Ya
conocen el dicho: éramos pocos y… La DGT incorpora desde esta Semana Santa 60
radares de tamaño muy compacto a su larga lista de radares instalados en las
carreteras, en los vehículos camuflados de la Guardia Civil o en helicópteros.
En esta ocasión, estos mini-radares están pensados para que puedan ser
transportados a bordo de las motos de los agentes de Tráfico, que los podrán
instalar sobre un trípode, en vehículos o anclados al guardarraíl.
Ya
se han realizado las primeras pruebas en carretera y los resultados son
espectaculares. Para la DGT, se sobrentiende. Si lo instalan sobre un trípode,
su medio metro de altura lo hace casi invisible; si se acopla a un vehículo,
difícilmente se le podrá distinguir por su tamaño; y si lo anclan en un
guardarraíl -en el caso de que vayamos mirando los guardarraíles, algo que no
suele ocurrir- hasta que no estemos encima, será imposible de detectar.
Además,
la tecnología láser con la que funcionan los hace indetectables para los inhibidores
y para los detectores, ambos ilegales, por cierto.
Los
dichosos aparatitos pueden captar velocidades de hasta 250Km/h. en dos carriles
y a una distancia de 15 a 50 metros. Cuentan con un iluminador infrarrojo que
los capacita a operar por la noche y pueden ser controlados hasta 50 metros
mediante WiFi y, a partir de ahí, mediante conexión 3G o 4G a cualquier
distancia, lo que permitirá a los motoristas de la Guardia Civil colocarse a
dos o tres kilómetros, fuera de la vista de los conductores, para, una vez
comprobado el exceso de velocidad a través de una tableta, detener al conductor
y notificarle “en caliente” la sanción. Con esta acción, adiós a la picaresca
de identificar a otra persona como conductor para no perder puntos en el
permiso de conducir.
Y,
¡cuidado!, porque aún puede ser peor: aprovechando que les hacían buen precio,
también han comprado 1.000 etilómetros y 694 lectores de drogas portátiles que
se pueden acoplar a las 291 nuevas motos y a las 1.861 ya existentes. Así,
cuando le paren, le pueden hacer un “completo”: alcohol, drogas y velocidad.
Por el precio no se preocupen: cada mini-radar sale por unos 14.400 euros. Con
menos de 300 sanciones de importe mínimo (50 euros después del pronto pago),
amortizados.
Evidentemente,
estamos a la vanguardia mundial en cuanto a medios para poder sancionar a los
conductores. Todo un orgullo; en algo teníamos que destacar. Esperemos que, al menos,
con este nuevo invento dejen de colocar los radares en las rectas cuesta debajo
de las autopistas como venían haciendo hasta ahora.
Y
recuerden: la mejor solución para evitar las multas… es cumplir con las normas.
Viajarán más tranquilos, mucho más seguros y llegarán al mismo lugar que si no
las cumplen. Y sin los bolsillos vacíos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario