jueves, 25 de octubre de 2012

Lo que ya nos cuesta (económicamente) la independencia de Cataluña


 
Esto es lo que opinan algunos analistas de los principales bancos de inversión de medio mundo acerca de la tan cacareada independencia de Cataluña con respecto de España:

- Nomura. El banco de inversión japonés es tajante: “La posición financiera de Cataluña sugiere que un referéndum es poco posible debido a su dependencia de los fondos estatales”;  “en términos de implicaciones de mercado y eventos de riesgo, creemos que un voto sobre la independencia es el peor escenario posible”. Además, hace hincapié en que un Estado propio “sería económicamente inimaginable, especialmente por el tamaño del sector bancario”, y añade “consecuencias negativas como la fuga de depósitos”. Para el conjunto de España, Nomura asegura que el avance electoral “acelerará las dinámicas que conducen a una petición de rescate del España”.

- Royal Bank of Scotland (RBS). “La independencia de Cataluña tendría enormes implicaciones para la confianza en la construcción de una Europa más integrada”. Y también advierte de que “los mercados tendrán un tiempo difícil evaluando la probabilidad de una verdadera independencia dado que las consecuencias legales de este movimiento (como ser miembro de la UE), no están claras”.

- UBS. El banco suizo duda de la viabilidad financiera de la comunidad autónoma, considerando que el referéndum tendría consecuencias “sombrías” y “desastrosas”.La UE no podría aceptar el nuevo Estado independiente como miembro y por este motivo, no podría contar con los recursos financieros de un BCE o el propio Gobierno español. Un banco central catalán propio llevaría a un proceso de inflación y fuga de depósitos insostenible”. “No creemos que el presidente Mas quiere asumir este riesgo para su región”.

- Phillip Shaw, analista de Investec. “¿Cómo organizará [Cataluña] su defensa? ¿Cómo repartirá el país la deuda nacional, heredada de de su pertenencia a España?”. “Juntar a los países en la moneda única fue complejo, podría decirse que separar un país de ello es igual de difícil”.


¿Saben que conllevan las opiniones de estos expertos mundiales? Que la deuda emitida por la Generalitat sea considerada como “bono basura”, al mismo nivel que la de Portugal o la de Bangladesh; que estos bancos disuadan a sus clientes sobre posibles inversiones en Cataluña y, por extensión, en el resto de España; y que algunas de las multinacionales afincadas en la región empiecen a elaborar planes para su posible salida de la misma.

Aunque algunos independentistas seguro que lo piensan, evidentemente no nos encontramos ante una alianza anticatalanista a nivel mundial. Simplemente es que al capital lo que menos le gusta es la incertidumbre; es miedoso y ante los problemas, no lucha a cara descubierta sino que huye. Y eso es lo que está empezando a ocurrir ante la escalada independentista iniciada hace dos meses (aprovechando la celebración de la Diada) con un claro objetivo electoralista.


¿Alguien piensa que Artur Mas (que seguro saldrá reelegido gracias a esta estratagema) continuará con esta locura? Pues lo sentimos por los crédulos que puedan acudir a las urnas pensando que con su voto conseguirán la independencia. A partir del día 26 las palabras se suavizarán, los gestos se dulcificarán y el órdago independentista se rebajará hasta que a los políticos les vuelva a interesar removerlo. ¿Apostamos?
 
¿Vale la pena empobrecerse, perder inversiones y enemistarse con el resto del país para conseguir un puñado de votos? Algunos políticos opinan que si.
 
 

sábado, 20 de octubre de 2012

“¡No está gordo! ¡Es que es fuerte!” y otras mentiras piadosas



Si no lo han dicho nunca, seguro que lo han escuchado más de una vez: “El del quinto. Si, ese que está tan…. fuerte”,  cuando la realidad es que el pobre hombre del quinto ni siquiera podría levantar una botella de butano de las pequeñas y lo que en realidad está es gordo, obeso o como lo quieran llamar. Es lo que podríamos denominar una mentira piadosa que intenta dulcificar la realidad.

