martes, 27 de diciembre de 2011

10 años con el Euro: así nos han estafado con las subidas de precios



Recuerdo una conversación (casi, casi, discusión) con un compañero de trabajo en los últimos días de 2001 (justo antes de la entrada del Euro) acerca del famoso y peligroso “redondeo” que se aplicaría a los precios con la entrada en vigor de la nueva moneda.

Él insistía en que el redondeo era muy fácil de aplicar: al transformar pesetas a euros, lo que pasase de 0,005 euros costaría un céntimo más y lo que no llegase, uno menos. Por lo tanto, los precios no tenían porque subir. Cuando le dije que a partir de aquel fatídico 1 de enero los comerciantes redondearían sus precios hasta 5 ó 10 céntimos y siempre al alza, me tachó de “capitalista aprovechado” y añadió que la gente era muy honrada y que eso que yo vaticinaba no ocurriría. Como de costumbre, pequé de optimista en mis augurios.




Parece que fue el otro día pero ya han pasado 10 años desde la entrada del euro. Todos lo acogimos con mucha ilusión y cierto miedo. Desde el Gobierno (entonces comandado por el PP de Aznar) nos prometieron que todo serían ventajas, que sólo cambiaba la moneda y no los precios y que era un paso decisivo para la estabilidad y el progreso económico (¿Recuerdan a aquella familia de monigotes del anuncio en televisión, los García?).
Algunas cosas fueron ciertas (facilidad de exportación, supresión del cambio de divisa en los viajes al extranjero, etc.) pero otras… Si, me estoy refiriendo a eso de “no cambiarían los precios”. ¡¡¡Pues menos mal!!!

La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha realizado un informe sobre como han evolucionado los precios y los salarios durante esta última década. Los resultados son demoledores: ya en los primeros meses de 2002 (a pesar de que era obligatorio referenciarlos en euros y en pesetas)  los precios empezaron una espectacular escalada: el pan subió un 24%, el bus y el metro un 6%, cafés y cervezas un 7%, las entradas de cine un 9% y las tarifas de correos un inexplicable ¡51%!


Ya saben lo que solía decir Murphy: “aquello susceptible de empeorar, empeora”. Después de 10 años, la inflación ha crecido un 31%. Pero lo peor de esta subida no es la cantidad (un 3% anual tampoco es tanto); lo malo es cuando comprobamos que lo que más ha subido son los productos de consumo habitual. Así, hay productos como la informática, los electrodomésticos, algunos servicios telefónicos, etc. que incluso han bajado sus precios con respecto a los de hace 10 años. Sin embargo, aquello que compramos o usamos a diario se ha disparado, de ahí que la inflación “sólo” haya subido un 31% cuando a todos nos parece que ha sido mucho más.  Vamos con algunos ejemplos:

- Alimentación: un kilo de ternera de 1.660 a 2.378 (14,98 euros), el de pollo de 326 a 381 (2,91 euros) y el litro de aceite de oliva, en cambio, ha pasado de 385 pesetas a 377 pesetas (2,67 euros) aunque este precio depende mucho de los resultados de la cosecha anual.

- Bebidas: una botella de Coca-Cola de 90 pesetas a 205 (1,36 euros), una caña en el bar de 120 pesetas a 415 (2,5 euros), un café con leche de 120 pesetas a 332 (2 euros) y un whisky de 500 a 850 pesetas (5 euros), siempre que acuda a un bar económico, claro.

- Tabaco: una cajetilla de rubio de gama media ha pasado de 350 a 650 pesetas (4 euros).

- Carburantes: un litro de gasolina sin plomo ha pasado de 128 a 215 (1,30 euros) y el de gasoil de 112 a 212 (1,28 euros).

