viernes, 29 de mayo de 2020

Ecología y lucha contra el cáncer unidos en un parque eólico marino de Gamesa




¿Tienen algo que ver la ecología y la lucha contra cáncer? Pues sí. Les traemos un ejemplo de colaboración que puede revolucionar la colaboración entre los objetivos sociales y medioambientales de un proyecto empresarial.

La empresa Siemens Gamesa va a ejecutar el mayor proyecto eólico offshore (marino) anunciado hasta este año en todo el mundo. El Hornsea 2 estará ubicado en el mar del Norte y es propiedad de la compañía energética danesa Orsted. La enorme instalación contará con 165 aerogeneradores que aportarán 1.400 megavatios de potencia, capaces de proporcionar energía limpia a 1,3 millones de hogares británicos.


Si ya de por si debemos congratularnos por este proyecto de energía verde, más aún lo haremos al comprobar las condiciones alcanzadas entre la empresa y los bancos prestatarios del dinero necesario para su construcción. Y es que Gamesa ha firmado una línea de garantías por un importe máximo de 600 millones de euros con los bancos BNP Paribas, BBVA, Mizuho y Santander ligada a criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) con unos objetivos predefinidos.

En caso de no cumplirse esos objetivos, Gamesa estaría obligada a pagar una prima. Si la empresa cumple con ellos, esa prima la asumirían los bancos. Tanto en un caso como en el otro, la prima de transacción establecida irá destinada a fondos para financiar proyectos de investigación oncológica.

Acelerar la transición hacia las energías renovables y apoyar las investigaciones contra el cáncer. ¿Se puede pedir más?

lunes, 18 de mayo de 2020

El Gobierno lo sabía desde el 10/02 y no actuó hasta el 14/03. El informe sobre la peligrosidad del COVID-19 que esconden




“Nadie podía imaginar la gravedad del coronavirus”; “siempre hemos actuado según las recomendaciones de la OMS”; "ningún país se pudo preparar adecuadamente ante la pandemia” … seguro que han escuchado hasta la saciedad estas afirmaciones por parte del Gobierno y de sus medios de comunicación afines.

Pues todo es mentira, otra más, ya que el Gobierno recibió el 10 de febrero un informe elaborado por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) firmado, entre otros, por el sobrevalorado Fernando Simón en el que se daba cuenta de que se había demostrado que el coronavirus no sólo es una gripe, sino que resulta muy contagioso, con una tasa de letalidad alta y con graves complicaciones a un porcentaje elevado de infectados.

La importancia del informe y las consecuencias que tendrá a buen seguro en el futuro electoral y judicial del Gobierno ha provocado su borrado de la web del Ministerio de Sanidad. Afortunadamente, de los archivos internos es imposible borrarlo; por eso se lo podemos mostrar en el PDF que pueden encontrar en este enlace. 


El Gobierno sabía que no era una gripe, ya que en el informe se destaca su semejanza al SARS y el MERS, dos de los coronavirus más peligrosos de los últimos años. Incluso se dan datos porcentuales de la comparación genómica entre ellos.

Si hubieran hecho caso al informe, también conocerían que era muy contagioso y que bastaban dos metros de distancia para que se contagiara de una persona a otra. Que su tasa de contagio era una R0 de dos-tres (cada infectado podía contagiar a tres personas de media) por lo que el crecimiento de la enfermedad podía ser exponencial. Y también que el periodo de incubación era de entre 2 y 14 días, punto clave para evaluar los riesgos de la expansión de la enfermedad. Incluso se destacaba la alta tasa de contagios entre el personal sanitario registrado inicialmente en China.

En el informe se refleja la existencia de infectados asintomáticos y el riesgo que ello conlleva en la expansión de la enfermedad y que la enfermedad es muy grave puesto que un elevado porcentaje de hospitalizados acaban requiriendo UCI y la mortalidad es bastante elevada.

Incluso se pueden encontrar recomendaciones en el citado informe, como que, al no tener un tratamiento específico, la única solución era seguir las recomendaciones de la OMS: guardar el distanciamiento social, extremar las medidas de higiene y usar sistemas de protección, sobre todo entre el personal sanitario. También se recomienda vigilar la llegada de pasajeros procedentes de países afectados.

¿Y qué hizo nuestro Gobierno? Nada. Bastante ocupado estaba en repartirse el pastel del poder que ostentaban desde hacía un escaso mes. Permitió hasta el último día la llegada de pasajeros desde Italia y China sin ningún control en el aeropuerto; no hizo acopio de material sanitario hasta un mes y medio después, con timos chinos, mascarillas “fake”, EPI´s con bolsas de basura y desabastecimiento total.


