miércoles, 16 de noviembre de 2022

¡Que la sostenibilidad y el cambio climático NO es lo que más nos importa! A ver si se enteran de una vez.

 



Hace unos días leía una entrevista que Valencia Plaza le hacía a Alejandro Ramón, concejal del Ayuntamiento de Valencia de Huerta, Agricultura y Alimentación Sostenible, Emergencia Climática y Transición Energética y Servicios Funerarios, nada menos. El concejal estaba muy contento porque la ciudad del Turia ha sido nombrada Capital Verde Europea para el año 2024.

Tras hablar de la renaturalización de la ciudad, de la movilidad sostenible, de las energías renovables, de la agricultura “transversal, resiliente, justa e inclusiva”, de los huertos urbanos, de la energía undimotriz que esperan extraer de las olas del mar, del autoconsumo y las comunidades energéticas, de la red de carriles bici y de que, según él, ya son un referente europeo que quiere copiar hasta París, el concejal se vino arriba y afirmó que “están en disposición de conseguir el mayor reto en la historia de Valencia: ser en 2030 una ciudad climáticamente neutra”. Ahí es nada.

Leyendo a este hombre, uno imagina que en Valencia nunca ha habido ningún problema reseñable, que todo va como la seda y que la única preocupación de los 800.000 habitantes de la ciudad es el cambio climático y la sostenibilidad. Pues no, señor Ramón. Usted vive en un mundo paralelo.

Primero, conseguir que la tercera ciudad de España sea climáticamente neutra (o sea, que contamine 0) en apenas 8 años, no se lo cree ni usted en uno de sus mejores sueños. Y segundo, ¿de verdad este es el mayor reto que ha tenido su ciudad a lo largo de sus más de 2.000 años de historia?  


Don Alejandro, sus conciudadanos, todavía agotados por el desastre de la pandemia, están alarmados por la subida de precios de la alimentación y la energía; se preocupan por lo que podrán comer y cómo se calentarán este invierno; dudan si podrán pagar la hipoteca con la subida del Euribor o el alquiler de su piso; les quita el sueño la recesión que se acerca y el aumento del paro que traerá consigo; tienen miedo de caer enfermos y tener que esperar más de medio año para que les vea un especialista; abren las puertas de sus casas con temor a que se les haya colado un okupa mientras no estaban; andan cautelosos por las calles ante la inseguridad ciudadana; desconfían de que la educación que reciben sus hijos sea la más adecuada para su futuro… En fin, chorraditas para el señor Ramón.

¿Y el cambio climático? Por supuesto que también les preocupa. Nadie quiere vivir en un estercolero con temperaturas propias del desierto. Pero no duden de que su preocupación es más sincera que la de Don Alejandro: ellos, por suerte o por desgracia, no viven como reyes magnificando el calentamiento global a diario.


martes, 11 de octubre de 2022

El coche eléctrico actual no tiene futuro. Imposible cumplir con las previsiones

 



Nos machacan a todas horas con la historia de que el coche eléctrico es el futuro, que sin ellos el planeta se va a pique y que se tienen que prohibir el resto de tecnologías porque la electromovilidad ya está lo suficientemente desarrollada para sustituir a todas las demás que emplean combustibles fósiles. Mentira tras mentira para convencer a la sociedad y rentabilizar las inversiones realizadas en una tecnología que apenas nacer, ya está sentenciada.

Al elevado precio de los vehículos (que pagamos en parte entre todos vía subvenciones), la falta de autonomía (incluso falsificando las certificaciones de los fabricantes) y la escasez de postes de carga (ni multiplicándolos por diez habría suficiente), se suma la escasez de materias primas necesarias para llevar a cabo esta transición.

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en el último año se han vendido 6,6 millones de coches eléctricos puros en el mundo, un 9% de la venta total, una cifra que triplica las de 2020. Según la AIE, para conseguir emisiones netas en el año 2050, el mundo necesitará haber vendido 2.000 millones de coches eléctricos.  



Según un informe de la agencia especializada Benchmark Mineral Intelligence, para fabricar las baterías de esos 2.000 millones de coches, se necesitarían, aparte de las existentes, 336 nuevas minas de tamaño medio, a razón de 59 de litio que produzcan 45.000 toneladas de media anuales; 38 de cobalto a 5.000 toneladas; 72 de níquel a 42.500 toneladas; 97 de grafito en escamas naturales a 56.000 toneladas y 54 plantas de grafito sintético que produzcan 57.000 toneladas cada una al año.

En lo que se refiere al litio en concreto, la AIE asegura que, contando con las minas existentes y los proyectos en construcción, sólo se podrá satisfacer la mitad de la demanda para 2030. Teniendo en cuenta que las minas de litio tardan una media de 16,5 años para desarrollarse, llegamos tarde. Ya pueden correr si no quieren que el precio del litio despegue de manera incontrolada. No es de extrañar que hace unos meses, Elon Musk, uno de los principales beneficiarios de la moda del coche eléctrico, afirmara que el procesamiento del litio era como “una licencia para imprimir dinero”.

Pero es que no llegamos con el tiempo ni tampoco con la cantidad. El año pasado, la producción global de litio fue de 100.000 toneladas y se calcula que las reservas mundiales son de unos 22 millones de toneladas. Las baterías actuales se llevan unos 8 kilos del mineral. Un simple cálculo nos dice que, con la cantidad total de reservas, se podrían producir algo menos de 2.500 millones de baterías. Si quieren que en 2050 funcionen 2.000 millones de coches… Y no olvidemos que baterías de litio también usan los portátiles, los móviles, bicicletas, patinetes y todo tipo de cachivaches eléctricos.



“Que lo reciclen”, opinan algunos. Pues no está muy claro. Hasta la fecha, menos de un 1% de las baterías de iones de litio se reciclan en EEUU y la UE, mecas mundiales del reciclado. Inadecuada legislación, falta de tecnología y el coste del transporte de materiales peligrosos tienen la culpa.

Pero no seamos tan negativos. La tecnología avanza vertiginosamente, sobre todo cuando hay necesidad y proyectos como el de extraer litio de la mica o del agua del mar, donde se estima que hay 5.000 veces más litio que en tierra, se están empezando a desarrollar, aunque sus resultados los veremos a muy largo plazo, si es que los llegamos a ver. Quizá mejore el reciclado de las baterías usadas o se descubran nuevos sistemas de almacenaje de la electricidad. Pero lo que está claro es que, si nada mejora, en menos de una década nos daremos cuenta de que el coche eléctrico no ha sido la solución a nuestros problemas.  


martes, 4 de octubre de 2022

¿Y si hubiesen hecho el trasvase del Ebro? ¡Lo que habríamos mejorado!

 


España, año 2001. Se aprueba el Plan Hidrológico Nacional. Un plan trabajado durante varios años, que pretendía racionalizar y mejorar el abastecimiento de agua en todo el país y que, al final, se hizo popular y sólo se recuerda porque introducía un trasvase desde el río Ebro hasta las cuatro cuencas del mediterráneo, habitualmente deficitarias: la Catalana Interior, la del Júcar, la del Segura y la Mediterránea Andaluza.

La previsión era transferir 1.050 hectómetros cúbicos al año a estas cuencas, a razón de 190 a la catalana, 315 a la del Júcar, 450 a la del Segura y 95 a la andaluza, siempre respetando que el caudal ecológico del río Ebro (cantidad mínima de agua que debe llevar para que no haya problemas para el entorno natural) fuese de 3.009 hm3 al año a su paso por Tortosa. En caso contrario, no habría trasvase ese año.  

España, año 2004. Pierde en “extrañas” circunstancias el PP las elecciones y entra en el gobierno de la nación el PSOE. Una de las primeras medidas de Zapatero es derogar el Plan Hidrológico Nacional, un plan del que apenas habían empezado a hacer obras. ¿Por qué se deroga? Por dos motivos especialmente: por el rechazo ecologista a cualquier proyecto que presentase la derecha, tuviese o no razón de ser y por el rechazo nacionalista catalán, reacios siempre a que otras regiones al sur de su demarcación, puedan prosperar y amenacen su liderazgo. Ambos se basaban en que realizar el trasvase, casi en la desembocadura del Ebro, supondría un desastre ambiental para toda la cuenca y dejaría sin agua el Delta.


Hagamos un ejercicio de ciencia ficción. ¿Qué hubiese ocurrido si el trasvase estuviera construido y en marcha? Supongamos que hubiese empezado a funcionar, tras cinco años de obras, en el 2009. Cogiendo los datos oficiales hasta 2019 (últimos disponibles), la media del caudal a su paso por Tortosa es de 8.944 hm3, casi 6.000 hm3 de agua superior al caudal ecológico (recordemos de 3.009 hm3) que, por supuesto, han ido a parar al mar por no poderlos almacenar. Incluso en el año más seco, 2011, por la estación de Tortosa pasaron 3.904 hectómetros, bastante más que el caudal ecológico. Si tenemos en cuenta que el trasvase previsto era de 1.050 hm3, excepto el año 2011, se hubiese podido enviar toda el agua prevista a las cuatro cuencas mediterráneas. 

¿Qué se hubiese conseguido? Por una parte, acabar con las penurias hídricas que se reproducen, año tras año, en las cuatro cuencas. Es más, se hubiesen podido llenar los embalses de estos ríos (actualmente a unos 2.000 hm3 de su máxima capacidad). Y para rematar la faena, se podría prescindir del polémico trasvase Tajo-Segura, que en los últimos diez años ha aportado 305 hm3 de media al seco Segura.

¿Perjudicados por esta negativa demagógica al trasvase?

Empecemos por Aragón. El Plan Hidrológico tenía previsto la creación de miles de hectáreas de regadío en esta región. Además, se hubieran construido unos 30 embalses, muchos de ellos en Aragón, para retener las aguas del Ebro a la par que suministrar agua a estas nuevas tierras. El seguidismo de su gobierno autonómico a los dictados catalanes echó por tierra todas estas inversiones.