A nivel periodístico, estos eufemismos están muy extendidos, sobre todo en las denominadas revistas del corazón. Emilia Landaluce los ha recopilado en su blog del periódico elmundo.  Les recomiendo su lectura; yo hacía tiempo que no me reía tanto.

Voluptuosa, sin complejos: gorda

Se conserva bien: vieja

Divertida: borracha

Más guapa que nunca: recién salida del quirófano

Espléndida figura: era gorda y ha adelgazado

Desmejorada, no atraviesa un buen momento: con depresión de caballo

Hijo bohemio, sensible: gay

Entrañables: No les quedó más remedio que hacer el paripé frente a la prensa

Artista: rico y vago

Original: Hortera

Distinguida, belleza diferente: fea y delgada

Enamoradiza / seductor / conquistador: promiscua / promiscuo

Empresario (sin explicar el sector): sin ocupación conocida

Soltera de oro (los ricos de verdad no salen): trepa

Distantes: se van a divorciar
 
 
Cómplices: enfadados

Muy enamorados: cursis

Muy deportista: anoréxica

Modelo rusa: prostituta

Sedienta: Borracha       

Poeta: loco con barba

Hombre de negocios (sin explicar el sector): sinvergüenza

Oligarca: criminal internacional. 

A partir de ahora, cuando caiga en sus manos una de estas revistas… pase un rato divertido traduciéndolas.     


miércoles, 17 de octubre de 2012

Gandía Shore ofrece más de lo que prometía



Llevaban un tiempo publicitándolo y el pasado domingo estrenaron por todo lo alto un nuevo programa en el canal MTV que, sin lugar a dudas, dará mucho de que hablar: “Gandía Shore” se llama la nueva joya de la televisión.

La idea no es original, ya que copia, casi al pié de la letra, a su equivalente norteamericano, “Jersey Shore” (que, por cierto, creo que emite Canal Plus, aunque ni lo se seguro, ni tengo ninguna intención de averiguarlo). Y como en aquel, los culos, los abdominales, los piercings, las pestañas postizas, los coches horteras y el entretenimiento cafre y descerebrado son los indiscutibles protagonistas del programa.

¿En qué consiste? El guión no puede ser más sencillo: Labrador, Abraham, Clavelito, Arantxa, Ylenia y otros a los que no logré descifrar el nombre (que no estuve toda la noche ante la pantalla precisamente) se dedican  a dormir, a poner copas en un chiringuito y a desmadrarse en una discoteca. Nada más. Su única obligación es estar lo suficientemente despierto a las once de la mañana para atender el bar de copas de la playa. ¿El resto del día? ¿Qué creen que pueden hacer ocho “elementos”  adiestrados en la LOGSE, cuya única obsesión es el gimnasio y el sexo y que tienen dificultad para sumar cifras de dos dígitos? Pues eso.

El repertorio de frases célebres e intelectualmente “impecables” es inacabable, pero sirvan como ejemplo éstas que se pudieron escuchar el primer día, así, sin que nos pudiésemos preparar: "Me gustan las tías con buen culo"; "soy un espíritu rebelde"; "me gustan chulitos"; "un café intenso y con cuerpo, como yo"; "tete, qué tetas tiene esa teta, nano"; "yo aparte de músculo y tal, lo que quiero entrenar es el rabo" y otras mucho peores, créanme. Incluso el “gran” director Óscar Vega, responsable de este 'docu-reality' producido por Magnolia TV, ha confesado que "hemos visto cosas que nos ruborizaron y yo hasta he apartado la vista de alguna secuencia".

Y la cosa parece que irá a peor en siguientes capítulos cuando los podamos ver meando en plena calle (el Ayuntamiento de Gandía va a multar a uno de ellos por hacerlo), provocando una pelea en la puerta de una discoteca o protagonizando 45 largos minutos de un demencial sexo macarra. 