Un billete de metro de 145 a 250 pesetas (1,5 euros) y un abono mensual de 5.000 a 7.920 (47,6 euros); un periódico de 150 pesetas a 200 (1,2 euros); una entrada al Museo del Prado de 500 a 2.000 (12 euros); un abono del Atlético de Madrid de 28.000 a 51.600 pesetas (310 euros) y una partida de futbolín de 100 a 166 pesetas (1 euro).

¿Y los sueldos? En contra de lo que nos suelen decir, los salarios no son los que han provocado estas espectaculares subidas. El sueldo medio ha pasado de 19.802 euros en enero de 2002 hasta los 22.511 euros en 2009, último dato disponible (seguramente, en la actualidad esta cifra, debido a la crisis, será menor), un 13,9%. En cuanto al coste salarial por trabajador, éste se elevó un 20%; de los 1.498 euros al mes del último trimestre de 2001 a los 1.800 euros del tercero de 2011. En resumen, los productos de consumo habitual han subido tres, cinco y hasta diez veces más de lo que han subido los sueldos.

Está claro, “los García” nos mintieron. Y no fueron los únicos: escuchen lo que nos decía la ahora princesa Leticia Ortiz por aquellas mismas fechas. ¡Ah! Y no se pierdan a su suegro dando vueltas detrás de ella.


miércoles, 21 de diciembre de 2011

El Ministerio de Sanidad nos advierte de que la homeopatía es un cuento chino



Homeopatía, acupuntura, reflexología podal, naturopatía, aromaterapia, cromoterapia… todos hemos oído hablar de estas disciplinas, por decirlo de algún modo, de “medicina alternativa”. Tienen muchísimos adeptos, pero, ¿poseen base científica? ¿Curan de verdad?

Muchos ya sospechábamos que no y ahora el Ministerio de Sanidad ha venido a refrendar nuestras dudas. En un estudio recientemente publicado, Sanidad ha identificado hasta 139 terapias de las denominadas naturales o alternativas y ha analizado con mayor detalle las más solicitadas en España: la acupuntura, la homeopatía y la quiropráctica.

Sus conclusiones son bastante demoledoras: además de notar que las bases teóricas de dichas terapias no han sido nunca verificadas, de la homeopatía en concreto dice que no es más que un placebo y que incluso las terapias que parecen ser más eficaces, lo son sólo en casos muy concretos.


De las tres terapias analizadas con mayor profundidad, la acupuntura es la que sale mejor parada ya que ha demostrado ser efectiva en la reducción varios tipos de dolor, como el dental, el de cabeza y el lumbar. Sin embargo, no sirve para nada si lo que quiere el paciente es perder peso, dejar de fumar o cuando se emplea como terapia contra el cáncer o el asma.

En el caso de la quiropráctica, los estudios realizados han sido escasos y no han podido llegar a ninguna conclusión, pero en el caso de que esta práctica tuviera algún efecto beneficioso en el paciente, tan sólo el dolor lumbar.

Pero con quien verdaderamente se ensañan es con la homeopatía. El estudio concluye que no se ha probado su eficacia "en ninguna indicación o situación clínica concreta".

La homeopatía consiste, básicamente, en proporcionar remedios en los que el principio activo está mucho más diluido que en las medicinas reales, llegando en algunos casos a tal extremo que puede no existir una sola molécula del mismo en el preparado. Los homeópatas se justifican diciendo que el agua tiene "memoria" o "vibración" del compuesto. Por supuesto, esta afirmación también carece de base científica.

Lo que si admite el Ministerio de Sanidad es que estos compuestos no son en absoluto peligrosos. Algo lógico si pensamos en lo extremadamente diluidos que están los principios activos en el agua.


No es el primer informe negativo sobre la homeopatía. En 2010 el Comité de Ciencia y Tecnología del Reino Unido elaboró un informe demoledor sobre la homeopatía en el que sus expertos concluían que no hay razones científicas para seguir financiando con dinero público los tratamientos homeopáticos, dada su absoluta carencia de validez terapéutica demostrable.