Interior de Cataluña. A pesar de que han intentado paliar la falta de agua con otros mini trasvases internos, no han tenido la cantidad que sí les hubiera proporcionado el Plan Hidrológico. Sus mandatarios provocaron que esa agua no les llegase. Se lo pueden agradecer.



Cuencas del Júcar, Segura y Almería. Han logrado el objetivo de que estas pujantes regiones no se desarrollen al máximo de sus posibilidades. Ni la agricultura, ni el turismo ni la industria han tenido suficiente agua para crecer y la “alternativa” de las decenas de plantas desaladoras construidas, tan sólo han contribuido a elevar el gasto de los agricultores y el consumo eléctrico del país.  

Un mal negocio, se mire por donde se mire. Pero nadie les pedirá cuentas. Como siempre.

 

jueves, 29 de septiembre de 2022

Y ahora, duchas con agua fría contra la crisis energética. ¿Tienen algún beneficio?

 



Desde que la maldita invasión de Ucrania por parte de Rusia llegó a nuestras vidas y, con ella, las dificultades en el suministro de gas y su consiguiente aumento de precio, no pasa día en el que al ejército de políticos que viven de los presupuestos europeos, se les ocurran “estupendas” medidas para paliar la escasez de energía.

Hemos oído y leído de todo: apagar luces de escaparates, dejar en penumbra las ciudades, racionar los combustibles para los coches, compartir con otra persona (o varias) la ducha, asearse con toallitas húmedas evitando usar agua caliente y otras muchas tonterías populistas que no sirven para casi nada, pero que mantienen al personal distraído mientras no se ataca a los verdaderos problemas que han provocado esta situación. ¿La última ocurrencia? Ducharse con agua fría.

Pero en esta ocasión, aunque sin buscarlo, la “solución” no es del todo mala, no ya por el pequeño ahorro que supone, sino por que puede ser beneficioso para nuestra salud.


Una recopilación de estudios realizada por investigadores noruegos y publicada en el
International Jurnal of Circumpolar Health saca las siguientes conclusiones después de analizar más de 100 estudios realizados hasta la fecha sobre los beneficios del baño en agua fría:

- Darse un chapuzón en agua fría reduce la grasa corporal “mala” en los hombres, lo que protege contra la obesidad y las enfermedades cardiovasculares y el riesgo de trastornos como la diabetes.

- Mejora la salud mental y nuestro estado de ánimo

- Aumenta la libido

- Activa la circulación sanguínea, ayudando a evitar la aparición de varices y celulitis.

- Alivia la sensación de piernas cansadas

- Combate la retención de líquidos

- Incrementa la producción de adiponectina por parte del tejido adiposo. Esta proteína juega un papel clave en la protección contra la resistencia a la insulina, la diabetes y otras enfermedades.

Aunque advierten de que también conlleva riesgos como hipotermia y problemas cardiacos y pulmonares si no se lleva a cabo bajo la supervisión de expertos en la materia.

Ya se que el estudio se refiere a baños y natación en lagos o ríos, pero supongo que estos beneficios, aunque reducidos, también se darán con las duchas matinales en nuestros hogares.

¿Se atreven?

 

martes, 27 de septiembre de 2022

¿Y si dejamos de pagar coche, combustible y parking a los ricos? Alemania ya no subvenciona más coches híbridos enchufables

 



Vale que para popularizar los coches híbridos y eléctricos en un principio se subvencionara su compra. Vale que a los primeros compradores se les facilitasen puntos de recarga cercanos y gratuitos por parte de los ayuntamientos para que se pudiesen mover. Pero una vez estos coches ya suponen un 10% de las ventas de automóviles en Europa, ¿es necesario continuar con este despilfarro para las arcas públicas?

En Alemania ya se lo han planteado y su decisión ha sido drástica: van a dejar de subvencionar la compra de híbridos enchufables.

Con un 14% de cuota de mercado en Alemania, estos coches se han popularizado y cada vez se venden más. Sobre todo, para empresas con grandes flotas. Las ventajas son evidentes: la tecnología ahorra dinero, tanto a la hora de repostar como en el mantenimiento (más económico). Además, los vehículos pueden cubrir largas distancias porque pueden utilizar el motor de combustión en cualquier momento, con lo que consiguen un coche con un uso flexible. Y si encima te lo subvenciona el gobierno…

Pero estos coches sólo pueden cubrir entre 40 y 80 kilómetros en modo eléctrico. Para un particular, puede ser suficiente para todo el día, pero para a un coche de empresa no le llega y tiene que recargar las baterías a mitad de jornada, algo que no hacen y provoca que apenas un 15% de los kilómetros recorridos se hagan en modo eléctrico. Y no crean que mejora sustancialmente entre los particulares ya que el uso de combustibles fósiles supera el 50% del tiempo que el vehículo está circulando. ¿Pagamos entre todos un pastizal en subvenciones para que el coche circule quemando gasolina como todos los demás? En Alemania han dicho basta.



Y esto me lleva a pensar en lo que ocurre aquí en España. Es común que cuando se ve pasar por la calle un Tesla u otro coche que apenas emite ruido se piense en lo comprometido que está su conductor con el medio ambiente y el tan manido cambio climático. Pues ahí van unos números: el más barato de los Tesla supera los 50.000 euros, cifra que sólo unos pocos ciudadanos adinerados se pueden permitir. Pues bien, a ese “rico” le pagamos entre todos más de 7.000 euros con el Plan MOVES para que se lo compre; le perdonamos el impuesto de circulación durante varios años y, además, le ponemos cargadores gratuitos en cada esquina para que reposte.

El ricachón de turno, llega hasta el centro de las ciudades (que con un eléctrico si se puede) faroleando con su deportivo, lo aparca en una plaza de recarga (que siempre están vacías) y lo enchufa durante todo el día. Se ahorra parte de la compra del coche, los impuestos, el repostaje ¡y hasta el ticket del parking!

¿Cuándo dejaremos de gastar como si fuésemos un país rico?


viernes, 9 de septiembre de 2022

Los autónomos rechazan la limosna de la Generalitat: “Que se la metan por…”

 


Al igual que otras administraciones, la Generalitat Valenciana aprobó unas ayudas dirigidas a los trabajadores autónomos, denominadas Plan Reactiva, para paliar los daños ocasionados en sus negocios por la guerra en Ucrania y la desmesurada inflación que ha provocado, aunque ya antes de que los rusos decidiesen invadir un país soberano, también estaba por las nubes.

La Consellería de Hacienda destinó 45 millones de euros a la labor, a razón de 300 euros por autónomo que lo solicitase. Escarmentados con los fracasos anteriores de ayudas similares, rebajaron los requisitos para recibirlas, olvidando los ingresos de los beneficiarios, compatibilizándola con la de 200 euros que reparte el Gobierno Central y abriéndolas a todos los autónomos sin importar qué actividad realizasen.

Pues ni así: de los 150.000 beneficiarios que se esperaban, apenas han presentado la solicitud 54.063 (36%) y de los 54 millones, sólo se han repartido (o repartirán, que las cosas de palacio van despacio) 16.  

A pesar de ello, el Conseller de Hacienda, Arcadi España, ha destacado “la gran aceptación” que ha tenido esta ayuda directa y ha incidido en que ha quedado de manifiesto el compromiso de la Generalitat con un colectivo que está sufriendo la crisis energética y la subida de precios. Pero ¿se ha mirado los números o es que llevaba escrito el discurso desde hace semanas?



Los autónomos valencianos han “pasado” de esta limosna compra-votos porque están hartos de que los maltraten. Lo que quieren, al igual que los del resto de España, es que los respeten, que no los hundan con impuestos desmedidos, que les ayuden a promocionar sus negocios y productos, que no les pongan la zancadilla con absurdas leyes cuando quieren crecer, que simplifiquen la burocracia administrativa… quieren hacer su trabajo y poder vivir de él.

¿La “ayudita” de 300 euros? “Que se la metan por donde nunca pega el sol”, ha expresado alguno de ellos.


martes, 6 de septiembre de 2022

¿Cuál es el origen de la frase “poner los cuernos”?

 

Ya sé que nos vamos a salir un poco de la temática habitual del blog con este post, pero es que los meses de verano dan para este tipo de reflexiones y surgen dudas que poca gente sabe responder. Me estoy refiriendo al origen y significado de algunas frases hechas que decimos varias veces al día sin darnos cuenta, frases como “tomar el pelo”, “hablar por los codos” o “poner los cuernos”. Empezaremos con esta última y, con el tiempo, intentaremos ir aclarando muchas otras.

El modismo “poner los cuernos” es uno de los más habituales y raro es el día que no lo escuchamos. Evidentemente, todos sabemos lo que significa: infidelidad matrimonial, tal como lo describe el diccionario de la Real Academia Española (RAE), pero también se usa en otros contextos para reflejar traición o deslealtad.

Se emplea en el castellano desde hace siglos y ya se encuentran referencias en el Diccionario de Autoridades de 1729, donde se define como “faltar o hacer faltar a la fe del matrimonio”. Pero ¿dónde y por qué surge esta expresión?


Siento desilusionarles, pero no se sabe con total seguridad cual fue el origen. Hay tres teorías que destacan sobre las demás. La primera nos retrotrae a la Edad Media, época en la que el señor feudal ejercía el “derecho de pernada” entre sus súbditos. Como saben, éste consistía en el derecho de acostarse con la esposa de su vasallo en la noche de bodas. Cuando esto sucedía, sus caballeros colgaban en la puerta de la casa del nuevo marido una cornamenta de ciervo a modo de aviso para que nadie le molestase, a sea, “le ponían los cuernos” en la puerta. La teoría podría parecer cierta si no fuese por el pequeño detalle de que el derecho de pernada, en realidad no existió; solamente es otro mito de aquella oscura época.

La siguiente teoría es similar. En este caso, el origen se encuentra en los vikingos. Al parecer, los jefes de las aldeas nórdicas tenían derecho a mantener relaciones sexuales con cualquier mujer y cuando elegía a la víctima, colgaba en la puerta un casco adornado con cuernos de animales a modo de señal, como en el caso anterior. Realmente, puede que sea cierto este origen etimológico, pero choca con la realidad en un punto: nunca se han hallado cascos vikingos con cuernos. Esos cascos aparecieron en el siglo XIX cuando algunos artistas pictóricos añadieron cornamentas a las vestimentas de este pueblo guerrero para enfatizar su agresividad.