No; si creían que ahora iba a empezar a criticar a los productores de este grotesco y aberrante programa, están equivocados. Es más, deberíamos aplaudirles porque han dado en el clavo y prueba de ello es que casi llegaron a un 5% de audiencia (cuando difícilmente superan el 1%) con un millón de espectadores y apenas una hora después de su inicio ya eran “treding topic” en España.

Y no; tampoco vamos a criticar a los telespectadores que aguantaron durante dos horas este engendro. Desgraciadamente, décadas de educación mediocre, programas de televisión chabacanos, cultura del mínimo esfuerzo y triunfo del más tramposo no iban a engendrar filósofos griegos, ¿verdad?

En los últimos cuarenta años no hemos mejorado en absoluto. Es más, se ha producido una indiscutible involución en todos los aspectos culturales en nuestro país. Y después de ver diez minutos de “Gandía Shore”, tiene visos de empeorar. Lo que realmente siento no es desprecio, es tristeza.

 

 

jueves, 11 de octubre de 2012

Revalorizarán las pensiones con el nuevo IPC-IC… y los jubilados cobrarán 200 euros menos de por vida

 

Son insaciables. Nuestros mandatarios, sean del color que sean, son unos auténticos genios a la hora de sacarnos los cuartos: céntimos sanitarios, tasas verdes, euro por receta, utilización de autovías (bueno, este todavía no pero están a punto)… toda una batería de impuestos y tasas para que engorden las recaudaciones y que ellos puedan seguir derrochando nuestro dinero.
Pero ni así. Ni masacrándonos logran cuadrar sus presupuestos. ¿Solución? Rebajar las prestaciones. Pero a ser posible sin que lo note el personal. Un ejemplo de esta nueva táctica la hemos tenido hoy durante la rueda de prensa de la presentación de los datos del IPC mensual del mes de septiembre. 

Cuando todos esperaban que el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, nos deleitase con las habituales excusas ante el mal dato del IPC del mes pasado (nada menos que el 3,4%), este buen señor, en nombre del Gobierno, nos ha ofrecido el dato de un indicador hasta ahora prácticamente desconocido: el IPC-IC o, lo que es lo mismo, el Índice de Precios al Consumo a Impuestos Constantes, o sea, sin tener en cuenta las escandalosas subidas de impuestos que estamos sufriendo últimamente.        


La cosa no hubiese ido a mayores a no ser por la pregunta que le hicieron un poco más tarde relacionada con la revalorización de las pensiones. Como bien saben, este índice solía actualizarse con el IPC del mes de noviembre. Pues bien, el señor Jiménez Latorre ha indicado a los periodistas allí presentes que -¡por supuesto!- la revalorización también se realizaría este año y que el indicador de referencia se decidiría cuando se supiesen los datos del mes de noviembre. El personal no es tonto, liga cabos y llega a la conclusión de que el Gobierno nos está preparando para aplicar de cara a la actualización anual este nuevo IPC-IC. ¿Y cual es la diferencia? Se lo explico, pero, sobre todo si cobran una pensión, siéntense antes no vayamos a tener un disgusto.

Como bien saben, el IPC estaba más o menos controlado en el 2,4% hasta el pasado mes de agosto. Pero llegó septiembre y con él la subida del IVA: los precios se han disparado hasta el 3,4%. Naturalmente, la mayor culpa de esa subida se la llevan los impuestos y prueba de ello es que el nuevo indicador con que nos ha deleitado el Secretario de Estado de Economía, el IPC-IC, se ha quedado en un escuálido 1,4%.

Son muchos los que opinan que si el Gobierno actualiza las pensiones con el IPC le será imposible cumplir con el objetivo de déficit que nos han marcado desde Europa. Se calcula que por cada décima de desviación, el Estado tiene que abonar unos 200 millones de euros. Por lo tanto, si llegado el mes de noviembre se mantiene la actual inflación, deberían desembolsar la friolera de 4.800 millones de euros (2,4 puntos desde el 1% que subieron las pensiones en enero). Si en lugar de aplicar el indicador habitual, utilizan este nuevo… apenas tendrán que desembolsar 800 millones o incluso nada si el indicador, tal como está previsto, se acerca al 1%.  

