lunes, 12 de marzo de 2018

Cómo espabilar sin tomar una gota de café (6 consejos)




A todos nos ha ocurrido en más de una ocasión. Nos acostamos tarde; nos levantamos temprano y cuando llega la última hora de la mañana o la primera de la tarde, un sueño imposible de controlar se adueña de nuestro cuerpo. ¿Solución? La más común: una taza de café. Pero, ¿qué ocurre cuando no nos apetece o, por razones de salud, no podemos tomarlo? Les proponemos seis soluciones para mantenernos despiertos sin que una gota de café moje nuestros labios.

- Dar un paseo. Realizar cualquier actividad física cuando estamos a punto de dar una cabezada involuntaria es una buena solución. Practicando deporte o simplemente caminando, la fatiga desaparece. Esto es debido a que, al mover nuestro cuerpo, éste genera endorfinas, unos neurotransmisores que alivian el estrés, reducen la fatiga y aumenta los sentimientos de euforia.


- Respirar profundamente. Si nos ponemos a respirar con tranquilidad, transportamos más oxígeno a las diferentes partes de nuestro cuerpo, de forma que aumentan los niveles de energía. Recuerden que, para conseguirlo, la respiración debe ser profunda; la proveniente del vientre.

- Beber agua. Si nuestro cuerpo se deshidrata, se queda sin energía y entra la somnolencia. Hay que beber agua para evitar la fatiga, los desmayos y la confusión. El agua ayuda a lubricar las articulaciones y aumenta el flujo sanguíneo, transportando oxígeno y carbohidratos a nuestro cerebro.


- Masticar chicle. Mover las mandíbulas constantemente mantiene la mente en alerta. Masticar aumenta el riego circulatorio y activa algunas regiones del cerebro. El chicle también ayuda a reducir la ansiedad, aumenta la comprensión lectora y la concentración.

- Visionar vídeos. Nuestra mente reacciona a las imágenes inocentes y agradables (por ejemplo, vídeos de niños pequeños o de gatitos) produciendo oxitocina, una hormona que elimina la del cortisol (responsable del estrés) y que hace que nos mantengamos despiertos y de buen humor.


- Iluminar el espacio. La luz natural activa algunas zonas del cerebro como el hipotálamo, encargado de controlar los ritmos cardíacos y que marca los estados de sueño y vigilia.

Si con todos estos consejos no logra superar el mal rato de la somnolencia y sus obligaciones no le permiten una reparadora siesta, pruebe con la solución más lógica: dormir más horas por la noche. Eso nunca falla.



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