lunes, 17 de noviembre de 2014

Iñigo Errejón, nuevo caso de corrupción



Un día más, los españoles nos hemos despertado con un nuevo caso de corrupción. En este caso, la corrupción afecta al ámbito universitario, un campo en el que todavía no conocíamos sinvergüenzas. A originales no nos gana nadie.

Un joven doctor en Ciencias Políticas firmó un contrato de obra o servicio de 40 horas semanales en marzo del presente año en la Universidad de Málaga para realizar un proyecto denominado “La vivienda en Andalucía. Diagnóstico, análisis y propuestas de políticas públicas para la desmercantilización de la vivienda” con un sueldo de 1.825 euros mensuales. Así, al menos, aparecía en la convocatoria pública.

Hasta aquí todo correcto. El problema ha llegado cuando este doctor ha reconocido que después de seis meses, apenas ha pisado la Universidad y que sus trabajos los realiza desde Madrid “en el poco tiempo libre del que dispone”. ¡Ostras! ¿1.825 euros mensuales por dedicarle “un par de tardes”?

¿Y quién es este fenómeno de la politología? Seguro que a muchos de ustedes les suena su nombre: Iñigo Errejón, flamante responsable de la Secretaría Política de Podemos y uno de los principales estrategas de este nuevo partido político.


Errejón llegó a España desde Venezuela (donde dirigía la línea de investigación de Identidades Políticas de la Fundación GIS XXI)  a principios de 2014 reclamado por el mismísimo Pablo Iglesias y desarrolló la exitosa campaña de las elecciones europeas

Poco  tiempo después de su llegada a España, salió a concurso público este contrato de investigación firmado entre la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía (de Izquierda Unida) y la Universidad de Málaga (UMA) para el rimbombante proyecto que les hemos mencionado anteriormente, proyecto capitaneado por Alberto Montero que, ¡vaya casualidad!, es uno de los economistas de cabecera de Podemos y miembro de la dirección (desde el pasado sábado) del nuevo partido político.  

Según Montero, “Íñigo fue el único candidato que se presentó. No ha habido ningún trato de favor”. Entre los requisitos de la plaza, además del doctorado en Ciencias Políticas, se exigía “experiencia en investigación en cuestiones de análisis de políticas públicas”. Si no fuese por la cara de buenos chicos que tienen, pensaríamos que estos requisitos se copiaron del currículo de Errejón. En todo caso, Montero, como director del proyecto, tenía libertad total a la hora de proponer a su equipo colaborador e investigador, lo que nos lleva a otra pregunta: ¿se creó el proyecto, por parte de la Junta de Andalucía y de la Universidad de Málaga, ex profeso para la llegada de este eminente politólogo? Esto aún sería más grave.

¿Quién evalúa el trabajo de Errejón (un informe cada tres meses; desconocemos su extensión) y decide si sigue contratado? Lo habrán adivinado: Alberto Montero.   


Seguro que muchos pensarán que exageramos y que lo traemos a este blog por tratarse de quien se trata. Pues no. Las cárceles, afortunadamente, empiezan a estar llenas de corruptos que cobraban por trabajos nunca realizados. Me refiero a informes, servicios, obras… y entre los implicados figuran apellidos ilustres como Pujol, Granados, Griñán… ¿Qué diferencia hay? ¿El dinero cobrado? A ver, 8 meses (de momento) a 1.825 euros vienen a ser 14.600 euros. Pues conozco a un tal Francisco Camps al que le cayó la del pulpo por unos trajes que no llegaban a 5.000 euros.

Todavía no han tocado poder y ya empezamos a conocer sus feas costumbres. Podemos no es la solución a la corrupción. La única solución pasa por aumentar los controles independientes en  organismos públicos, sobre todo en autonomías y ayuntamientos, perseguir inmisericordemente los casos sospechosos, agilizar los procedimientos judiciales, aumentar las penas y ampliar las cárceles para que quepan todos estos desalmados.


Como dije en un post anterior, corrupción siempre ha habido, hay y habrá. Al igual que siempre existirán perturbados, asesinos y ladrones. Es misión de la justicia que tanto los unos como los otros pasen sus día encarcelados. No de un grupo de  utópicos y populistas profesores de Universidad.      


jueves, 6 de noviembre de 2014

¿Vivíamos mejor sin conocer la corrupción?



Los españoles estamos apesadumbrados, incrédulos e indignados. ¿Cómo es posible que esos políticos en quienes depositamos nuestra confianza nos hayan engañado de esta forma? ¿Les ha entrado un extraño virus y se han vuelto corruptos todos de la noche a la mañana?

Aunque seguro que ya hubo casos durante el franquismo y los primeros años democráticos, el primer conocimiento que tuve de la corrupción fue en la segunda mitad de los ochenta con los famosos sobornos de la empresa Siemens para la adjudicación de obras y electrificación de la línea de AVE Madrid-Sevilla.  Pues bien, a pesar de que les cogieron con las manos en la masa (pillaron a destacados empresarios ligados al PSOE con maletines llenos de dinero), nadie fue a parar a la cárcel. (Les aconsejo que lean esta crónica de El País del año 1993 donde lo explican. Parece escrita ayer).  ¿Qué provocó este caso? Pues que los políticos considerasen abierta la veda y empezaran a maniobrar para forrarse durante sus mandatos. Ni siquiera cogiéndoles con el carrito de los helados les iba a pasar nada. Eran intocables.    

Recuerdo que a finales de los ochenta cayó en mis manos el único libro que he leído de Vizcaíno Casas (no me gusta su ideología). Para mi sorpresa, los casos de corrupción, enchufismo y malas prácticas del primer lustro del mandato de Felipe González  no cabían en las 300 páginas que tenía el libro. Mi buena fe en las personas me llevó a pensar que este señor exageraba.


En los noventa empezó a salir la podredumbre. Se hicieron famosos tres nombres: “Filesa”, “Malesa” y “Time Export”, probados casos de financiación ilegal del PSOE. En los primeros años de esta década, fueron destituidos y condenados desde la directora del BOE a la presidenta de RENFE, pasando, nada más y nada menos, por el Gobernador del Banco de España, Mariano Rubio. Curioso que el señor que daba legitimidad a nuestro dinero firmando los billetes, fuera corrupto.  

Personalmente, les puedo decir que por aquella época trabajaba como cajero en la delegación local de una reconocida empresa constructora de ámbito nacional. Sé de primera mano (sacaba yo el dinero) que al alcalde de esta localidad no le faltó de nada durante el lustro que la empresa estuvo allí: reforma integral de su vetusta casa de campo; rehabilitación de la casa de su madre;  cenas; viajes; bicicletas para toda la familia; jamones y botellas de vino, una inmensa colección de CD de música clásica y unos paquetes  repletos de billetes de 10.000 que llegaban camuflados en fundas de agendas desde nuestra delegación provincial. Hasta el regalo de cumpleaños de su hijo pagamos. ¿Le ocurrió algo a este señor? Absolutamente nada.  Bastantes años después, decidió abandonar “por voluntad propia” el mundo de la política (esa fue la versión oficial). A pesar de que sus compañeros de partido (e incluso miembros de la oposición) eran conocedores, nada de todo lo expuesto salió a la luz.

Eran tiempos idílicos para los políticos. Ostentaban el poder; tenían controlada a la justicia y los escasos medios de comunicación existentes eran públicos o pertenecían a grupos afines. ¿Cómo se enteraban los ciudadanos de estos desmanes? De ninguna forma. Ya se encargaban  de ponerles las cosas difíciles a unos pocos periódicos o alguna radio contraria al partido en el poder. Y de televisión nada: sólo había una cadena; la suya. ¿Internet? ¿Qué es eso?


Ahora, ¿qué les voy a contar? Pujol, Bárcenas, Matas, los ERE andaluces, la operación púnica, los cursos de formación, el Urdangarín… cientos de casos inundan las numerosas cadenas de televisión, radio y prensa de todas las tendencias políticas existentes. Se acabó el monopolio de la información. Y, por supuesto, existen Internet y las redes sociales, auténticos altavoces que denuncian a diario y en cualquier lugar todos estos casos.

Aun así, quizá influenciados por el populismo de alguno de estos medios, todavía no sabemos darle a cada caso la importancia que merece.  Si no, ¿cómo explican el revuelo que se montó con los cuatro trajes de Camps o con las recientes tarjetas “opacas” de Caja Madrid, ridiculeces (económicamente hablando) al lado de los miles de millones “volatilizados” en los ERE de Andalucía o por la familia Pujol? Quizá sea porque todos tenemos una tarjeta de crédito o nos hemos comprado un traje en alguna ocasión y pocos son los que conocen cómo se blanquea dinero, cuánto supone una comisión sobre una obra pública o el funcionamiento de las subvenciones de la Comunidad Europea para el empleo.


