¿Compraría
unas zapatillas de más de 500 euros sólo porque están de moda? ¿Y si encima
esas zapatillas fuesen feas, extremadamente feas? Los compradores parece que se
han vuelto locos y algunas empresas no dudan en aprovecharlo.
La
culpa parece que la tiene Demna Gvasalia, responsable de las zapatillas Triple
S de Balenciaga. A partir de ahí, muchas firmas han sacado su propia versión de
las “Ugly Trainers”, unas zapatillas de deporte muy grandes, coloridas, sólidas
y sobredimensionadas que, dicen, homenajean los excesos estilísticos de los 90.
Feas
son un montón, pero los gurús de la moda han decidido que son imprescindibles
si se quiere estar a la última. Pero, recuerden, nada de hacer deporte con
ellas, que son para pisar el asfalto y aparentar. Les dejamos algunos ejemplos:
- Triple
S de Balenciaga. 650 euros. En el encabezado del post. Fueron las primeras y ahora, gracias a su impacto
en Instagram y entre los influencers, sólo se pueden conseguir en unas pocas
tiendas físicas. En la reventa empiezan a alcanzar precios disparatados.
- Louis
Vuitton Archlight. 790 euros. Caracterizadas por su suela en forma de puente,
elevan la altura de sus portadores en 5 centímetros. Definitivamente, no sirven
para correr.
- Eclypse
Multicoloured Sneakers de Stella McCartney. 515 euros. Según la diseñadora, se
combinan texturas de piedra y roca que otorgan un aspecto de solidez y
contundencia a cada paso. Si la hija de Sir Paul lo dice…
- Prada.
590 euros. Combinación bicolor para sus zapatillas para lluvia, en tejido de
malla y goma con correa con cierre autoadhesivo. En la suela, las
características burbujas de aire que aportan confort y un volumen extra.
- N.º
21. 480 euros. Su creador, Alessandro Dell´Acqua combina distintos tipos de
piel con laminado negra y tejidos técnicos. ¿El resultado? Unas carísimas botas
de montaña que no sirven para ir a la montaña.
- Drift,
de Camper. 545 euros. Resistencia y ligereza gracias a su tejido con estructura
bicolor 100% poliéster, lo que le proporciona un peso mínimo.
- Trek
Comet Sneakers, de Pierre Hardy. 545 euros. Con su zigzag asemeja a las
representaciones gráficas de los rayos. Según su creador, le confieren un toque
muy pop.
- Chanel.
860 euros. Las más caras. Piel de cordero y ternera para unas botas destinadas
¡para el verano! Según sus creadores, el uso de materiales naturales minimiza
el calor que produce un calzado tan cerrado. ¿Y unas chanclas no serían más
fresquitas?
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