martes, 23 de octubre de 2018

Naranjas: verdades y mitos sobre sus propiedades




Aunque podemos comprarlas durante todo el año (milagros de las cámaras frigoríficas), es a partir de estas fechas cuando empiezan a inundar los estantes de mercados y grandes superficies con las primeras recolecciones. Nos referimos a las naranjas, quizá la fruta más representativa de nuestro país.

Mucho se habla de los grandes beneficios que reporta su consumo, pero, ¿es verdad todo lo que dicen? ¿estamos ante un “alimento milagro”, vocablo tan de moda últimamente? Intentamos aclararlo.

- Tienen grandes cantidades de flavonoides y fitoquímicos, que ayudan a combatir el colesterol y previenen en envejecimiento y la aparición de cáncer al protegernos contra los radicales libres.

- El elevado contenido en fibra (presente en los hilos blancos de los gajos) ralentiza la absorción de azúcar y ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre, por lo que es un buen aliado contra la diabetes.

- Lo que todos conocemos: es eficaz contra los resfriados por su elevado contenido en vitaminas A, B y C.


- Su elevado contenido en agua y fibra alimentaria provoca un gran efecto saciante, lo que unido a su baja aportación calórica (42 kcal por 100 gr.) la convierten en un buen aliado a la hora de bajar de peso.

- Al ser ricas en vitaminas B y C, aumentan considerablemente la absorción de calcio y hierro por nuestro cuerpo y mejoran la salud de aquellos que tienen déficit de estos minerales. Anemia, por ejemplo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que su interacción con determinados medicamentos como la fexofenadina, la ivermectina o el atenolol no es conveniente porque disminuye su absorción. Es aconsejable separar, al menos dos horas, la ingesta de naranjas de estos medicamentos.


Y también hay que desmitificar algunos bulos sobre sus propiedades:

- NO sustituyen a los lácteos. A pesar de su elevada concentración en calcio, 41 mg por 100 gr, la naranja no puede sustituir los beneficios de los lácteos para nuestro cuerpo. Mejora la absorción de calcio por su contenido en vitamina C.

- NO previene de la caída del pelo. Su elevado contenido en betacaroteno mejora la calidad de nuestro pelo, pero no logra evitar su caída.

- NO es la fruta o verdura con mayor contenido en vitamina C. Le adelantan la mandarina, el kiwi, el pomelo, los pimientos, el brócoli, el tomate y otros.

Nos dejamos para el final una de sus principales cualidades que apenas se nombra en los estudios científicos: su maravilloso sabor. ¡Eso si que no es un mito!

  

viernes, 19 de octubre de 2018

Los váteres más extraños y exóticos del mundo



En la cultura de un país vienen englobados muchos aspectos: su historia, sus costumbres, su comida, su música, sus entretenimientos… y, ¿por qué no?, la forma en que sus habitantes hacen sus necesidades. En cada rincón del mundo, la ubicación, el diseño y la decoración de sus váteres cambia para que sus gentes se sientan más cómodas usándolos.

Lonely Planet ha recopilado en un libro váteres de todo tipo alrededor del planeta. Aquí les traemos algunos de los más chocantes.

Encabezamos el post con un váter situado en Enontekio, Finlandia. La tranquilidad que se debe tener al usarlo, no tiene precio.


Otro que también debe de ser muy tranquilo, aunque algo frío, es este que encontramos en Log Authaose, Alaska. Desconocemos si tiene algún tipo de calefacción, porque en caso contrario…


Seguimos con los váteres tranquilos y solitarios, aunque en este caso, algo indiscreto al carecer de puerta. Está en la Columbia Británica, Canadá.


¿Y qué me dicen de este prototipo de váter espacial?


Volvemos a la tierra. En China rinden culto a los váteres y prueba de ello es esta fuente hecha con cientos de ellos en Foshan.


Bien integrado en el paisaje y completamente ecológico. Lo podemos encontrar en Encounter Bay, Australia.