No nos equivoquemos: corrupción ha habido, hay y habrá siempre.  Lo llevamos escrito en nuestro ADN. Cualquier ser vivo intenta sobrevivir consiguiendo ventajas sobre sus competidores. Lo que ocurre es que toda esta gentuza, en lugar de conseguirlo trabajando, lo hace a base de chanchullos y trampas. Ahora bien, ¿prefieren no enterarse como ocurría antes o despertarse escandalizados cada mañana con un nuevo caso sabiendo que el corrupto acabará con sus huesos en la cárcel? Yo me siento más tranquilo ahora viendo cómo los corruptos ingresan en prisión, incluidos miembros del partido que ostenta el poder. Algo parece estar cambiando a mejor.



martes, 4 de noviembre de 2014

Amanecer Dorado llega a España; el último en salir que apague la luz



Aunque ahora muchos se echan las manos a la cabeza, era algo que, desgraciadamente, se veía venir. Si un grupúsculo de profesores universitarios de extrema izquierda, con un ideario posmarxista y utópico, sin ninguna experiencia en la economía real y con abundante palabrería demagógica (léase Podemos) están logrando convencer a millones de españoles de las bondades de su discurso, ¿por qué no probar por el otro extremo, por la derecha más radical? Dicho y hecho. Pero sin calentarnos la cabeza, no ejercitemos en demasía las neuronas que igual no nos llega; con copiar lo que ya funciona en otro sitio, nos basta.

El pasado 27 de octubre se inscribió en el Registro de Partidos Políticos del Ministerio del Interior el partido griego Amanecer Dorado en su versión hispánica. Este partido (por llamarlo de alguna forma) se fundó en 1985 en el país heleno. De ideología ultranacionalista, se caracteriza por una irracional oposición a la inmigración, a la que responsabiliza del aumento de la criminalidad, de la desastrosa situación económica y de la disolución de la patria. En su ideario defienden la “raza helénica pura”, prohíben los matrimonios interraciales, fomentan la donación de sangre para gente de “pura raza griega”, apoyan un banco de empleo vetado a inmigrantes y piden  reinstaurar la pena de muerte para los inmigrantes culpables de crímenes violentos (para los criminales griegos no) y la protección de las fronteras con minas antipersona y vallado de electrocución.          

Seis de sus miembros, entre los que se encuentra su líder Nikos Michaloliakos, están en prisión preventiva acusados del asesinato de un rapero antifascista, de un inmigrante paquistaní, de agresiones varias a extranjeros y de una treintena de delitos adicionales en grado de tentativa o comisión. Unos “angelitos” como pueden comprobar.  

Pero no crean que estos cafres están solos: su discurso ha calado en la desesperada e indignada sociedad griega (¿les suena a Podemos en España?) y ya cuenta con 18 representantes en el Parlamento nacional y en las pasadas elecciones europeas consiguió que les votasen más de un 9% de los ciudadanos.


Sus primeros pasos en España los están dando en la provincia de Alicante, concretamente en la ciudad de Alcoy donde han abierto la primera sede nacional en la Avda. de la Alameda nº 67. Al parecer, su Presidente, Antonio Vicedo Valdés, se mueve desde hace años en los círculos de la extrema derecha y en 2008 encabezó la candidatura por Alicante de “Alianza Nacional”, partido en cuyo ideario aparece la defensa de la nación, de la raza y de la sangre española, llegando a afirmar que “no reconocemos como ciudadanos ni como españoles a toda aquella gente que no tenga nuestra sangre ni sean de nuestra raza”. Entre sus logros figura su detención por la Policía Local de Alcoy en 2001 cuando pegaba carteles con propaganda de ultraderecha y el haber formado parte del Círculo de Estudios Indoeuropeos, organización neonazi desarticulada en 2004 por la policía autonómica catalana por apología del odio racial y la violencia. En el listado de datos también aparecen Isidro del Campo como secretario y Cristian Martínez como tesorero.


Al igual que lo que ocurre en España con la extrema izquierda, en media Europa se está produciendo un auge inexplicable de la extrema derecha. Además de  Grecia, este movimiento se extiende con fuerza en Alemania y en los países nórdicos por no hablar de Francia donde el Frente Nacional puede ser el partido más votado según las últimas encuestas. Sin embargo, en España sus resultados electorales son muy pobres. Por ponerles un ejemplo, en las pasadas europeas, las cinco formaciones de extrema derecha que concurrieron (“La España en marcha”, FE de las JONS, Impulso Social, Movimiento Social Republicano y Democracia Nacional) apenas reunieron 78.000 votos en toda España. Esperemos que con la irrupción de Amanecer Dorado las cosas continúen igual.

Y deseemos que los grandes partidos políticos españoles espabilen, se regeneren, expulsen a todas sus manzanas podridas y empiecen a pensar más en los ciudadanos y menos en ellos mismos para que recuperen la confianza de la sociedad. ¿Pondrían en riesgo su futuro y el de los suyos votando a estos radicales, tanto de derechas como de  izquierdas? Yo, desde luego, no. Si gana cualquiera de estos, el último en salir de España, que apague la luz.