martes, 30 de junio de 2015

Estas son las horas más baratas y más caras con el nuevo recibo de la luz



Con la llegada del mes de julio se pone en marcha el nuevo y “revolucionario” (según las compañías eléctricas) mecanismo de facturación horaria del consumo eléctrico. Eso sí, solo para los usuarios que dispongan de los nuevos contadores “inteligentes”, o sea, aproximadamente para una tercera parte de los hogares españoles. ¿En qué consiste?

Desde hace un tiempo, las compañías eléctricas están sustituyendo los contadores de todos los hogares y empresas españolas, aproximadamente unos 27 millones de aparatos, por otros mucho más modernos denominados “inteligentes” que son capaces de medir el consumo eléctrico en cualquier momento del día. Esto permite a las compañías conocer cuánto consume cada abonado en cada hora y, con las nuevas tarifas horarias, facturar ese consumo por el precio que tenga la electricidad esa hora.

De momento hay instalados unos 14 millones de contadores, de los que 10 millones estaban telegestionados, aproximadamente un 35% del total. A finales de 2016 deberá estar instalado otro 35% y para finales de 2018 el 30% restante. Si usted no tiene todavía en su casa el nuevo contador no se preocupe: su compañía eléctrica continuará facturándole como hasta ahora.  

No será nada sencillo conocer cuánto valdrá la electricidad cada hora del día ya que dependerá de muchos factores. La electricidad que consumimos se puede generar de distintas formas: viento, agua, centrales térmicas, nuclear, etc. Las centrales nucleares no se pueden apagar fácilmente, con lo que siempre están en funcionamiento y a partir de ahí, las compañías intentan completar su oferta con las energías que les resultan más baratas; hidráulica, eólica o solar. Si con ese tipo de generación pueden completar la demanda, la energía será barata; si por el contrario no tienen suficiente y necesitan poner en marcha las centrales térmicas y de ciclo combinado, la energía se encarecerá. 
Otro aspecto a tener en cuenta son las temperaturas: si el día es muy frío o muy cálido, provocará un mayor consumo y con ello, un aumento de los precios. Y por último, también influirá si el día es laborable o fin de semana. De todas formas, las compañías eléctricas tendrán la obligación de informar todos los días a las 20:15 de los precios que tendrá su electricidad el día siguiente desglosado por horas.


Teniendo en cuenta estas premisas, la experiencia acumulada por Red Eléctrica (REE) desde que están en marcha estos contadores, permite anticipar que el mejor momento de la semana para consumir electricidad será los domingos entre las 15:00 y las 18:00, con ahorros de hasta un 13% respecto a la media semanal y el peor los lunes entre las 20:00 y las 22:00 con unos incrementos similares sobre la media.

Si contamos por días, la hora más barata será las 05:00 de la madrugada y el periodo más caro el que va desde las 21:00 a las 00:00, siendo la hora más elevada las 22:00.

¿Cuánto podrá ahorrar? Pues les ponemos un ejemplo: si usted se sacrifica poniendo la lavadora todos los días a la hora más barata (las 05:00 de la madrugada), aparte de pasar sueño y de molestar a todos sus vecinos, a final de mes habrá logrado ahorrar la friolera de ¡70 céntimos de euro!, un 1,2% de su consumo total. Y lo mismo si repite la operación con el lavavajillas. Con el frigorífico o el congelador no tendrá la misma suerte ya que deben estar en marcha todo el día.

¿Por qué esta miseria de ahorro? Sencillo. La energía que consumimos apenas supone una tercera parte de lo que pagamos en el recibo; el resto se lo lleva la potencia contratada, los peajes, los costes del  sistema de transporte y distribución y, ¡como no!, los impuestos. Por lo tanto, si en el mejor de los casos, logramos pagar un 10 o 15% menos de un 33% y el resto del recibo se queda igual… Los expertos consideran que si optimizamos al máximo nuestro consumo con las horas en que la electricidad sea más barata, al final del año habremos ahorrado ¡20 euros!