La pregunta que surge es obvia: si los organismos oficiales, tras realizar los estudios pertinentes, admiten que la homeopatía (y otras prácticas “alternativas”) son un timo, ¿por qué no se persiguen? ¿Por qué dejan a sus ciudadanos a merced de estos desaprensivos que solo se preocupan de enriquecerse?

Muchas personas acuden a estos modernos curanderos tras haber sido desahuciadas por la medicina tradicional, buscando un tratamiento “milagro” que les cure de sus males. Juegan con los sentimientos de unos enfermos desesperados y les cobran cantidades desmesuradas a sabiendas que sus tratamientos son ineficaces. ¿Seguro que esto no es delito?     

lunes, 5 de diciembre de 2011

La solidaridad de 39 familias logra el récord de 94 trasplantes en 3 días. Descubra cómo ser donante.



¡Ya era hora! Encontrar una buena noticia en los medios de comunicación españoles era como buscar una aguja en un pajar. Pero todo llega y hoy nos hemos encontrado con una noticia, no ya buena, sino excepcional.
Los pasados días 23, 24 y 25 de noviembre la sanidad española, más concretamente la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), consiguió entrar en el libro de los records al realizar la friolera de 94 trasplantes en tan sólo 72 horas.    

En total 42 hospitales de prácticamente todas las regiones españolas, 1.000 profesionales de la medicina, 10 aeropuertos (ocho civiles y dos militares), 12 aviones (con especial colaboración de varias compañías aéreas), el Estado Mayor del Aire, los servicios de emergencias y protección civil y, por encima de todo, la generosidad de 39 familias han conseguido este hito.


Los trasplantes efectuados fueron 48 de riñón, 23 de hígado, 8 de pulmón (4 de ellos bipulmonares y uno de doble pulmón y corazón), 6 de corazón, 3 de páncreas y uno de intestino. De los 39 donantes, dos eran extranjeros y, en esta ocasión, tan sólo dos habían fallecido en accidente de tráfico. 

La vida les ha cambiado a todos estos trasplantados, pero sobre todo a dos de ellos que estaban dentro de la denominada “urgencia cero”, o lo que es lo mismo, en el caso de no haber recibido un nuevo órgano en el plazo de 24-48 horas, habrían fallecido con total seguridad.  


Debemos sentirnos orgullosos de este nuevo récord que demuestra que la sanidad española funciona y en especial la Organización Nacional de Trasplantes. Ser líderes mundiales no es tarea fácil. Pero nada de esto sería posible sin la generosidad y el compromiso de los ciudadanos españoles.

Todos esperamos que el día de nuestra muerte sea lo más lejano posible; pero una vez muertos, ¿de qué nos sirven nuestros órganos? ¿Existe algo más hermoso que poder salvar vidas una vez perdida la nuestra?

No dejen la decisión en manos de sus familiares. No les hagan pasar tragos amargos en esos difíciles momentos. Háganse donantes.
Pueden solicitar la tarjeta de donante de varias formas:

- Llamando al teléfono de la ONT (24h) 902 300 224.

- Por correo electrónico a ont@mspsi.es 

- Por correo postal a Organización Nacional de Trasplantes, C/ Sinesio Delgado 6-8, Pabellón 3, 28029 Madrid.

- A través de la Oficina Virtual de la página web de la organización http://www.ont.es/portal/Paginas/SolicituddeTarjeta.aspx

Tan solo será necesario su nombre, apellidos y dirección postal donde quiere que se le envíe la tarjeta.


Ésta tarjeta de donante es testimonial y no tiene valor legal. Son los familiares del fallecido los que finalmente autorizan la donación. Por lo tanto, deberán comunicar a éstos su deseo de ser donante para que lo hagan tras su fallecimiento.

¡Ah! No se preocupen. Siempre están a tiempo de cambiar de opinión. Como la tarjeta no tiene valor legal, bastará con romperla y avisar a sus familiares de que ya no desea ser donante. Así de sencillo.