No me negarán que estos servicios son muy vistosos. Y con los colores de la bandera del país pintada en sus puertas. Está en la playa de Jericocoara, Brasil. Como en la mili, el confort, aunque dudoso, se le supone.


Con forma de troncos, estos modernos servicios están muy bien camuflados en medio del bosque. Los encontramos en Rotorua, Nueva Zelanda.


Ubicados en el Sony Center de Alemania, el diseño de estos servicios no puede ser más simple y, a la vez, práctico. No hace falta tocar nada con las manos y limpiarlos debe de ser bastante sencillo.


Y terminamos en el continente africano. En Chott el Djerid, Túnez, encontramos estas típicas cabañas bien señalizadas para que nadie se equivoque y entre al que no es el suyo. La rueda a modo de sombrero en uno de ellos, no tiene precio.


martes, 16 de octubre de 2018

¿Quién protesta contra la mina de uranio en Salamanca?



Muchos nos hemos hecho esta pregunta: ¿quién está detrás de las protestas y de las manifestaciones ecologistas? Basta con que se haga el anuncio de un proyecto de parque eólico, de una refinería, de una central térmica o de un almacén de residuos nucleares para que cientos o miles de manifestantes aparezcan por el pueblo donde se va a realizar la obra y exijan la completa paralización del proyecto. ¿Son los habitantes de la zona afectada los que protestan? Parece que no.

La empresa australiana Berkeley Energía tiene en proyecto una mina de uranio cerca de la localidad salmantina de Villavieja de Yeltes, en la comarca de Retortillo. Para llevarlo a cabo, la compañía ha invertido en la última década más de 70 millones de euros y espera gastar 250 millones más para su puesta en marcha, sin solicitar ayudas al Gobierno. Para conseguirlo, necesita una licencia urbanística de construcción local (que ya posee) y la autorización del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que está elaborando un informe que puede que finalice en 2021.


El revuelo que ha causado en la comarca ha sido tremendo. La zona tiene unos niveles altísimos de desempleo juvenil y la promesa de 400 puestos de empleo directos y más de 2.000 indirectos ha provocado que las solicitudes de empleo que ha recibido la empresa, a pesar de la incerteza y de los plazos que se manejan para su apertura, lleguen a 23.000, lo que supone 57 solicitudes por cada puesto de empleo directo. Por comparar cifras, en la última oposición para la Guardia Civil, se presentaron 15 por cada puesto y en la del cuerpo docente de funcionarios, 13.

Pero lo curioso del tema es que, de entre todas las solicitudes, 400 provienen de pueblos que rodean la mina y 118 son de Villavieja de Yeltes, justo al lado. Aunque parezca un número bajo, 118 solicitudes representa el 25% de la población permanente del pueblo. Si tenemos en cuenta la alta proporción de jubilados que habitan en estas localidades, no resulta descabellado pensar que más del 50% de su población activa ha presentado la solicitud.


Esta masiva respuesta choca de lleno con las manifestaciones que se han realizado este año en el pueblo (también en Salamanca) en contra del proyecto minero bajo el lema “No a la mina, sí a la vida” o Menos minería, más ganadería”, con una gran afluencia de participantes. ¿Creen que ese 50% de la población activa que ha presentado su solicitud para trabajar en la empresa estaba entre los manifestantes? ¿O quizá sus familiares más allegados porque no quieren que trabajen sus seres queridos? ¿Serán sus vecinos que les tienen manía? Evidentemente, muy pocos, por no decir ninguno de los habitantes de Villavieja de Yeltes sacaron pancartas a la calle aquel día.

Los manifestantes venían de lejos, de muy lejos y eran los mismos que acuden a todos los actos que se organizan en cualquier punto de la geografía española en contra de toda forma de progreso, camuflados, eso sí, bajo la bandera de un falso ecologismo. Individuos a los que les importa muy poco que toda una comarca languidezca mientras ellos, al día siguiente, acuden a sus puestos de trabajo, fijos y bien remunerados (habitualmente en organismos públicos), a preparar la “escapada” del fin de semana siguiente a otro pueblo que ellos consideren conflictivo.