Sinceramente, creo que nos están tomando el pelo  una vez más con el recibo de  la luz. Mi opinión personal es que los únicos beneficiados serán los de siempre, las compañías eléctricas. Ofreciendo unos miserables céntimos, conseguirán que  miles de españoles pongan en marcha sus electrodomésticos (o las pequeñas empresas sus maquinarias) en plena noche en lugar de a lo largo del día. Con ello, las eléctricas evitarán, en más de una ocasión, poner en marcha centrales carísimas durante el día y cobrarán a buen precio la energía que les sobra por la noche. ¡Negocio redondo!   


miércoles, 17 de junio de 2015

“Las redes sociales dan voz a una legión de idiotas”



Con esta aseveración se despachó el pasado miércoles en una rueda de prensa en Turín el célebre filósofo y escritor italiano Umberto Eco. Y la cosa no quedó ahí. El ganador del Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en el año 2000 añadió: “las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Se les silenciaba rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un Premio Nobel. Es la invasión de los necios”:

Internet y las redes sociales son un fenómeno relativamente reciente pero la sociedad ha reaccionado a las nuevas tecnologías tal y como lo estado haciendo durante varias décadas con la radio y, posteriormente, la televisión. ¿No han oído nunca la famosa frase de “seguro que es verdad; lo han dicho en la tele”? Lo que se dijese en la radio y la televisión iba a misa y pocos dudaban de su veracidad, aunque fuese evidente que en muchas ocasiones, mentían. Pues lo mismo ocurre con las redes sociales, pero con el agravante de que en esta ocasión el medio se ha simplificado y todo el mundo puede, si así lo desea, publicar “su” verdad fácilmente. Y muchos lectores se lo creen todo a pies juntillas.

Por cierto que al respecto de la televisión, el galardonado escritor afirma que “la televisión ha promovido al tonto del pueblo con respecto al cual el espectador se siente superior. El drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo al nivel de portador de la verdad”.


Desde las pasadas elecciones locales y autonómicas hemos asistido a toda una avalancha de estupideces publicadas en las redes sociales, amplificadas luego en los medios tradicionales. Y lo que nos queda. 
Quizá el caso más conocido sea el del concejal (o ex concejal o vaya usted a saber qué) de cultura del Ayuntamiento de Madrid, Zapata, que publicó en su Twitter chistes macabros contra los judíos y las víctimas del terrorismo. Pero los integrantes de Podemos no tienen la exclusiva de la estupidez y famosos son los casos del alcalde de Baralla (Lugo), Manuel González,  cuando afirmó en 2013 que “los condenados a muerte por Franco se lo merecían” o el del concejal de Empleo de Villarrobledo (Albacete), Andrés Martínez cuando “sugirió” a una mujer que fue a pedirle trabajo con un bebé al Ayuntamiento que “o la das en adopción o te metes a puta”. En ambos casos, pertenecientes al PP.

Muchos han criticado las palabras de Umberto Eco y las han tildado de retrógradas y antidemocráticas y quizá no les falte razón. Internet ha provocado una imparable revolución que le ha dado la voz al pueblo. Y eso, indudablemente, es bueno. Lo difícil resulta separar el grano de la paja con lo que se encuentra en la red.

Por mi parte, decir que no puedo estar más de acuerdo con lo dicho por este genio. Simplemente aclararle que Internet no es más que un reflejo fidedigno de la sociedad. Y, visto lo visto, asusta bastante comprobar en qué sociedad vivimos

domingo, 7 de junio de 2015

Poemas de amor en los billetes de euro



Todo comenzó el pasado 25 de mayo cuando una tuitera imitó un relato del escritor Carlos Aymi escribiendo una frase en un billete de 5 euros. Satisfecha de su resultado, creó el hashtag #VersaTuBillete y lo subió a Twitter. A partir de ahí, la idea de la joven se ha extendido a través de la red social y miles de usuarios han escrito sus poemas en billetes de curso legal y subido su resultado, hasta el punto de haber llegado a “trending topic” en varias ocasiones.


Por supuesto que la idea no es nueva. No habremos visto pocos billetes de Manuel de Falla o de Benito Pérez Galdós pintarrajeados en nuestra vida. Lo que ocurre es que ahora, con la facilidad para divulgar nuevas modas a través de Internet, parece que estemos inventando el mundo.


Aunque son muchos los países en los que está penado estropear los billetes, creo que no se debería perseguir a estos poetas de las nuevas generaciones. Expresar ideas nobles, empleando el buen gusto y la originalidad y con las pocas palabras que caben en un billete (como si se escribiese un tuit)  no hace daño a nadie. Pero, de seguro, a esta oleada poética le seguirá otra en la que aparecerán los insultos, las mofas o los eslóganes políticos y comerciales. Y eso, ya no nos parecerá tan hermoso.