La última teoría con algunos visos de realidad viene de la mitología griega: Parsifae, hija de Helios y la ninfa Creta, fue entregada al rey Minos como esposa. Esta, infiel con su marido real, se acostó nada menos que con un toro blanco y de esta relación nació una criatura con cabeza de toro y cuerpo humano, el Minotauro, convirtiéndose desde entonces en una metáfora de la infidelidad. Me parece un poco rebuscado, la verdad.

¿Ninguna de las tres teorías les convence? A mí tampoco. Y hecho en falta alguna que lo relacione con las cabras. Por lo de la costumbre de llamar “cabrón” a la víctima de la infidelidad…

 

 

martes, 26 de abril de 2022

100 muertos diarios por COVID. Le importamos un bledo al Gobierno

 


Días antes de la Semana Santa, nos inundaron con anuncios de la DGT en los que sentenciaban a morir a 36 españoles en las carreteras esos días, ¿lo acuerdan? Al parecer, esos muertos son de primera; los más de 100 diarios por COVID, no.

Dios me libre de criticar una campaña dirigida a rebajar las muertes inútiles que provocan las carreteras y todo el sufrimiento que conllevan; ni las dirigidas a eliminar para siempre las 50 muertes anuales provocadas por la violencia de género; o las campañas, más discretas, para concienciar de la lacra del suicidio, que con 10 muertos diarios machacan a miles de familias al año; y otras muchas que ahora no recuerdo, pero, ¿ni un anuncio, ni una comunicación del gobierno, ni un minuto de telediario que recuerde a la población que tiene que prevenir contagiarse de una enfermedad que provoca que más de 100 españoles mueran cada día?

Les paso los datos que se han publicado hoy, porque son difíciles de encontrar y puede que no los conozcan. En tres días, desde las cifras publicadas el pasado viernes, se han registrado:

- 47.421 nuevos casos de contagios de coronavirus (15.807 diarios). 

- 319 muertos (106 diarios).

- Tasa de contagio por cada 100.000 habitantes para mayores de 60 años (los menores ya ni se publican) es de 608 casos (50 más que el viernes).

- 6.455 pacientes ingresados en hospitales, 5,2% de ocupación (820 más que hace una semana y 0,7% más de ocupación).

- 364 en UCI, 4,1% ocupación (20 más que hace una semana y 0,3% más de ocupación).



No pretendo con estas líneas que nos vuelvan a machacar, Simón y compañía, con sus disparatadas medidas coercitivas que, poco a poco, se va demostrando que iban en contra de las libertades individuales de las personas. Tampoco deseo que los informativos ocupen el 90% de su tiempo contándonos si la incidencia ha subido o bajado unas decimitas. Pero que lo único que se haya dicho en el último mes es que ya no es obligatorio el uso de mascarillas en interiores y que los ciudadanos ya son “libres” para disfrutar de la semana santa o de las fiestas patronales cuando más de 100 compatriotas mueren diariamente, me parece una horrenda frivolidad.

Evidentemente, hay una especie de “acuerdo” internacional (excepto en China, claro) desde el pasado diciembre para silenciar los estragos que continúa causando el COVID. ¿Por qué? Ni idea, pero lo cierto es que todo el mundo occidental se ha esforzado en minimizar la enfermedad y que nadie hable de ella. Supongo que, a partir de cierto punto, la economía prima sobre la salud, al contrario de lo que tantas veces nos han repetido desde los gobiernos.



lunes, 28 de febrero de 2022

Vegtus, deportivas con cuero de cactus, made in Spain

 


Que la moda de lo vegano nos invade, también en el mundo de la moda, ya no es noticia. Y no es que yo sea muy amante de esta corriente, pero en esta ocasión, la iniciativa creo que merece la pena: zapatillas cuyo material base es el cactus.

La idea nació en Barcelona justo antes del confinamiento y se ha llevado a cabo de forma integral en una fábrica de calzado de Elche. Para crear este cuero vegano, cortan las hojas maduras de los cactus, se limpian y trituran. Luego, se dejan secar al sol durante tres días y ya están listas para procesarlas y convertirlas en tejido de cuero. Para todo este proceso no se utiliza ningún tipo de químicos, por lo que el resultado es totalmente biodegradable.

Además, para teñir este cuero se utilizan pigmentos naturales, libres de PVC, sulfatos y metales pesados. Incluso las plantillas son reciclables, con pigmentos naturales sin ningún colorante químico.


El resultado es un material con la apariencia del cuero, pero con más resistencia y durabilidad. Lógicamente, estamos hablando de cactus, que lo dejas tranquilo y él sólo crece, por lo que es mucho más sostenible al no requerir sistemas de riego, herbicidas, pesticidas ni ningún tipo de energía adicional.