Desgraciadamente, los vecinos de Villavieja de Yeltes tienen la batalla perdida. Y no es por culpa de los cuatro “ecologistas” que se manifestaron por sus calles. Según informa hoy la agencia Reuters, el Gobierno “esperará a que se resuelvan los procesos en marcha, pero se opondrá en cualquier caso a la apertura, descartando conceder los permisos necesarios”.  ¿Y en caso de que el CSN dicte un informe positivo? Pues tampoco. Con dos coj..

Es lo que tienen los gobiernos “progresistas”; siempre velando por aumentar la riqueza de sus ciudadanos, proporcionándoles puestos de trabajo dignos y bien remunerados en el sector ganadero.



lunes, 15 de octubre de 2018

Carmena ya lleva 4 vueltas alrededor del mundo. “Mareadita” está la pobre




Si algo tienen en común los alcaldes llamados “populistas” es que, en caso de derrumbe de su ayuntamiento, a ellos no les pillará debajo. Y a los concejales de su partido, tampoco. Con total seguridad, estarán viajando por cualquier parte del mundo.

Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, lleva gastados más de 300.000 euros en viajes desde que llegó al poder. En concreto, sólo en 2017 gastó 26.691 euros y su equipo de gobierno más de 116.000. No está mal.

Por supuesto, según la alcaldesa por culpa de su edad, suele viajar en business y sus desplazamientos son, lógicamente, algo más caros: en uno de sus últimos viajes a América, concretamente a Montreal, Nueva York y la ciudad mexicana de Guadalajara para visitar su Feria del Libro, gastó 16.998 euros en aviones.

Sumando todos sus viajes conocidos, hasta abril de 2018 doña Manuela ha realizado 180.000 kilómetros en desplazamientos, unas cuatro veces y media la vuelta al mundo.


Otra que también viaja lo suyo, aunque menos que su colega de Madrid, es la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Más de 26.000 euros en tres años y medio y eso que en 2017 estaba de baja maternal.

Sin embargo, en su caso más que la cantidad de viajes, lo polémico es lo que gasta en casa uno de ellos. El más sonado fue el realizado a Nueva York (está claro que visitar la cuna del capitalismo “pone” a los populistas). Los billetes de avión superaron los 12.000 euros y sus desplazamientos dentro de la ciudad sumaron 1.700. El alojamiento para cinco personas supuso un desembolso de 3.261 euros. Afortunadamente, el viaje sólo duró dos días. También se habló mucho de un viaje de un solo días realizado por la alcaldesa y tres colaboradores cuyo coste fue de 3.504 euros.


Otro que disfruta de sus viajes a América es el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve. Él y sus siete acompañantes, gastaron en trece días 23.099 euros en su viaje a Honduras, Nicaragua y El Salvador. También fue sonado su viaje a Chile por la polémica que levantó al viajar con su familia. Puede que pagara el viaje de su mujer y su hija de su bolsillo, pero como no quiso mostrar justificantes que lo acreditaran, siempre quedó la sospecha. En total, el viaje costó 5.721 euros.


Al alcalde de Valencia, Joan Ribó, no le gustan los desplazamientos internacionales, pero no por ello sus viajes son baratos. Para ir a La Coruña, donde se celebraba una reunión de los alcaldes populistas salidos de las urnas en 2015, nada oficial, gastó 7.200 euros de la cuenta del ayuntamiento.  

Y hablando de La Coruña, su alcalde, Xulio Ferreiro, ha gastado 15.000 euros en dietas en los 48 viajes que ha realizado desde que es alcalde. Su equipo de gobierno lleva gastados 60.000 euros en 251 viajes durante tres años. ¡Ni Willy Fog y Rigodón!