¿Y esto que supondrá para los pensionistas? Que yo sepa, cuando un jubilado compra una barra de pan, un litro de gasolina o una entrada para el cine, paga el mismo precio que los demás. Y ese precio, desde el mes de septiembre, se ha visto incrementado en un 2%, un 3% e incluso un 13% con la subida de impuestos. Si la actualización de su prestación se hace sin contar esos impuestos…

Vayamos con los números: una pensión media de 950 euros al mes, tendrá una subida de 3,8 euros si se aplica el IPC-IC y éste acaba el año en el 1,4%. Si se aplicara el habitual IPC y estuviese como ahora en el 3,4%, la subida mensual sería de 22,8 euros. En un año, la diferencia subiría 227 euros. Pues esa es la cantidad que, si usted es beneficiario de una pensión del Estado, dejará de cobrar en la famosa “paga extra” que se cobra a principios de año con los atrasos del año anterior (en este caso de 2012), además de que, al no revalorizarse, las del año próximo quedarán prácticamente congeladas. Y las del siguiente… y siguiente… lo siento, pero el dinero que no le aumenten ahora, lo arrastrará para siempre.


Tal como les decía al principio, unos genios de la recaudación. Siempre y cuando, hablemos de jubilados, asalariados o funcionarios. Porque si es para reducir cargos públicos o subvenciones a partidos o sindicatos, no tienen mucha prisa precisamente.

Tiempo tienen para rectificar. Esperemos que entren en razón.   

miércoles, 10 de octubre de 2012

Sin sus “exportaciones” a España, Cataluña entraría en números rojos



Desde que el “President” Artur Mas emprendiera su preelectoral huida hacia delante en pos de la soberanía y la independencia de Cataluña con respecto de España, muchos han sido los argumentos que hemos escuchado a favor y en contra de esta opción. En este blog no queremos entrometernos en disquisiciones históricas o constitucionales que demuestren quien lleva razón; que ya hay otras muchas publicaciones que lo tratan. Aquí nos vamos a detener en el tema económico que, al final, será el que decante la balanza hacia uno u otro lado. Sobre todo si de catalanes estamos hablando.

Uno de los argumentos que siempre están en boca de los independentistas catalanes es “aquel que dice” que el gobierno de Madrid les está robando los impuestos que pagan y que por eso su economía va tan mal y su déficit es el más elevado de todas las autonomías. A esto suelen contestar los contrarios a la autodeterminación aquello de la solidaridad entre las diferentes regiones de España y que esta diferencia entre lo que pagan y lo que ingresan está suplida con creces con las relaciones comerciales que mantienen con el resto de las autonomías. Los soberanistas no tragan y responden que Cataluña podría sobrevivir sin exportar al resto de España ya que ellos venden más fuera de nuestras fronteras. ¿Qué hay de cierto en todo esto?


En el último informe de comercio interregional que el Centro de Predicción Económica (Ceprede) elabora con datos facilitados por la Generalitat catalana aparece que durante el primer semestre de 2012,  Cataluña realizó fuera de España un 54% de sus ventas. Indudablemente, la comunidad catalana está aumentando año tras año el porcentaje de lo que vende en el extranjero, ya que si en 2010 consiguió por primera vez vender más en el exterior que en resto de España (52%), en el 2011 llegó al 53% y en lo que llevamos de año ha superado esa cifra para conseguir ese 54% al que hacíamos referencia. Según ellos, los motivos de este cambio han sido la apertura al exterior (supongo que para justificar lo de las “embajadas”) y la mejora en su competitividad, aunque creo que también habrá tenido mucho que ver la desgraciada crisis económica (falta de consumo) que sufre España entera, incluidos ellos.