Parece que la tendencia vegana ha venido para quedarse, al menos durante un buen tiempo. Aparte de la alimentación, más y más personas demandan productos que cumplan con esta filosofía y estas deportivas la cumplen con creces. Aunque, visto el resultado estético y las condiciones que publicitan de durabilidad y resistencia, tampoco es necesario ser un vegano convencido para calzarse las zapatillas de Vegtus. Lógicamente, faltará saber en qué rango de precios se mueven.

 

 

martes, 15 de febrero de 2022

La novedosa pintura blanca que enfría más que el aire acondicionado



Evidentemente, no han descubierto ningún nuevo principio termodinámico; que el color blanco refleja los rayos solares, disminuyendo la temperatura de los edificios, se sabe desde tiempos inmemoriales. Que lo pregunten si no en esos preciosos pueblos andaluces encalados desde el suelo hasta las tejas.  Pero esta pintura blanca que nos proponen desde la Universidad de Purdue (Indiana, EEUU) es especial.

El proyecto surgió durante las clases del profesor de energía mecánica, Xiulin Ruan, hace más de siete años con el objetivo de ahorrar energía y luchar contra el cambio climático. En un foro de debate, se discutió sobre la posibilidad de crear una pintura de exteriores que fuera capaz de reflejar la radiación del sol y conseguir que la superficie pintada tuviera una temperatura inferior a los objetos que estuviesen a su alrededor y recibiesen la misma radiación solar.



La pintura que desarrollaron consiguió entrar en el libro Guiness de los Récords como la pintura más blanca del mundo. Cuenta con una alta concentración de sulfato de bario en forma de partículas de distinto tamaño que, además de ser el responsable de su singular tonalidad, consiguen crear una pintura altamente reflectante. Tanto que es capaz de reflejar el 98,1% de la radiación solar (las pinturas convencionales que se pueden adquirir en el mercado reflejan entre un 80% y un 90%) al tiempo que emite calor infrarrojo. Dos características que la convierten en un sustituto (o al menos un complemento) a los sistemas de aire acondicionado.

El edificio pintado absorbe menos calor de la luz del sol que el que emite, consiguiendo que el edificio transfiera calor desde el interior hacia el exterior, disminuyendo la temperatura interna de forma natural.


El profesor Ruan pone un ejemplo: si se aplica la nueva pintura en un techo de unos 90 metros cuadrados (aproximadamente la superficie de una vivienda mediana),
el interior experimenta una refrigeración equivalente a la que se consigue utilizando aparatos de aire acondicionado alimentados por 10 kW de potencia, una cifra muy superior a la que se suele utilizar en nuestras casas.

Al parecer, la pintura ya está a punto de ser comercializada en Estados Unidos. Esperemos que no tarde en llegar a nuestros lares.

 

 

jueves, 10 de febrero de 2022

Nuestros médicos y enfermeros huyen al extranjero. Yo también lo haría…

 


La noticia sale publicada en el periódico Valencia Plaza: se necesita personal sanitario para paliar los efectos de la sexta ola del Covid, pero las bolsas de trabajo de la sanidad están vacías y no pueden contratar. Y la principal razón de que estén vacías es porque el 45% de los sanitarios que acabaron el año pasado su formación como residentes no han seguido vinculados a la sanidad pública valenciana. Empieza a asustar la situación. ¿Qué ocurre?

Pues, como casi todo en esta vida, la culpa la tiene la economía de mercado. Mucha demanda de personal sanitario, sobre todo desde que llegó la pandemia, y poca oferta de médicos y enfermeras. Conclusión: que estos últimos tienen muchos puestos entre los que elegir y se van a trabajar donde más les conviene.

Firmar contratos temporales encadenados o, incluso, sólo por guardias, lo que hace que los médicos no tengan estabilidad laboral hasta rondar los cincuenta años; jornadas sobrecargadas en las que tienen que atender hasta a cien pacientes, con el consiguiente peligro de cometer un error; cobrar nóminas no demasiado elevadas… Todo esto no se puede comparar con ofertas que llegan desde Francia con contratos de médico de familia de carácter indefinido, con vivienda y retribución de 8.000 euros. Nuestros jóvenes sanitarios directamente ni se lo piensan.  


En 2021, en la Comunidad Valenciana, de 581 médicos que terminaron su formación MIR, 239 no suscribieron contrato con la administración (41%) y de 81 enfermeros que finalizaron EIR, 59 tampoco lo hicieron (72,8 %). Y estos números, punto más, punto menos, se pueden extrapolar al resto de España.

Si esta falta de médicos y enfermeros ya provoca bastantes problemas por la falta de una correcta atención sanitaria a la población, las consecuencias económicas son catastróficas. La formación universitaria de un licenciado supera los 60.000 euros. Teniendo en cuenta que, en la universidad pública, las tasas que paga el alumno no llegan al 10% del coste, 55.000 euros los pagamos entre todos.

Una vez terminado, al médico se le exige que trabaje como becario para continuar aprendiendo en lo que se conoce como MIR (médico interno residente). Esta residencia es de cinco años y tiene un coste anual de unos 40.000 euros por médico, aparte de lo que pueda cobrar por realizar guardias (unos 200 euros cada una). Dejando aparte las guardias, cada médico que acaba su residencia ha costado más de 250.000 euros al erario público. Que una vez enseñado se marche a otro país, tiene guasa.