No estamos hablando del Ministerio de Asuntos Exteriores; ni siquiera de la Consejería de Turismo de cualquier comunidad autónoma. No. Son gastos en viajes realizados por ayuntamientos… ¿en serio es necesario coger tantas veces el avión?


viernes, 5 de octubre de 2018

Carísimo y casi inútil (V). Botellas para agua a 900 euros




La guerra al plástico se ha desatado a nivel mundial. Bueno, más bien a nivel de los países desarrollados, porque en los llamados países  emergentes, nada o muy poco se hace y son ellos los que producen más del 90% de los desperdicios plásticos en el mundo. Pero, a lo que íbamos, el plástico se ha convertido en el enemigo público número uno.

Primero fueron las bolsas de plástico de los supermercados y grandes superficies, para mayor gloria de los fabricantes de las bolsas de papel y de los sacos de rafia, para más tarde, sumarse el resto de negocios del país. Ahora, empiezan a ponerle fecha a la prohibición de las pajitas de plástico, los platos y cubiertos, los vasos y hasta de las maquinillas de afeitar desechables. ¿Qué será lo próximo? Pues, seguramente, las botellas de agua, de refrescos, etc.


Ante tal certeza, varias son las marcas que se han lanzado a conquistar este nicho de mercado que se abre. ¿Con qué producto? Pues como el mejor que se podría utilizar, el cristal, resulta muy pesado y peligroso en caso de rotura, han decidido desenterrar un invento de hace muchas décadas: el termo.

Pero nada de termos normales y baratitos; en el mundo de los negocios actual, las cosas o se hacen a lo grande o no se hacen. Los termos de “nueva generación” son de acero inoxidable, decorados por los mejores artistas del momento y recomendados por “celebrities” del calibre de Oprah Winfrey o Julia Roberts. Y, claro, los precios no tienen nada que ver con los antiguos.


La marca más conocida en Estados Unidos se llama S´wel y vende sus botellas en gimnasios y en las tiendas alimenticias más exclusivas del país. Su facturación sobrepasa con mucho los cien millones de dólares y sus precios oscilan entre los 40 y los 80 dólares. Pero hay más: ante la demanda de productos cada vez más caros, encargó el diseño de algunas de sus botellas a la firma Swarovski, famosa por sus obras de arte con cristales. Y de esta colaboración, salieron al mercado botellas (termos, al fin y al cabo) con precios de hasta 900 dólares.

¿Sabrá mejor el agua en una de estas botellas? Lo dudo. Pero echarle un trago delante de tus compañeros de oficina… no tiene precio.   


martes, 2 de octubre de 2018

¿Se puede ser ecologista y defender la energía nuclear?




“La única forma de luchar contra el cambio climático pasa por fomentar la energía nuclear”. ¿Quién se atreve a soltar una afirmación como esta? Pues, ni más ni menos que Michael Shellenberger, uno de los más renombrados ecologistas de las últimas décadas.

Californiano de 47 años, fue nombrado “Héroe del Medio Ambiente” por la revista Time, ganó el Green Book Award y es presidente de Environmental Progress, una organización de investigación y política. A lo largo de su carrera ha publicado artículos en The New Tork Times, Washington Post, The Wall Street Journal, Scientific American, Nature, Energy y PLOS Biology. Vamos, que un charlatán de feria no es.

Shellenberger siempre ha sido un ecologista de los pies a la cabeza. Fundó una “sucursal” de Amnistía Internacional en su instituto y, tras acabar sus estudios universitarios, cofundó Communication Works, una organización de relaciones públicas responsable de campañas como la de la acusación a Nike de explotación laboral en Asia o de la salvación del bosque Headwaters Redwood. 