Ahora bien, que vendan más en el extranjero no quiere decir que puedan sobrevivir sin España. Cataluña es una región rica y como tal, su balanza comercial refleja un importante superávit de 5.355 millones de euros durante estos seis primeros meses. Pero adentrándonos un poco más en esos números, descubrimos que ese superávit viene dado, exclusivamente, por su relación comercial con el resto de España. Así, Cataluña exportó al resto de las CCAA 24.880 millones de euros 46% del total de sus exportaciones) mientras que solo importó 13.196 millones (27% del total). Es decir, tuvo un superávit de 11.685 millones.

Con el resto del mundo, sus exportaciones fueron de 29.140 millones (54% del total) y sus importaciones de 35.470 millones (73%), arrojando un déficit de 6.330 millones en el semestre.

Las cifras no dejan lugar a dudas: sin España, Cataluña tendría unos números rojos semestrales de 6.330 millones de euros.


Está claro que aunque Cataluña se independizase, continuaría vendiendo sus productos en España; decir lo contrario es una memez. Aunque también resulta utópico creer que esas ventas no se verían mermadas una vez alcanzada su soberanía. Si actualmente ya se produce, aunque minoritariamente, el famoso boicot a los productos catalanes, imaginen lo que ocurriría luego.

Las empresas catalanas venden unos 50.000 millones de euros anuales en el resto de España. ¿Estarían dispuestas a arriesgarlo todo por apoyar las ambiciones independentistas del señor Mas?    

 

martes, 9 de octubre de 2012

Las ayudas del Plan PIVE a la compra de coches tributan a Hacienda en el IRPF


 

Una de las pocas medidas (y nada original, por cierto) que ha tomado el actual Gobierno de España para reactivar nuestra maltrecha economía, el Plan PIVE para la compra de un vehículo nuevo a cambio del achatarramiento de otro de más de doce años, tiene trampa, al menos para quien no conozca las leyes tributarias.

Seguro que muchos habrán oído hablar del Plan PIVE durante esta última semana; ¿en qué consiste? A través de este plan, se conceden unas ayudas para la compra de un vehículo nuevo cumpliendo dos condiciones: que se achatarre otro con más de doce años de antigüedad y que el nuevo tenga unas emisiones bajas de gases contaminantes. La ayuda será de 2.000 euros, de los cuales 1.000 los aportarán los fabricantes y los otros 1.000 el Gobierno. El plazo para acogerse a este plan empezó el pasado 1 de octubre y tendrá vigencia hasta el próximo 31 de marzo o bien hasta que se agoten los 75 millones de euros que, como máximo, aportará el Gobierno. Les aconsejo que si quieren acogerse a las ayudas, no demoren la compra ya que, tal como ocurriera con el anterior Plan 2000E del Gobierno de Zapatero, la dotación solo cubre 75.000 operaciones y, aunque la economía va de mal en peor, seguro que el presupuesto se agotará mucho antes de la fecha límite.


Al principio les hablaba de que el Plan tiene trampa. Bueno, realmente no es ninguna artimaña ya que estamos hablando del cumplimiento de la actual legislación tributaria. Lo que pasa es que no lo explican y luego llegan las sorpresas. Al igual que los anteriores planes para la renovación del parque automovilístico (RENOVE y Plan 2000E), la aportación que realiza el Estado se tiene que considerar como ganancia patrimonial no derivada de una operación de transmisión y forma parte de la base imponible general. Por lo tanto, estamos hablando de una carga impositiva sujeta al tramo al que esté tributando cada persona. Si usted tributa al 22%, pagará en su próxima declaración 220 euros y si tiene la “suerte” (que ya me gustaría a mi) de cotizar al 52%, pues pagará 520 euros.    