Difícilmente podremos igualar la retribución que ofrecen en otros países (Francia, Alemania, Suiza, Reino Unido, etc.) con mayor nivel de vida. Aunque no lo queremos reconocer, somos un país pobre si nos comparamos con ellos. Pero si se podría mejorar, y mucho, en otras cuestiones administrativas como la duración de los contratos, las condiciones laborales y las trabas burocráticas (por ejemplo, la tramitación de bajas-altas en la sexta ola de la pandemia) que “ayudan” a que el nuevo médico se decida a hacer las maletas y marchar a otras latitudes.

Además, se debería estudiar implantar algunas medidas legales. Si un médico nos ha costado más de un cuarto de millón de euros, ¿qué menos que, al empezar sus estudios, se le obligue a comprometerse a trabajar en la sanidad pública 4 o 5 años cuando los finalice? Algo del gasto se amortizaría y se paliaría, al menos en parte, la falta de personal.

Nos vendían que teníamos la mejor sanidad pública del mundo; con la pandemia hemos sabido que no era verdad.


martes, 8 de febrero de 2022

¿Por qué no despega la turbina eólica sin aspas?

 


Tenía un profesor que decía que las energías alternativas eran maravillosas mientras eran un proyecto, pero que caían en desgracia cuando empezaban a ser rentables. Y no le faltaba razón.  Las centrales de ciclo combinado venían como panacea para sustituir al carbón, hasta que empezaron a imponerse y se dieron cuenta de que usaban combustible fósil; la energía solar cambiaría el mundo, hasta que fue mínimamente rentable, se masificó y se dieron cuenta de que atentaba contra el paisaje; y la eólica, tres cuartos de lo mismo: que destroza el paisaje, que mata a las aves y cuando no provoca ni lo uno ni lo otro con las instalaciones mar adentro, algunos países la prohíben, como España, sin saber muy bien porque narices lo hacen.

Precisamente en el campo de la energía eólica surgió hace un tiempo un proyecto que puede acabar con los inconvenientes de los molinos tradicionales, pero que, no sé porque razón, no acaba de despegar. Igual, si no gastasen tanto dinero en comisiones parlamentarias contra el “cambio climático”, masivas asistencias a las inútiles “cumbres del clima” y desmesuradas subvenciones a algunos (muchos) grupos ecologistas de salón, tendrían fondos para promover verdaderas innovaciones que ayuden a mejorar el planeta y a los que en él vivimos.  

El proyecto al que me refiero es la turbina eólica sin aspas, un cilindro que vibra cuando entra en resonancia produciendo energía, rebautizado como” Skybrator, el vibrador del cielo” por el prestigioso periódico inglés The Guardian. Intentaremos explicar, grosso modo, su funcionamiento.



Imaginen un cilindro que, de pronto, se pone a vibrar cuando entra en resonancia. El viento, al igual que el agua, genera remolinos en contacto con un cuerpo redondeado. Mitigar ese fenómeno, conocido como “vibración inducida por desprendimiento de vórtices” (VIV, por sus siglas en inglés) siempre ha sido un problema para la ingeniería. David Yáñez, ingeniero fundador de la empresa Vortex Bladeless, pensó durante varios años cómo maximizar esa inestabilidad aerodinámica para capturar la energía contenida en ella. Y lo consiguió.

Para explicarlo, Yáñez recurre al ejemplo de la soprano que ajusta el tono de voz a la frecuencia de resonancia de una copa de cristal hasta que ésta empieza a vibrar (y se rompe si continúa, como hemos visto en infinidad de películas). De la misma forma, el aerogenerador sin palas de Vortex Bladeless entra en resonancia con el viento y comienza a oscilar.

La estructura del cilindro está construida con resina reforzada con fibra de carbono. Pero su secreto está en el interior que está diseñado para convertir la energía mecánica de la oscilación en energía eléctrica a través de un sistema de alternadores (con bobinas e imanes y sin engranajes, ejes o desplazamientos).

Las aplicaciones de esta nueva forma de generar energía abarcan un amplio abanico, tanto para uso particular como industrial. Así, la compañía ha preparado varios modelos, desde el más pequeño de 85 centímetros para usos que requieran poca energía, hasta el Vortex Goliath, de 140 metros de altura y un megavatio de potencia, pasando por el de 2,75 metros indicado para tejados y el de 9 metros y dos kilovatios para soluciones industriales intermedias.



Con los modelos más pequeños, la empresa aspira a sustituir a las placas solares o a complementarlas ya que, a diferencia de éstas, pueden funcionar de noche, con lo que esto puede suponer a la hora de recargar las baterías del coche eléctrico. A su favor, la capacidad de aprovechar el viento en las ciudades con el menor impacto visual y ambiental posible.