En 2003 cofundó el Breakthrough Institute, organización dedicada al análisis entre energía, innovación y medio ambiente, cuyo ideario partía con la idea de que el medio ambiente necesitaba menos misticismo hippy y más innovación y profesionalidad para conseguir una tecnología más eficiente. Por supuesto, estas ideas chocaron de lleno con los ecologistas más ortodoxos que no dudaron en catalogarlas como “poco claras, injustas y divisivas”. A partir de 2007 poco a poco fue cambiando su opinión sobre la energía atómica llegando a la conclusión de que ésta era la única forma de combatir el cambio climático.

Recientemente, el diario Expansión le ha hecho una entrevista. Les dejamos algunas de sus sorprendentes respuestas.

“Solo la generación atómica puede sacar a los seres humanos de la pobreza sin recalentar el planeta. Los combustibles fósiles también proporcionan energía, pero a un alto coste medioambiental, y las energías solar y eólica apenas aportan una pequeña porción de toda la energía que necesitamos. En cambio, las plantas nucleares suponen la forma más segura de crear una electricidad fiable de forma regular y en las cantidades necesarias. Usan mínimos recursos naturales y producen el menor volumen de residuos. Además, son inversiones de largo recorrido: pueden durar hasta un siglo".

"La gente tiene miedo a la energía nuclear porque no la entiende. Y no la entiende porque es compleja, pero también porque ecologistas como yo hemos estado confundiéndola durante los últimos 40 años".

“Hay intereses creados contra las nucleares, alimentados fundamentalmente desde las compañías que trabajan el petróleo y el gas, pero nada que se salga de lo normal en el complejo industrial-comercial. "Se trata más de un fenómeno cultural e ideológico. La comunidad nuclear dejó de conectar con el público. Los ingenieros son maravillosos para hacer que las máquinas funcionen, pero terribles en la comunicación con humanos".

"Nada más acabar la Segunda Guerra Mundial la izquierda estaba a favor de la energía nuclear, pero la nueva izquierda parece harta de la modernidad, de este mundo de desarrollo y prosperidad, cree que debemos volver al vientre materno, regresar a la naturaleza, a un mundo más simple”.


"El marido de uno de los más altos ejecutivo de Greenpeace en Canadá es pro nuclear. Pero la mayoría de la gente de ese estilo ama las renovables y ha luchado tanto por ellas que no soporta pensar que su esfuerzo pueda quedar en nada. Para ellos, las renovables armonizan más con la naturaleza, son como Dios. En realidad, se trata de una nueva religión. Pero los hechos son obstinados: no puedes cerrar una planta nuclear sin aumentar la emisión de carbono".

"Cuanto más conoces de la energía nuclear, menos miedo te da. Todo el mundo tiene móvil, pero nadie tiene una planta nuclear. Tampoco apetece mucho ir a ver una, porque son aburridas. Por eso necesitamos explicar bien a la gente en qué consiste, como un cuento de hadas: la energía nuclear es la Cenicienta; sus hermanas le obligan a hacer todo el trabajo y después encima la llaman sucia y fea. ¡No es cierto, es la más hermosa!”

Desde hace un par de años, su asociación se dedica a enviar cartas a gobiernos de todo el mundo firmadas por personas muy notorias como ganadores del Nobel o del Pulitzer, argumentando con trabajados informes la conveniencia de la energía nuclear. Algunos, como el Gobierno de Corea del Sur, cambió de opinión sobre el cierre de sus centrales nucleares, otros ni siquiera contestan porque tienen miedo a debatir con ellos en público. 


Significativos son sus comentarios sobre la reacción a la carta que le envió a Pedro Sánchez, ya en la Moncloa: “Digamos que no me hace sentirme menos preocupado de lo que estaba cuando la mandé. Las grandes inversiones en renovables están dando como resultado una electricidad muy cara. Además, se está planteando el cierre de plantas nucleares y eso impediría a España cumplir sus compromisos medioambientales, incrementaría sus emisiones y estaría obligada a subir más el precio de la luz”.  ¿Tiene que venir un californiano a decirnos algo tan obvio?