Por supuesto, los 1.000 euros que aporta el fabricante no tributan ya que están considerados como promoción de una empresa privada. Bueno, los 1.000 o los que quieran aportar tanto el fabricante como el concesionario; que ya he leído por ahí ofertas de 4.000, 5.000 y hasta 9.000 euros. No obstante, vayan con cuidado porque ya me han dicho un par de amigos que los precios en los concesionarios que han visitado, una vez aplicadas las ayudas, son idénticos a los que les ofertaron antes del verano. Desde entonces ha subido el IVA, pero eso, para un coche de unos 15.000 euros no llega a suponer 500 euros. De ahí a 2.000 euros…

¡Ah! Y lean la letra pequeña. Porque si la oferta es mayor de 2.000 euros, seguro que va ligada a la financiación del total del valor del vehículo con la financiera de la marca en cuestión. Y no suele bajar de un plazo de tres años con un interés que oscila entre el 8% y el 12%. Y eso es una “pasta”.


Ya he escuchado en algunas tertulias comentarios relacionados con este nuevo Plan PIVE. La mayoría de ellos (cargados de demagogia) son del tipo “subvencionan la compra de coches y no pagan los libros de nuestros niños” o “ese dinero es el que se ahorran con las medicinas de nuestros jubilados”. Por supuesto que no apoyo, ni de lejos, los recortes del Gobierno de Rajoy, pero una cosa no tiene nada que ver con la otra.

A mi tampoco me gusta que con el dinero de todos los contribuyentes españoles, mi vecino, el del tercero, estrene coche. Pero la realidad es que mi “querido” vecino, sin esta ayuda, seguramente no se lo compraría y al hacerlo, estará cotizando en el IRPF, al menos, una cuarta parte de los 1.000 euros del Estado. Además, si su nuevo coche ronda los 15.000 euros, unos 3.000 se los continuará quedando el Gobierno en concepto de IVA y a eso habrá que sumarle los impuestos que pagará el concesionario, los que le cobrarán con su nuevo seguro a todo riesgo, el aumento en el impuesto de circulación… En resumen, además de incentivar el consumo y con él la economía y los puestos de trabajo, la compra que realizará mi vecino le reportará al Estado unos jugosos beneficios que fácilmente cuadruplicarán la subvención de los 1.000 euros. Y encima estará contento siendo la envidia del vecindario.

¿Por qué no siguen por ese camino? ¿Por qué no subvencionan también otros sectores como las motocicletas eléctricas, los electrodomésticos de bajo consumo, los sanitarios ecológicos del cuarto de baño o los muebles reciclables del salón?,  por poner ejemplos de “consumo sostenible” tan en boga en nuestros días. Y si fuesen “Made in Spain”, mejor.

Que se dejen ya de subidas de impuestos y de recortes y que le echen un poquito de imaginación. ¡Vamos Mariano! ¡Que tú puedes!

lunes, 1 de octubre de 2012

La tarifa de la luz baja en octubre, pero los consumidores pagaremos más


 
Llevan varios días anunciándolo como si nos fuese la vida en ello. Y es que claro, para una vez que pueden dar una buena noticia… ¡La tarifa eléctrica baja! Pero no crean que es oro todo lo que reluce porque cuando les remitan el recibo de la luz a sus casas,  comprobarán con estupefacción que han pagado más, bastante más. ¿Cómo es posible? Se lo intento explicar.

El precio de la electricidad se dictamina cada tres meses y está compuesto por dos partes que tienen un peso más o menos del 50%: los peajes eléctricos (fijados por el Ministerio de Industria) y otro componente variable que se determina a través de una subasta. En esta ocasión, el Ministerio decidió congelar el peaje y como la subasta celebrada la semana pasada se saldó con una caída de los precios del 4,6%, la Tarifa de Último Recurso o TUR (a la que se acogen el 80% de los consumidores) bajará un 2,29% entre octubre y diciembre.


