras veces va detrás de Buch. Parece que alguien falló en el
montaje de la cinta.
Lo que el
viento se llevó
En este
caso, lo que fallaron fueron las matemáticas. La protagonista, Melania
Hamilton, da a luz el mismo día que los confederados se marchan de Atlanta tras
perder una importante batalla. Lo curioso es que en la realidad, esto sucedió
el 1 de septiembre de 1884, justo ¡21 meses después de quedar embarazada! Al
parecer, el error provenía de la novela original de Margaret Mitchell que lo
justificó diciendo que “los hombres del sur siempre hicieron las cosas más
despacio que los yanquis”.
Good
Morning, Vietnam
Dirigida
por Barry Levinson en 1987, narra la historia de un DJ (Robin Williams) que
anima a las tropas norteamericanas en la guerra de Vietnam. Entre las
magníficas canciones que pincha se encuentra “What a wonderful world” de Louis
Armstrong, algo que resulta totalmente imposible ya que la acción de la
película transcurre en 1965 y el bueno de Armstrong no la compuso hasta 1967.
La elección de las canciones siempre es complicada en las películas históricas.
Náufrago
Vamos con
un error de geografía. En la película de Robert Zemeckis se comete un error grave
al ubicar la isla en la que Tom Hanks se tiró sus buenos años solo. Al final de
la aventura, la novia de Hanks le explica que ha estado perdido en un islote
situado al sur de las islas Cook, pero esto es imposible, ya que no hay tierra
firme entre las mencionadas islas Cook y la Antártida.
Casablanca
Hasta en
las obras maestras del cine se cometen errores. En la película de Michael
Curtiz de 1942, Rick (Humphrey Bogart) se cala hasta los huesos bajo una
intensa lluvia mientras lee la carta que le ha entregado su amigo Sam en la que
Ilsa le explica que no podrá irse con él. Por arte de magia, en la siguiente
escena, un segundo después, la empapada gabardina aparece completamente seca.
Mogambo
En este
caso el error no provino de Hollywood sino de la deplorable censura que
imperaba en aquella época en nuestro país. Para evitar la presencia en la
película de un adulterio, los censores propusieron que los personajes de Grace
Kelly y Donald Sinden no fuesen matrimonio sino hermanos. Así, las aventuras
amorosas de ella con Clark Gable no serían adulterio. En lo que no cayeron fue
en que si eran hermanos… cuando se acostaban cometían incesto, algo bastante
más grave.
Chinatown
Jack
Nicholson recordará toda su vida esta película de Roman Polanski y no por su
magnífico papel sino por las consecuencias físicas que derivaron de ella. En
una escena de la película, un matón se acerca a Jack y le ataca con una navaja,
hiriéndole en la nariz. Hasta aquí todo normal. Lo “anormal” fue que, para dar
realismo a la escena, ¡el director se la cortó de verdad! Eso se llama tomarse
en serio el rodaje.
Troya
En el
rodaje de una película histórica se prepara todo para que no aparezca ningún
objeto que no pertenezca a la época. Pero es imposible estar en todo. Lo que
sucedió en “Troya” de Wolfgang Petersen es difícil de prever. Cuando en la
escena aparecía Brad Pitt con el cielo azul de fondo, un avión se les coló en
el plano. ¡La que se hubiese liado en 1193 si se les llega a aparecer un avión!
Ben Hur
Finalizamos
con uno de los fallos más comunes en las películas: los objetos que aparecen y
desaparecen. En esta mega producción de William Wyler de 1959, al finalizar la
célebre carrera de cuadrigas, Charlton Heston, se acerca a visitar al moribundo
Mesala a una estancia del Coliseo. Al entrar, deja la corona de laurel en una
especie de mesita que hay en la entrada. Al salir, ni corona de laurel ni
mesita; alguien la había “mangado”.
Y, a pesar
de todos estos gazapos, las diez películas aquí expuestas fueron grandes
taquillazos y muchas están consideradas obras maestras. Hasta los mejores
cometen errores.
Les
aconsejamos la lectura del libro y les sugerimos que, a partir de ahora,
intenten descubrir más “gazapos” en las películas que vean. Se lo pasarán en
grande en el momento en que descubran uno.
Aunque
parezca una noticia sacada de alguno de los numerosos periódicos humorísticos
que nos hacen pasar buenos ratos en la red, no lo es. Ni mucho menos. ¿Tiene
usted una pequeña finca en el campo con olivos o almendros y los fines de
semana se acercan a echarle una mano en la recogida familiares o amigos? Pues
cuidado porque nuestro nunca bien valorado Ministro de Hacienda, Cristóbal
Montoro, puede que pronto vaya tras de usted.
Así lo
han denunciado desde el sindicato gallego de trabajadores del campo Unións
Agrarias. Según este sindicato,
funcionarios de la Agencia Tributaria están acudiendo a fincas de patatas y
cultivos de uva, escoltados por la Guardia Civil, para sancionar a los
presentes en los trabajos de recolección que no tengan contrato. De poco sirve
que se alegue que son vecinos que siempre han echado una mano o familiares que
trabajan una mañana por la simple recompensa de una buena paella.
Unións
Agrarias llevará al Congreso, a través de diputados gallegos, una propuesta de
modificación del régimen de colaboración familiar en el ámbito laboral para
evitar que se produzcan este tipo de sanciones que están haciendo bastante daño
a los agricultores gallegos.
Suponemos
que Hacienda tendrá indicios de que algunos agricultores se aprovechaban de
estas circunstancias y se ahorraban sus buenos euros en cotizaciones sociales y
no nos parece mal que se persiga a estos defraudadores, pero de ahí a
inspeccionar pequeñas fincas en las que el fraude, de haberlo, sería ínfimo y
sancionar a agricultores (o propietarios de casas de campo, que también) que
apenas pueden subsistir con lo que cultivan, va mucho trecho.
A partir
de ahora, vaya con cuidado si deja a sus hijos con los abuelos, si acompaña al
trabajo a su hermano porque se le ha estropeado el coche o si le echa una mano
a sus amigos con la mudanza. Si no tiene un contrato en regla para todas esas
ayudas, la Agencia Tributaria le perseguirá.
Montoro
va a contratar en 2018, un año más, a auditores externos para que le ayuden con
las inspecciones ya que no dispone de suficiente personal. ¿Qué tal si se dejan
de chorradas y empiezan a perseguir a los verdaderos defraudadores?