De guardar el distanciamiento social nada de nada, que los votantes tenían que seguir con sus fiestas de carnaval, con su fútbol y con sus manifestaciones feministas del 8 de marzo (un mes después de tener el informe). El uso de las mascarillas obligatorias todavía se está debatiendo en estos momentos. Lógico. ¿Cómo iban a hacerlas obligatorias si no habían comprado ni una?

Toda una serie de incongruencias propiciadas por su incompetencia y por un orgullo propio de quien se sabe inferior que les impide reconocer sus errores. Una desastrosa gestión que ha provocado más de 30.000 muertos, una pérdida de libertades de dos meses (y vamos para tres) y una crisis económica que recordaremos el resto de nuestras vidas.

viernes, 8 de mayo de 2020

Cambiemos de tema por unos minutos; 13 curiosidades sobre pedos (sin guarradas)




En momentos tan delicados como los que nos está tocando vivir con la crisis del coronavirus, la mente humana necesita cambiar de registro y relajarse durante unos minutos. Les propongo un pequeño compendio sobre las curiosidades de algo que todo el mundo hacemos: tirarnos pedos. Les prometo que no leerán guarradas escatológicas en las próximas líneas.

- La palabra “pedo” es considerada como una palabra vulgar y por ello, la sociedad acepta como políticamente más correcto hablar de flatulencia. Como palabra, pedo nació en el año 1632 y se acuñó como ventosidad que se expele del vientre por el ano. Hasta la definición resulta vulgar.

- Una persona adulta puede expulsar hasta dos litros de gases diarios a través de sus pedos. La media de ventosidades es de 10 y con ellas se podría llenar un globo grande de cumpleaños. ¡Más de 3.000 pedos anuales!

- Pero no se alarmen porque la práctica totalidad de las flatulencias son inodoras: el 99% no huelen. Esto lo sabemos gracias al ímprobo trabajo de dos informáticos de la Universidad de Cornell que construyeron una máquina para medir la repugnancia de los olores.

- La altura tiene mucho que ver en el tema. No. No es que las personas altas se tiren más pedos. Tiene que ver con la altura a la que nos encontremos: a nivel del mar, una persona genera unos 15 diarios; a 7.000 metros de altura la cifra aumenta hasta los 130.  

- Precisamente el aumento de pedos con la altura es lo que preocupa a las compañías aéreas. Por ello, utilizan filtros de carbón activado en el aire acondicionado para absorber los olores y sirven comida a bordo que contiene pocas fibras y muchos carbohidratos, una combinación que facilita la digestión.

- Otro aspecto de la física que condiciona nuestros pedos es la temperatura. Cuando más caliente es la temperatura ambiente, mayor es su velocidad de dispersión y, en algunos casos, más huele.

- Cualquier oportunidad es buena para hacer negocio. La empresa Shreddies puso a la venta hace unos años una línea de ropa capaz de neutralizar los malos olores de las flatulencias. Concretamente revolucionó el mercado con unos pantalones de pijama y unos vaqueros capaces de filtrar los olores gracias al Zorflex, un material de carbón activado que ayuda a que la prenda pueda filtrar unas 200 veces la “fuerza” de los gases. Además, el carbón se reactiva cada vez que se lava la prenda.


- El género también importa, aunque no excesivamente. A pesar de lo que todos pensamos, los hombres no son más flatulentos que las mujeres, aunque, evidentemente, si son más indiscretos. Lo que si se ha demostrado es que las mujeres tienen un olor más “potente”, al tener una mayor concentración de componentes sulfúricos.

- ¿Los pedos pueden salvarnos la vida? Pues sí. Y prueba de ello es el oficio de “oledor de pedos” muy en boga en China. Estos “profesionales” ganan hasta 50.000 dólares al año diagnosticando enfermedades digestivas a través del olor de los pedos de sus pacientes.

- Pero oler los pedos de otros no siempre es buena señal. Existen personas que sienten excitación sexual por el sonido y el olor de las ventosidades de los otros. Evidentemente, tienen una enfermedad y se llama eproctofilia.

- Hasta tres horas después de morir y antes del rigor mortis el cuerpo humano continúa soltando ventosidades. Es lo que se denomina “pedos que huelen a muerto” (perdonen el chiste).

- Y los hay que salen caros. No por quedar mal, que también, sino por cuestiones económicas. Y si no que se lo digan a dos vendedores ambulantes de Valencia que tuvieron que pagar 600 euros de multa por menosprecio a la autoridad al tirarse varios sonoros pedos delante de la policía tras pedirles la documentación.

- Y una última curiosidad. El primer pedo que salió en una película Disney fue en El Rey León. Y sí, fue Pumba quien se echó el cuesco.