En cuanto a los modelos mayores, Yáñez reconoce que nunca podrán competir en potencia con los gigantescos molinos eólicos que llegan a generar hasta 12 megavatios, pero juegan con algunas ventajas como el abaratamiento de los costes, tanto de instalación como de mantenimiento, que no generan prácticamente ruido, que no suponen ningún riesgo para el vuelo de las aves migratorias y que, al no tener aspas, no están limitados por el “efecto estela”, pudiendo colocar una mayor densidad de cilindros en el espacio donde apenas cabrían un par de molinos tradicionales.

Aunque todavía está en fase de desarrollo y gestionando el farragoso trámite de las certificaciones, esperemos que pronto se popularice esta nueva tecnología y no acabe, como otras muchas alternativas, en un olvidado cajón por culpa de oscuros intereses políticos y empresariales.

 



jueves, 27 de enero de 2022

El Mini histórico, ahora eléctrico. Ecologismo y clasicismo se dan la mano

 



Si usted tiene un Mini clásico, el que de verdad era “Mini”, y, al mismo tiempo, es un apasionado de los coches eléctricos, ahora tiene la solución: el proyecto “Mini Recharged”.

La idea surgió en el Salón del Automóvil de Nueva York de 2018 con la presentación del prototipo del Mini Electric clásico. Las reacciones de los presentes fueron tan positivas que un equipo especializado de la planta Mini en Oxford desarrolló un plan para podérselo ofrecer a los clientes que ya tuvieran un Mini. ¿En qué consiste?

El proyecto “Mini Recharged” permite sustituir el antiguo motor de gasolina original del modelo Classic por un moderno motor eléctrico de nueva factura que le permita electrificarlo y, de paso, prolongar la vida del vehículo.



El nuevo propulsor eléctrico genera una potencia de hasta 90 kilovatios (kW) (sobre 121 caballos) cuya energía la suministra una batería de alto voltaje, que puede cargarse con una potencia de hasta 6,6 kW y que proporciona una autonomía de 160 kilómetros. Además, se le añade un nuevo cuadro de instrumentos central que muestra la temperatura de conducción, la marcha seleccionada, la autonomía restante y la velocidad.

Y lo mejor de todo es que es reversible. Durante la conversión, que se realiza exclusivamente en Reino Unido, el motor original de gasolina se marca y se guarda para poder reutilizarlo en el caso de que su dueño quiera revertir el cambio en el futuro. Que siempre habrá alguien que añore el original.



Una bonita fórmula para aunar las bellas formas clásicas del Mini original creado en 1959 por el diseñador estadounidense Frank Stephenson con el ecologismo de los modernos motores eléctricos.

Otro cantar será el precio. Aunque no han dado cifras, este tipo de transformaciones de modelos vintage en eléctricos suelen rondar los 30.000 euros…


martes, 25 de enero de 2022

¿Por qué el biometano no se potencia en España?

 



Restos de comida, estiércol, cáscaras, cortezas, restos de podas, maderas inservibles… ¿saben dónde van a parar? Pues como el resto de las basuras no clasificables, a los vertederos o a los centros de incineración. ¿Y si les digo que con ellos se podría producir hasta un 40% del gas que necesitamos?

Efectivamente, generamos un problema cuando podríamos evitar basuras, malos olores y humos contaminantes de las quemas consiguiendo buena parte del gas que necesitamos sin tener que acudir a los “amigos” argelinos o rusos. ¿Cómo? Con el uso del biometano.

La descomposición de los restos que les comentaba (biomasa) controlada en ausencia de oxígeno produce biogás. Ese combustible ya puede producir electricidad al quemarlo, pero sometido a un proceso de depuración, puede convertirse en biometano, con un porcentaje de metano por encima del 96%. A partir de ese momento, además de poder quemarse, se puede inyectar directamente a los conductos de gas natural o utilizarse como biocombustible para el sector del transporte, especialmente en aquellos vehículos con una electrificación muy difícil (camiones pesados de largo recorrido, barcos…).

España es, sólo por detrás de Francia, el segundo país con mayor potencial en la producción de biometano teniendo en cuenta la disponibilidad de las materias primas y su rendimiento de conversión. Les pongo un ejemplo: cuando viajen por carretera, cuenten las columnas de humo que salen de nuestros campos por las quemas de los restos agrícolas. Millones de toneladas convertidas en humos contaminantes que bien podrían utilizarse en biometano verde.



En Europa, a finales del 2020, existían 992 plantas de biometano: 306 en Francia, 242 en Alemania y en España apenas 5. Se espera que antes de finalizar 2022, habrá ya 12 plantas y 30 más estarán en proyecto o en fase de construcción. Si todo va bien, en 2024 tendremos 64 plantas operativas; una quinta parte de las que ya tienen en Francia.

Al parecer, el Gobierno ha propuesto una hoja de ruta para esta tecnología, aunque todavía no se ha publicado ni el borrador. Tampoco se sabe nada de un sistema de garantías de origen para estos gases renovables y, para más inri, carecemos de un marco regulatorio que permita crear un mercado propio de biometano, obligando a las empresas que lo producen a comercializar esta energía verde fuera de nuestras fronteras.

¿A qué esperan? Como de costumbre: sobra de anuncios rimbombantes y falta de trabajo responsable. Así nos va.