Sin embargo, este descenso se verá contrarrestado por otros factores que convertirán la supuesta bajada en una importante subida. ¿Cuáles son? En primer lugar, la escandalosa subida del IVA del 18 al 21% que sufrimos desde el pasado 1 de septiembre (incluso pagamos esta subida en los meses de julio y agosto al facturarnos en septiembre; nunca tienen suficiente) se come con creces esta bajada, pero a esto hay que añadirle el “tarifazo” que el Tribunal Supremo ha obligado al gobierno a aplicar de forma retroactiva.

¿En qué consiste? En los últimos coletazos del anterior gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y ante la inminente llegada de las elecciones, el susodicho gobierno tuvo a bien “regalarnos” una congelación (en contra de toda lógica dadas las circunstancias del momento) del peaje eléctrico para el último trimestre de 2011 y el primero de 2012. Lógicamente, las eléctricas no estuvieron de acuerdo (a estos no hay forma de quitarles un euro ni por casualidad) y presentaron un recurso ante el Tribunal Supremo para que obligase al gobierno a rectificar esa decisión. Imaginen si estaría claro (¿o es que con los poderosos corren más?) que con lo lenta que es la Justicia española, en menos de seis meses dictaron sentencia obligando al Ministerio a aumentar ese peaje y a cobrarlo de forma retroactiva a los consumidores. ¿Resultado? Las eléctricas van a facturar desde agosto hasta diciembre en los recibos de sus clientes esas subidas retroactivas, correspondientes al último trimestre de 2011 y el primero de 2012. Un nada despreciable ¡7% de subida!

Haciendo unos pocos números, en un recibo medio de la luz, la bajada de este mes supondría 1,65 euros; la subida del IVA 2,25 euros y la facturación retroactiva 6,30 euros. Al final, usted pagará (siempre hablando de medias) 6,90 euros más al mes. ¡Y nos lo venden como una buena noticia!

Pero no se alteren todavía, que la cosa no acabará ahí. De cara al año próximo, el ejecutivo de Mariano Rajoy aprobaba hace dos semanas en Consejo de Ministros un anteproyecto de ley que creaba impuestos para todos los tipos de energía con el objetivo de ingresar 2.734 millones de euros. Según esta ley, el Gobierno impondrá un gravamen del 6% de los ingresos a las empresas de todas las tecnologías de generación eléctricas, dos nuevos impuestos para centrales nucleares, un canon del 22% sobre la producción hidroeléctrica y también impuestos especiales para el gas natural, el carbón y el fuel. ¿Quién cree que pagará este impuesto? ¿Las empresas? ¿O lo repercutirán en los consumidores finales? No les dejo con la duda: el mismísimo presidente de la Comisión Nacional de la Energía, Alberto Lafuente, ha llegado a cifrar la subida prevista del recibo que pagarán las familias el próximo año en un 8%.


Siempre he sido de la opinión de que los consumidores debemos pagar lo que en realidad cuesta el servicio que recibimos. El famoso “déficit de tarifa” (no subir la luz y que las generaciones posteriores paguen lo que nosotros hemos gastado) solo ha servido para que los gobiernos populistas intentaran conseguir votos; para que el país entero se endeudara escandalosamente;  y para que los consumidores nos acostumbrásemos a derrochar esa energía barata.

Ahora bien; los españoles estamos pagando una de las electricidades más caras de Europa. ¿Tendrán algo que ver las políticas “sostenibles” llevadas a cabo durante los últimos lustros en nuestro país? Lo digo porque, aproximadamente, un Kw. de una central térmica o de ciclo combinado cuesta unas cinco veces más que el generado en una central nuclear. Si nos vamos a la eólica se multiplica por veinte y si nos decidimos por la solar se multiplica por cien. Mientras aquí cerramos instalaciones nucleares, en Francia construyen nuevas y más eficientes y luego nos venden esa energía “nuclear” a precio de oro.

Nos quejamos de que las compañías eléctricas se enriquecen a nuestra costa. Y no nos falta razón. Pero la nefasta política energética que nos ha tocado sufrir en las últimas décadas también tiene mucho que ver. Como suele decirse, lo peor está por llegar.